¿Qué es sagrado?

Aborto No

Está la mar de bien que cada cual diga o haga lo que bien le parezca pues es la mejor forma de conocernos.

En el mundo en el que nos ha tocado vivir la libertad de expresión está garantizada y, salvo estropicio propiciado por quien la ejerza es fácil poder escuchar y ver de todo.

Todo lo que vemos no siempre es agradable porque sobre gustos ya sabemos que no hay nada escrito que puede tenerse como ortodoxo y a cada cual le gusta lo que le gusta y muestra lo que muestra.

En cuanto a lo que se puede mostrar oscila la cosa entre la vergüenza y lo escasa que tal realidad pueda estar en la persona: a más vergüenza, más se muestra lo indecente que uno puede llegar a ser; a menos vergüenza, justo lo contrario.

Además, la falta de vergüenza suele tener un carácter expansivo (digamos que se externaliza, en lenguaje económico) pues quien demuestra que es escasamente vergonzoso y se deja llevar, sin tino, por sus interioridades (no siempre blancas o puras) es más que probable que toda la negrura que podemos atesorar, vea la luz del día.

Pues bien, todo esto dicho hasta ahora es para mostrar que las cosas, a veces, son como son y que de donde no hay no se puede sacar nada… o casi nada.

Resulta que el cardenal Rouco Varela, a la sazón (y para mal de algunos) Presidente de la Conferencia Episcopal Española, le tienen ganas muchas personas. Unas son más decentes que otras, claro está pero, en resumen, no dejan pasar oportunidad de afearle la conducta que, según ciertos caletres malpensantes, no es adecuada según sus esquemas mentales.

Pues bien. Hace unos días don Antonio procedía a entrar en la Parroquia Santos Justo y Pastor, sita en la capital de España.

Como hay personas que tienen poco que hacer o, a lo mejor, lo que creen que tienen que hacer les da de comer (no parece que les dé para vestirse) unas, digamos, señoritas pertenecientes a algo que se llama Femen y conocidas en su casa a la hora de comer, quisieron agriarle la noche al cardenal gallego afincado en Madrid.

Como hay personas que no dan mucho de sí y sus pensamientos corren parejos a sus acciones, ejecutaron lo que previamente habían pensado (aquí, pues, hay bastante premeditación e, incluso, nocturnidad sin descuidar la alevosía por la escasa defensa que don Antonio pudo ofrecer) las citadas señoritas y se dedicaron a proferir gritos relacionados con el aborto (o asesinato de seres humanos inocentes en el seno materno) pues, según se puede colegir de lo dicho y hecho, a tales muchachas no les parece muy bien que la Iglesia católica se oponga (no del todo como debería, por cierto) a tan horrendo crimen. Debe ser porque están haciendo algún curso de matarife o porque creen que su cuerpo, de verdad, es de ellas y no de Dios, Quien, por cierto, las creó.

Pues bien, acompañaron su muestra de inhumanidad con prendas interiores manchas de supuesta sangre que tiraron al cardenal español. Seguramente querrían decir algo al respecto del aborto con relación a tales prendas pero al que esto escribe se le escapa qué diantre tiene que ver una cosa con la otra.

Pero hicieron algo que es mucho peor. Lanzaron, puño en alto (¿?) su frase preferida (que no es, por cierto, la única vez que se ha escuchado) y que dice esto: “el aborto es sagrado”.

Bueno.

Lo único que les podemos decir es que bien no están en sus cabales (cosa que no es descartable), bien no saben lo que dicen (dada su forma de actuar tampoco es descartable algún tipo de déficit intelectual) o bien son lo que aparentan y eso es, francamente lo decimos, mucho peor.

Decir que es sagrada una aberración como el aborto es ir demasiado lejos. Si lo que quieren decir con eso es que le dan tanta importancia a matar a un ser inocente como se le pueda dar a lo relacionado con Dios, pues van listas estas Femenistas. Lo sagrado, a ellas, las supera demasiado como para, siquiera, hacer que tal palabra salga de sus bocas y, aunque es bien cierto que hasta los más pequeños en la fe son amados por Dios (pues a ellos revela, según Cristo, lo más importante) no es menos cierto que seguramente nunca llegarán (salvo remedio de conversión) a comprender qué es lo que quieren decir con eso de que puede considerarse sagrada una acción tal vil como la de matar, impunemente y alevosamente, a un ser humano.

Y lo otro, las cámaras presentes en el aquelarre que se montaron estas chicas de vida disipada, no es más que la burda manipulación que acompaña siempre a este tipo de acciones. Todo, pues, bien preparado para que la propaganda sea lo mayor posible.

Aunque, claro, también consiguen que se conozca bien a quien hace lo que hace sin poder hacer mucho más. Y es que es lo que tiene no tener dos dedos de frente.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Las cosas no son siempre como aparentan… pero a veces sí lo son.

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2 comentarios

  
Juan Mariner
En la red social ya se tiene dicho, las prostibularias Femen, a sueldo de los poderosos y abortistas, en claro delito contra la libertad religiosa, desprendían el lema: "El aborto es saNgrado"...


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EFG


La verdad, eso se acerca más a la verdad que decir que es sagrado.
05/02/14 12:56 PM
  
María Isabel
Es verdad, creo que se debe hablar de esto a todas las capitales latinoamericanas antes de que sea muy tarde, porque pasan esas "noticias" en nuestras teles y canales...¡Es horrible!!!
05/02/14 4:52 PM

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