El mundo del revés es así
Uno cree que cuando una cosa es de color blanco, por ejemplo, no se puede sostener que es de color negro y, además, que resulte vencedora esta opinión. Tampoco es fácil defender, otro ejemplo, que cuando el sol está en lo más alto del cielo y hace un calor de mil demonios sea de noche y el frío nos recorra todos los huesos de nuestro cuerpo.
Resulta que hay cosas que no son porque no pueden ser y decir otra cosa no es que sea ir contra la corriente de lo que es porque es sino que manifiesta una cazurrería y un empecinamiento en el error que necesita de algún especialista al uso que corrija un tan mal estado mental.
Hay, sin embargo, ideologías que por su malsano comienzo y por su peor desarrollo creen que pueden volver del revés un calcetín y pretender que lo que se ve no es lo de dentro sino lo de fuera. Además, si eso es posible, obligarán a que el común de los mortales, que ve semejante manifestación de idiocia como algo de lo que alejarse, tenga por bueno y benéfico lo que es propio de un auténtico sin Dios.
Recordemos aquello de “por el mar corren las liebres y por el monte las sardinas” como ejemplo de quien no se entera porque ha cimentado su existencia sobre la mentira, la falsedad y la aberración.
¿A qué viene todo esto?
Pues a lo que sigue.
