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14.09.14

La Palabra del Domingo - 14 de septiembre de 2014

Jn 3, 13-17

Biblia

13 Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15 para que todo el que crea tenga por él vida eterna. 16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

MEDITACIÓN

Jesús continúa su conversación con su discípulo secreto Nicodemo porque sabe que es muy importante que aquellos que son considerados sabios entre los suyos conozcan la verdadera doctrina de Dios y su Santa Ley.

1. En el capítulo 21 de Números, concretamente entre sus versículos 8 al 9, se narra el hecho que es causa de que Jesús explique a Nicodemo. Dios encomendó a Moisés la labor de hacer una serpiente para que, el levantarla, fuera mirada por los que podían resultar afectados por enfermedad y, así, ser curados y, en cierto modo, salvados. Y dijo Yahveh a Moisés hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá.» Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida, pues, según dice este texto del Antiguo Testamento, Dios, viendo la falta de fe que tenía su pueblo, le envió serpientes para someterles a una prueba.

Cabe pensar que el Mesías se refiere, con su levantamiento, por una parte, a la parte física de su Pasión, levantado en la cruz, pero, sobre todo, entendemos, a la parte espiritual: Jesús asciende a los cielos. Así, con esto, el que cree, aunque sea con aquella terrible prueba y con este gozoso hecho (la ascensión) y necesitado, como siempre, de pruebas de esa divinidad, podrá salvarse, alcanzará la vida eterna. Pero era necesario éste, y así se lo indica a Nicodemo para que entienda.

2. Traemos a colación, ahora, una expresión que se utiliza de una forma no del todo adecuada. Se suele decir que en el justo medio está la virtud. Sin embargo, la frase completa es que ahí está la virtud, en el justo medio, si los extremos son malos. Y Dios amó tanto al hombre, hasta el extremo, que entregó a su único hijo, como dice Juan en esta parte de su Evangelio. Es decir, que en este caso, el extremo era mejor que el justo medio, que hubiera una entrega sometida a la pura conveniencia. Y es que para Dios todo es posible, hasta esto.

3. El caso es que, como sabemos, Jesús fue levantado y, así, se cumplió la profecía hecha a Nicodemo en aquel día de conversación y transmisión de la Palabra de Dios. Aquel hombre que, seguramente, entendía a Cristo hasta cierto límite y cierto punto debió comprender que Quien le hablaba era, en efecto, el Hijo del Todopoderoso a quien el pueblo judío llevaba muchos siglos esperando.

4. La muerte, profetizada aquí mismo por su protagonista, tenía un objetivo bien determinado en el corazón y la voluntad de Dios. No sería, digamos, como un acontecimiento que se produciría sin consecuencias sino que, desde toda la eternidad, estaba previsto que sería crucial para la salvación de la humanidad toda pero, en concreto, de cada hijo de Dios que creyera en Cristo

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