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27.01.15

Un amigo de Lolo – Dios, presente, aquí mismo

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Libro de oración

 

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

 

Dios, presente, aquí mismo

 

“Escuchádme, hijos míos: felizmente para vosotros soy un Dios infinitamente vivo, que actúa, a su vez, de un modo permanente e inagotable. Empezaréis a comprender si encajáis las cosas en razón y semejanza mía. Cuando de jóvenes os enamoráis, decís que Fulanita os tiene sorbido el seso. La relación mía con vosotros es también como una colosal ‘chifladura’ por mi parte. Aunque se escape al tacto y al ojo de los sabios, el mundo creado tiene un punto central bien definido, que es vuestro corazón. Todo el hermoso revoltillo de las estrellas y los átomos, ha sido hecho en función de vuestra potencia afectiva. Nos os maravilléis de una rosa o de un cometa, si no sois capaces de reverenciar la naturaleza de vuestro corazón”.

(Reportajes desde la cumbre, p. 33)

 

En el libro del que hemos tomado el texto de hoy es Dios el que se dirige a sus hijos los hombres. Y lo hace haciéndonos ver que es muy importante para nosotros, que tal verdad nos ha de sostener espiritualmente y, también, en nuestra vida material.

Dios, sabemos, no es uno que lo sea de muertos. Lo dijo Jesús para hacernos ver la importancia real y cierta de la resurrección, la suya y la nuestra cuando llegue. Y por eso miramos arriba, indicando con ello el cielo del Padre, y nos damos cuenta de que, en efecto, es un Dios Creador que mantiene la creación tan perfecta que hizo.

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