InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Abril 2011, 02

2.04.11

Serie José María Iraburu- 1.- Caminos laicales de perfección

No quieras estar abandonado, aunque sólo sea en parte,
a los deseos cambiantes de tu corazón. No lo permitas

Caminos laicales de perfección (CLP)
José María Iraburu

Para empezar

Caminos laicales de perfección

Existe una rareza conveniente que el laico debe asumir: en un mundo mundano le es imprescindible ser “raro”, desapegarse de los atractivos del siglo y ser, así y verdaderamente, hijo de Dios.

Es bien cierto que el laico es libre y que, por eso mismo, tiene la gracia de poder decidir si sigue a Dios e imita, al menos, a Jesucristo o se aleja, definitiva y temporalmente, del Creador para llevar una vida ajena a la fe y a la creencia.

Sin embargo también es cierto que quien se siente hijo de Dios y quiere llevar una vida plena en cuanto a lo espiritual, no puede dejarse vencer por las mundanidades que le gritan, al oído, que lo mejor es que abandone lo que cree.

Ser laico, como he dicho arriba, consciente de que se es, supone una pesada carga porque el mundo no perdona comportamientos contrarios a sus indicaciones y motivaciones. Sin embargo, serlo de forma que se pueda decir que la unidad de vida rige el comportamiento del hijo de Dios es la mejor forma de demostrar que se es lo que se es y de decir sí donde es sí y no donde es no.

Por eso mismo las palabras que el Padre Iraburu ha ido dejando escritas y relativas a cómo debe hacer el laico muestran lo que bien podría ser llamado itinerario de vida que, de ser seguido por el laico, lo harán, con toda seguridad teniendo cuenta lo escrito por el apóstol de los gentiles en su primera epístola a los Corintios (7, 31) sobre que “la apariencia de este mundo pasa”.

En definitiva, ser laico en un mundo dominador de las pasiones como el que nos ha tocado vivir, requiere de una portentosa voluntad manifestadora de lo que supone ser hijo de Dios. Así, quien quiera que de él se pueda decir eso de “esta persona se nota que lee la vida de Jesucristo” (en frase de S. Josemaría) tendrá que, por fuerza, seguir unas pautas que, muy probablemente, le lleven a mantener relaciones dificultosas con el ambiente que le rodea porque, no podemos olvidar que, ante la pregunta “¿cuáles son las actitudes fundamentales de Cristo hacia el mundo?” (Que, por cierto, se hace el Padre Iraburu en “De Cristo o del mundo”) muchos laicos, fieles que dicen llamarse de la Esposa de Cristo, responden como si la cosa no fuera con ellos porque, en verdad y para su conveniencia, no es de su interés lo que el Hijo de Dios pudiera decirles.

Leer más... »