InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Marzo 2013, 13

13.03.13

Ad pedem litterae-Hermanos en la red - P. Pablo Cabellos Llorente

Por la libertad de Asia Bibi.
……………………..

Por el respeto a la libertad religiosa.
……………………..

Enlace a Libros y otros textos.
……………………..

Panecillos de meditación

lama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Lo que Dios ha de querer de sus hijos es que lo contemplen con amor porque él nos lo tiene a cada uno de nosotros. Y eso no parece pedir demasiado
Y, ahora, el artículo de hoy.

Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.

En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” son reproducidos aquellos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en un sentido claro y bien definido.

Ad pedem litterae - P. Pablo Cabellos Llorente

Presentación del artículo del P. Pablo Cabellos .

Ese bien cierto que Benedicto XVI, a lo largo de toda su vida como teólogo, ha procurado conocer de aquellos temas que, en verdad, son importantes para el creyente católico. Por eso el autor del artículo reconoce que es difícil decir cuál o cuales han sido los que ha tratado con mayor profusión o profundidad el hasta hace pocos días Santo Padre.

Sin embargo, no quiere decir eso que no haya temas que han sido muy importantes en el tratamiento que le ha dado el Vicario de Cristo.

Dos, son, sobre todo, los que destaca el P. Pablo Cabellos: uno de ellos es la recuperación de Dios en un mundo que le ha abandonado y lo ha apartado de la existencia humana como si fuera un estorbo; otro, la misma recuperación del ser humano que, al apartarse del Creador, se ha sumido en una existencia desvalorizada (sin valores admisibles como tales) y se ha perdido, simplemente, en su propio yo dejando de lado, por ejemplo, la “sobriedad, laboriosidad, templanza, humildad, veracidad, solidaridad, audacia, valentía”, etc.

Y es que, verdaderamente, Benedicto XVI ha sido un grande pero es, más que nada, un buen hijo de Dios que sabe que lo es y lo que eso supone y no nos extrañe que nos proponga, precisamente, el autor del artículo, recuperar a Dios a Quien, por desgracia, poco caso se le hace.

Y, ahora, el artículo del P. Pablo Cabellos Llorente.

Recuperar a Dios

Pablo Cabellos Llorente

Es difícil hacer un elenco de asuntos trabajados prioritariamente por Benedicto XVI. No sé si lo que voy a decir es lo capital, ni trato de forjar un programa para el futuro Papa. Sería ridículo por mi parte. Pero no me impide afirmar que hay dos temas candentes, de los que a mi parecer depende el futuro de esta sociedad tambaleante, en la que tantos conceptos han perdido sentido, pues hasta las palabras quedan vacías en los juegos florales de lo políticamente correcto -de la cobardía, habría que decir-, del individualismo feroz, cerrado a los vecinos, al pueblo, a la provincia, a las restantes autonomías… No se habla de bien común tal vez porque no existe para muchos.

Descubro inmediatamente mis cartas: será imprescindible la labor de recuperar a Dios y al hombre mismo. Dos temas -en realidad, uno- necesariamente influidos. Rescatar a Dios, primero puesto bajo sospecha y después negado, tanto en el mundo católico como en los ambientes laicistas, agnósticos o ateos. Analizando la historia reciente, se constata que ha fracasado la previsión de quienes, desde la época de la Ilustración, anunciaban la desaparición de las religiones. Rescatar primero entre los católicos con una pobre idea del Creador y Redentor del hombre. Esa penuria puede surgir del engendro de un dios bombero que ha de acudir a remediar nuestros problemas tal cual los reclamamos. Ese Dios a la medida de mis urgencias sería un Dios muy exiguo, no sería Dios. Al Creador, que nos ama infinitamente, hay que amarlo, por encima de todo, salvo que nos situemos con soberbia o ignorancia sobre Él.

Leer más... »