InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Marzo 2011, 03

3.03.11

Entre la luz y la tiniebla - El pan nuestro de cada día

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, existe un espacio que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio, entre la luz y la tiniebla, podemos ser de Dios o del mundo.

El pan nuestro de cada día

Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros ofensores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal” (Mt 6, 9-13).

Los discípulos le pidieron al Maestro que les enseñara a orar porque comprendían que su forma de hacerlo distaba mucho de la que gozaba Jesús. Siempre se entregaba a la oración de forma intensa y reconocían, en ella, un verdadero contacto con Dios.

Y les dijo, entre otras cosas, que pidieran el pan. De cada día el pan que necesitaban les enseñó a pedir, a través de Él mismo, intercesor directo entre Dios, su Padre, y los que tal voluntad expresaban.

El caso es que el “pan” que pedimos es uno que lo es comprensivo de muchos “panes” que necesitamos a diario. Siendo que, así, cada día el pedirlo nos facilita el encuentro con nuestro Creador al que nos dirigimos para que, en efecto, cada día nos lo dé.

Leer más... »