InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Julio 2008, 17

17.07.08

Antonio Gala tiene a gala la mentira antieclesial y laicista

El día 14 de julio pasado (sería para celebrar la festividad de la vecina Francia y de su República) Antonio Gala, reconocible y reconocido anticlerical, escribía en el diario El Mundo su particular visión de la historia de la democracia.

Su “Tronera” se titulaba “César y Dios” y, como era de esperar, nada hay de original en lo que decía pues se trata de lo mismo de siempre aderezado con la gracia escasa de una persona que ha mostrado, demasiadas veces, una intolerancia hacia la Iglesia más propia de un dictadorzuelo de izquierdas que de una persona que, según parece, ama la democracia.

¡Ca!, en su caso, nada de nada. Todo es fachada de sepulcro blanqueado.

El engendro decía lo siguiente:

Predicar sin dar trigo, como la Iglesia, es lo que hace el PSOE, en cuanto a la laicidad. Las conquistas de la Democracia se han hecho contra las religiones, no gracias a ellas. Pero los privilegios políticos, sociales, económicos y simbólicos de la Iglesia en España son mayores que otros cualesquiera del mundo nuestro.

¿Quién piensa aquí que no excluir las convicciones religiosas de lo público mutila la condición humana? Pues es una verdad como un templo en nuestra realidad aparente. España no se opondrá, con razón, a ningún fundamentalismo sin ser en serio laica. Las posiciones, si son enfrentadas, deben parecerlo. Fuera paños calientes. Ya está bien de atribuir a dogmas e infalibilidades el carácter de entramado social. Al César, lo del César. Y punto

En el citado artículo parace haber sitio, sólo, para César, pero no para Dios. Y esto, francamente, se comprende.

Pero, ahora, veamos tres perlas del mismo:

1.-Predicar sin dar trigo, como la Iglesia

Si lo que quiere decir es que la Iglesia dice una cosa y luego hace otra, creo que está muy equivocado el escritor de Troneras porque lo que caracteriza a la Esposa de Cristo es, precisamente, lo contrario que lo dice el individuo que, aquejado, por algún mal que le afecta su sentimiento en contra de la Iglesia, no parece ver la realidad.

La Iglesia predica la entrega a los demás, el amor al prójimo, la lucha por la verdad, etc. Y la Iglesia se entrega a los demás en multitud de sentidos, en muchos actos y obras; ama al prójimo dándose a él; lucha para que se comprenda la Verdad predicando y, en consecuencia, dando trigo.

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