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10.03.13

La Palabra del Domingo .- 10 de marzo de 2013

Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

La luz de Dios no siempre la vemos. A lo mejor es porque no queremos tenerla en cuenta en nuestra vida.

Lc 15, 1-3. 11-32

Biblia

1 Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle, 2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos.» 3ntonces les dijo esta parábola.

11 Dijo: «Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo al padre: “Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y él les repartió la hacienda.13 Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.14 «Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.15 Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. 16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. 17 Y entrando en sí mismo, dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! 18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. 19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros.” 20 Y, levantándose, partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vió su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. 21 El hijo le dijo: “Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo.” 22 Pero el padre dijo a sus siervos: “Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. 23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.” Y comenzaron la fiesta. 25 «Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.27 El le dijo: “Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano.” 28 El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. 29 Pero él replicó a su padre: “Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; 30 y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!” 31 «Pero él le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; 32 pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."»

COMENTARIO

Irse de Dios y volver al Creador

Los creyentes que tenemos de Dios una imagen de Padre Bueno en el sentido excelente de la expresión sabemos que siempre espera de nosotros lo mejor y, también, que, simplemente, siempre espera que estemos con Él.

También sabemos, por otra parte, que no siempre estamos al lado del Creador y que, muchas veces, lo olvidamos porque no nos conviene no ser mundanos porque, en realidad hemos dejado atrás el pensamiento según el cual nosotros vivimos en el mundo pero no somos del mundo.

Viene bien, muy bien, la parábola de aquel hombre, aquel padre bueno (que hace como Dios) que quería tanto a sus hijos que deja que uno de ellos, en uso de su libertad, lo abandone. Podemos imaginar la tristeza y el dolor que debió sentir aquel hombre al dejar marchar a uno de sus hijos porque, aunque le quedaba uno, no sería, para nada, igual su existencia. De todas formas, siempre espera que vuelva a la casa paterna…

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