Así está dicho en las Sagradas Escrituras:

 

“Sed santos para mí, porque yo, Dios, soy santo, y os he separado de las gentes para que seáis míos”, en Lev 20,26,

“Pero el que guarda sus palabras, en ese la caridad de Dios es verdaderamente perfecto. En esto conocemos que estamos en Él”, en 1 Jn 2,5 y,

“Por cuanto que en Él  nos eligió antes de la constitución del mundo para que fuésemos santos e inmaculados ante Él en caridad”, en Ef 1,4.

Queremos decir, con esto, que a lo largo de la historia de la cristiandad, ha habido quien ha sabido entender eso. Vamos, queremos decir que se lo ha aplicado a su vida ordinaria. Y eso les ha llevado a ser reconocidos como santos. Están en el Cielo (con muchos otros que, claro, no han podido ser reconocidos como tales por imposibilidad que se entiende perfectamente) y eso nos viene la mar de bien porque tenemos ejemplos a los que seguir y, por tanto, que no caminamos a ciegas por este valle de lágrimas. 

Sabemos, bien que lo sabemos, que el mundo, el siglo, no tiene muy en cuenta a los que en el Cielo están, ya. Es decir, que los santos son tenemos como rarezas cuando no como algo que no se entiende… 

Nosotros, sin embargo, sí entendemos lo que eso significa y lo tenemos por bueno y por lo mejor que podemos ver y entender.

 

Santo es quien ha sabido

entender lo que Dios quiere de su vida,

quien ha acudido al Padre

en auxilio sin medida.

Santo es quien, en su noche del alma,

se ha visto socorrido porque ha pedido,

atendido al esperar,

libre para así poder amar.

 

Santo es quien ha mirado al Cielo

y se ha querido allí,

y entonces ha orado, llorado,

anhelado, ya, partir.

 

Santo es quien ha sacrificado

sus anhelos y ha puesto en su lugar

los del Cielo,

por destino un Paraíso,

por luz, de Dios, el consuelo.

 

Santo es quien no ha querido para sí

sino lo que es bueno para el Padre,

nada sino lo mejor,

nada sino la llama de amor que arde.

 

Santo es quien entre sus egoísmos

y su misión ha preferido darse,

y no mirar para otro lado

cuando es llamado a entregarse.

 

Santo es quien postrado en oración

ha pedido y  perseverado

por el bien de este mundo

que tan perdido caminando.

 

Y Santo es, Santo del Cielo habitando

es quien, entre Dios y el mundo

ha escogido al Primero,

despreciado al segundo,

y mirando bien dentro,

donde el corazón tiene su templo,

ha descubierto al Espíritu

y a Dios gozando dentro. 

NOVENA AL BEATO MANUEL LOZANO GARRIDO, “LOLO”    www.amigosdelolo.com

 

Día 8º

 

 

Para todos los días de la novena

 

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

V/: Señor, ábreme los labios. R/: Y mi boca proclamará tu alabanza.

 

V/: Dios mío, ven en mi ayuda. R/: Señor, date prisa en socorrerme.

 

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Oración inicial

 

Oh Dios, que en el corazón del Beato Manuel Lozano Garrido has infundido una gran alegría y sencillez para que en el sufrimiento irradiara el sentido salvífico del dolor; concédenos, por su intercesión y ejemplo, anunciar dignamente el Evangelio con obras y palabras. Por J.C.N.S. Amén

 

Reflexión propia para cada día (ver en su lugar más adelante)

 

Oración de los fieles

 

Confiando en la intercesión del Beato Manuel Lozano Garrido, supliquemos con toda confianza a Dios, nuestro Padre, que escuche nuestras plegarias.

 

1.     - Por la Santa Iglesia que, instituida por Jesucristo y conducida por el Espíritu Santo, peregrina hacia la casa del Padre: para que, en obediencia y comunión con el Santo Padre N., sea luz para los que buscan sinceramente al Señor y anuncie incansablemente su salvación. Roguemos al Señor.

 

2.     -Por nuestro Obispo: para que el Señor esté con él y le fortalezca y su pastoreo al frente de la Diócesis sea para gozo y alegría de esta Iglesia. Roguemos al Señor.

 

3.     - Por los gobernantes y los que tienen en sus manos las riquezas del mundo: para que, por intercesión del Beato Manuel Lozano, sean dotados por Dios de sabiduría y prudencia al administrar el bien común, teniendo en cuenta sobre todo a los más necesitados y desfavorecidos. Roguemos al Señor.

 

4.     - Por los enfermos y los discapacitados: para que en su tribulación experimenten la misericordia de Dios y puedan sentirse como Lolo dichosos de contribuir a la salvación de sus hermanos unidos a la Pasión de Cristo. Roguemos al Señor.

 

5.- Por los responsables de las comunicaciones sociales: para que Dios les infunda la voluntad de informar con honradez y verdad y conceda a los periodistas cristianos el celo ardiente que resplandeció en el Beato Manuel Lozano. Roguemos al Señor.

 

6.- Por los militantes cristianos y los laicos más comprometidos en la misión de la Iglesia: para que se sientan impulsados a anunciar el Evangelio con el mismo ardor con que lo hizo el Beato Lolo, tan identificado con el espíritu de la Acción Católica. Roguemos al Señor.

 

7.- Por los catequistas y educadores cristianos: para que asimilando con amor la verdad de Cristo, acierten a ser como Lolo luz para el ciego, pies para el cojo, oído para el sordo y habla para el mudo. Roguemos al Señor.

 

8.- Por todos nosotros: para que, siguiendo el ejemplo de Lolo, nos revistamos de los sentimientos de Cristo y demos con nuestras obras y palabras testimonio de su amor. Roguemos al Señor.

 

Encomendemos ahora la intención personal o particular de esta novena.

 

Oración: Oh Dios, que animaste al Beato Manuel Lozano Garrido para que alimentara con sus escritos, e iluminara con su ejemplo a tus hijos probados por la enfermedad, atiende nuestras súplicas y haz que, fructificando en buenas obras, avancemos fielmente por tus caminos. Por J. C. N. S.

 

Oración final (Todos):

 

Padre, te damos gracias por encontrarnos con tu Amor extremo a través de la vida del Beato Manuel Lozano Garrido, “Lolo”.

 

Te damos gracias porque por tu Espíritu imprimiste en él la imagen de tu Hijo Jesús.

 

Te damos gracias por su fe firme, por su amor a la Eucaristía, por su celo apostólico, por la valentía en sus escritos, por su paciencia y testimonio en la enfermedad, por su alegría permanente.

 

Te pedimos que, imitando sus pasos de cristiano, te hagamos presente en nuestros ambientes y que, como él, nunca dudemos que contamos siempre con la mano suave y firme de nuestra Madre la Virgen María.

 

(Oración aprobada por el Obispo de Jaén)

 

Reflexión para este día: Una nota propia del camino hacia la santidad: Vivir apostólicamente.

 

Texto bíblico: I P, 2,4-10.

 

El tiempo que va desde que Cristo, muerto y resucitado, subió a los cielos HASTA QUE ÉL VUELVA, es el “tiempo de la Iglesia”. Por eso lo invocamos: Ven, Señor Jesús. ¡Maran atha! Ese tiempo (el tiempo nuestro) está dedicado a la evangelización. La evangelización es la misión esencial de la Iglesia, decía Pablo VI (E.N. 14) (Cf. Elías Yanes, Itinerario de formación cristiana para adultos, vol.2b, p. 14, Edice, 2010)

 

Una nota propia de la vida del Beato Manuel Lozano fue su formación en la Acción Católica. Le quedó grabado a fuego ese afán misionero, de trabajo apostólico, de militancia activa, en la catequesis, en el compromiso social de sus escritos de prensa defendiendo la justicia y denunciando los abusos o el atropello de los derechos humanos. Su hondura mística no le impedía tener los pies muy asentados en la tierra. Una muestra son los artículos que escribe sobre los mineros, sobre el salario justo, sobre el derroche que hiere a los pobres, sobre urbanismo o escolarización. Como tesis establecida escribe: Si el periódico no recoge lo que se siente, lo que se quiere y hasta lo que duele y estorba a las gentes que viven en el pueblo, esos sentimientos, aspiraciones o problemas tomarán el canal de la murmuración subterránea y se harán pus social que infecta, corrompe y mata la ciudadanía (Diario “Jaén”, 2 febrero 1971).

 

El Beato Manuel Lozano Garrido vivió “con codicia” ilusionada los días del Concilio Vaticano II; pero de un modo especial vibraba cuando se hablaba del apostolado de los seglares. Él había escrito en la prensa: El bautismo es un sacerdocio con chaqueta. Es todo un símbolo ese titular. En aquellos años en que los sacerdotes vestían con la sotana, el Beato Manuel Lozano quiere subrayar ya entonces que también los seglares tienen su llamada a trabajar en la Iglesia; que la misión evangelizadora es propia de todo cristiano bautizado; y que de esa tarea vendrá el cambio de la humanidad; así se acercará un mundo mejor en el que Cristo será todo en todas las cosas, llegando entonces su Reino.

 

Reflexión personal: ¿Perteneces a alguna asociación apostólica o cofradía de la Parroquia o de la Diócesis? ¿Participas desde tu propio trabajo más o menos directamente en procurar un mundo mejor? (momento de silencio)

 

Encomendamos a Dios, por intercesión del Beato Manuel Lozano, joven y militante de la Acción Católica, todos los movimientos apostólicos seglares y a sus miembros: que descubran continuamente la necesidad de su trabajo comprometido en mejorar nuestro mundo. Rezamos un Padre nuestro.

 

Oración de los fieles y oración final: Como todos los días.

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Para entrar en la Liga de Defensa Católica. 

INFORMACIÓN DE ÚLTIMA HORA

A la venta la 2ª edición del libro inédito del beato Lolo

Ya está disponible la 2ª edición de Las siete vidas del hombre de la calle, libro inédito de nuestro querido beato Lolo. La acogida ha sido tal que hemos tenido que reeditarlo para atender la creciente demanda del mismo: amigos de Lolo y su obra, para regalar, para centros de lectura y bibliotecas, librerías,… innumerables destinos para los hemos realizado una segunda edición de hermoso e inédito libro.

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Por la libertad de Asia Bibi. 
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Por el respeto a la libertad religiosa 
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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Todos los santos, todos los que Dios quiso que fueran santos y ellos quisieron serlo. De esos nos acordamos hoy. 

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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