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3.07.16

La Palabra del Domingo - 3 de julio de 2016

  

Lc 10, 1-12.17-20

 “1 Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. 2 Y les dijo: ‘La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 5       En la casa en que entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa.’ 6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. 7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. 8                                  En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; 9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros.’ 10 En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: 11 ‘Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca.’ 12 Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad

 

17 Regresaron los 72 alegres, diciendo: ‘Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.’ 18                El les dijo: ‘Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.19 Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; 20 pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los  cielos.’”

 

COMENTARIO

La verdadera alegría

 

Creer en Dios y tener por bueno y mejor que el Creador es Padre de la humanidad era una verdad que Jesús quería proponer. Es decir, no tenía intención de ir por el mundo obligando a creer. Ahora bien, avisaba muchas veces de lo que suponía no creer. Y esto, lo que quería decir era que el hombre era libre para aceptar o no lo que proponía el Maestro.

Exactamente igual tenía Cristo por verdad que eso hicieran aquellos a los que había enviado. En este texto se nos dice que fueron 72 los que quiso que fueran por el mundo a transmitir la Buena Noticia y que el Reino de  Dios estaba cerca. 

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