InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Octubre 2009

27.10.09

¿Qué le importa a Juan José Tamayo el ecumenismo?: nada de nada

Gracias a un artículo del colega de Infocatólica Juanjo Romero he podido saber de las andanzas ecuménicas de Juan José Tamayo, miembro preferente de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII.

Ha sido, ahora, la Voz de Galicia la que ha prestado sus páginas al desvarío de Tamayo y en las que ha dejado meridianamente claro que el ecumenismo, para él, es algo extraño. No vaya a ser que Iglesia católica sea una y eso vaya en contra de los burdos intereses teológicos del susodicho.

Van referidas sus contestaciones a la próxima “Vuelta a casa de los Anglicanos” (que es como titula Juanjo Romero su artículo)

Tres preguntas y tres respuestas son más que suficientes. Son tres “perlas”. Pero son negras.

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26.10.09

Algunos homosexuales son bastante faltones

Gracias al blog de Elentir tuve conocimiento de algo que, francamente, me parece bastante mejorable. Y voy a tratar de ser comedido en lo que diga aunque no sé si lo voy a conseguir.

Resulta que una asociación llamada COGAM ha tenido la “brillante” idea de utilizar imágenes religiosas para hacer una especie de calendario para el próximo año 2010.

Hay que ver, una a una, las imágenes para darse cuenta de que hay muchas mentes enfermas en España y que se dedican a blasfemar contra el sentido religioso que millones de españoles tenemos.

De todas formas, yo creo que, con seguridad, no pueden ser todos los homosexuales españoles iguales que los que constituyen tal organización de impresentables.

Sin embargo, nos queda como consuelo creer (o imaginar, mejor) que, en el año 2011 tienen pensado hacer un calendario con motivos musulmanes que serán, al menos, tan bien recibidos como en España, en las naciones que tienen fe en Mahoma.

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25.10.09

La Palabra del Domingo - 25 de octubre de 2009- !Que vea¡

biblia

Mc 10,46-52. Maestro, haz que pueda ver.

46 Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.
47 Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»
48 Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
49 Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle.» Llaman al ciego, diciéndole: «¡Animo, levántate! Te llama.» 50 Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús.
51 Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?» El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!»
52 Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.

COMENTARIO

¡Ut videam! (¡Que vea!)

1.- Bartimeo es un hombre pobre. Ejemplo de la exclusión que suponía, para la sociedad de la época, no ser válido (y no sólo físicamente, pues recordemos la consideración que se tenía del niño y de la mujer) es que había devenido mendigo: un mendigo ciego. Yo no sé si era mendigo por ser ciego o lo era por otra causa, pero, teniendo en cuenta los muchos casos en que en la Escritura se dan casos similares, fácil es pensar que, en esto, sus contemporáneos tampoco habían seguido la Ley de Dios, la de la misericordia. Porque, además, estaba sentado fuera de la ciudad (“salía de allí”, dice el texto), como si estuviera excluido, por si no fuera poco su situación.

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24.10.09

Opus Dei: "'Camino': el camino de la Fe"

Serie “El Camino de la Fe”

San Josemaría

El Camino de la Fe -18
Una virtud como la caridad

“Te duelen las faltas de caridad del prójimo para ti. ¿Cuánto dolerán a Dios tus faltas de caridad —de Amor— para El?”S. Josemaría
Camino, 441

La caridad, en muchas ocasiones, es mal entendida porque se cree que es algo así como una dádiva que los cristianos ofrecemos a los que están peor que nosotros.

Sin embargo, las personas que así piensan no tienen una idea muy clara de lo que tal virtud teologal supone para la vida del discípulo de Cristo.

Así, la caridad supone, para quien se sabe hijo de Dios, una forma de manifestar tal filiación. Y se hace en la seguridad de ser comprendido por el Creador y contemplado por Él.

La caridad se puede entender desde dos puntos de vista: el meramente económico y el va más allá de la economía.

Bien dice el fundador del Opus Dei (punto 466) que “De ordinario, la gente es muy poco generosa con su dinero —me escribes—. Conversación, entusiasmos bulliciosos, promesas, planes. —A la hora del sacrificio, son pocos los que “arriman el hombro". Y, si dan, ha de ser con una diversión interpuesta —baile, tómbola, cine, velada— o anuncio y lista de donativos en la prensa.

—Triste es el cuadro, pero tiene excepciones: sé tú también de los que no dejan que su mano izquierda, cuando dan limosna, sepa lo que hace la derecha".

En realidad, resulta conveniente, para tener un buen desarrollo espiritual, que se haga efectivo aquello de dar sin que nadie, salvo Dios, lo sepa. Sin embargo, tampoco podemos negar que la tendencia humana es hacer que se vea lo que hacemos.

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23.10.09

Eppur si muove - Servir a la Iglesia católica o servirse de ella

A lo largo de los siglos desde que Jesucristo entregó a Pedro, aquel que le negó, como poco, tres veces, las llaves de la Iglesia que, luego, se llamaría católica, nadie ha dicho que sea fácil seguir al Hijo de Dios ni que, por eso mismo, sea, sólo gozoso.

Muy al contrario, bien sabemos que si hay algo que, de forma automática, se atribuye a los discípulos de Cristo, es, precisamente, el símbolo y realidad de la cruz.

Esto, resumiendo su sentido, quiere decir que los maderos que sostuvieron el cuerpo vivificador del Maestro son, también, muestra de lo que tenemos, cada uno de nosotros, que ser: conscientes de un sufrimiento que, en la medida de nuestras posibilidades, tenemos que ser capaces de soportar en la seguridad de que es, más que nada, bueno y benéfico para nuestro espíritu.

San Cipriano, en su obra “Sobre la unidad de la Iglesia católica” dejó algo escrito que resulta de vital importancia y que determina la equivocación en la que, muchas personas, caen: “Nadie puede tener Dios como Padre si no tiene a la Iglesia como madre”.

Hemos hablado de equivocación pero, ¿Dónde está ésta?

Esencialmente, podemos decir que la encontramos en el hecho de que muchos creyentes prefieren, frente a la Iglesia católica, mantener una posición algo extraña: creen, por supuesto, en Dios pero no manifiestan la misma querencia por la Iglesia que, no por casualidad, fundó el mismo Creador hecho hombre y ejerciendo su labor de Mesías y Ungido.

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