Serie Pensamientos de vida sobrenatural - 2.- El propósito de ser cristianos

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Presentación de la serie

Pensamientos de vida sobrenatural

Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.

No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.

Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.

El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.

Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.

Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.

Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.

Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.

Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.

2 .- El propósito de ser cristianos

Ciertamente ser cristiano no es nada fácil. Sin embargo, quien se dice hijo de Dios ha de procurar llevar a cabo una vida de la que pueda decirse que, en efecto, lo es. Existen muchas atracciones del mundo que hacen que la existencia como cristianos se dificulte hasta grados difíciles soportar las mismas y no dejarse caer en la fosa. Sin embargo, querer cumplir con la voluntad de Dios y llevarla a cabo en nuestras vidas es algo que merece la pena porque nos impele a ser mejores.

A ser cristiano se aprende siéndolo.

Y lo que a continuación traigo es lo que, para este católico, es el propósito de ser cristiano.

1 Un buen propósito es creer que se cree. Así, no podremos negar nunca que lo que somos lo somos.

2 Vas de un lado a otro (espiritualmente hablando) No sabes qué hacer. ¿Por qué no te preguntas qué quiere Dios de ti?

3 Un buen propósito es querer hacer algo bueno. Otro, también conveniente, es enmendar algo mal hecho.

4 Proponte, con seriedad, ser cristiano a carta cabal. ¡Sí!, ya sé que eso te traerá problemas. A eso, también, se le puede llamar cargar con tu cruz.

5 Sobre las proposiciones que puedes hacerte que no se te olvide la que consiste en ver las huellas de Dios en el mundo en el que vives. Verás como es posible, así, creer mejor y amar mejor.

6 Si te propones entregar a los demás parte de tu tiempo y compartir, con ellos, su yugo, recuerda que lo mismo hace Cristo contigo. Y te digo esto para que no racanees en tal entrega. Que donde es sí sea sí, como dijo nuestro Maestro.

7 Propósitos, propósitos… solemos hacernos muchos. Quien cree en Dios ha de saber que, con los talentos que nos entrega, aquellos pueden ser cumplidos si somos fieles.

8 Propón, a los demás, que perseveren en su vida cristiana. Habrás ganado, para Dios, algún alma que iba camino de la fosa que tanto menciona el salmista y a la que tanto debemos temer.

9 Aunque sea, sólo, proponerse ser mejor por fidelidad a Dios es una buena forma de hacer propósito de enmienda. Al menos, empieza por eso.

10 Para propósito bueno y benéfico para nuestra fe el que consiste en no olvidar de Quien somos hijos y a Quien nos debemos. Si lo consideras de tal forma podrás decir, con franqueza, que eres semejanza de Dios.

11 Ver, en los demás, a hermanos que caminan, con nosotros, en peregrinación, hacia el definitivo reino de Dios, es un buen propósito para no caer en egoísmos que lastren nuestro paso.

12 Fe, Esperanza, Caridad. Como virtudes cristianas debemos tenerlas como propósitos en nuestra vida. ¡Y cumplir, cada una, en la medida que nos corresponda!

13 Ante las dificultades por las que pasamos y ante las asechanzas del Maligno, el propósito de mantener una serenidad espiritual no nos vendrá mal. Será, seguramente, un remedio bueno ante la desesperación.

14 Se dice de Dios que tiene entrañas de misericordia. Proponte, al menos, imitar tal forma de ser. Nada malo vendrá a tu vida por eso sino, al contrario, atraerás, hacia ti, a la misma bondad.

15 Proponte, también, empezar por aquello que puede parecer insignificante pero que, al fin y al cabo, es lo primero que se hace al construir un edificio: poner la primera piedra de una buena conducta cristiana.
16 Hazte el propósito serio de cambiar aquello que puede ser cambiable pero no ignorando que, a veces, está fuera de nuestro alcance hacer tal cosa. Pide, entonces, y ora, a Dios.

17 Entre tus propósitos no puede faltar la sabiduría para que, sobre todo, reconozcas que hay cosas que, simplemente, son diferentes a lo que tú piensas.

18 Propósito 1; propósito 2; propósito 3… A veces haces un listado extenso de propósitos que, como cristiano, quieres llevar a cabo. ¡Si no lo haces, hazlo! De todas formas, a lo mejor sería mejor decir: ahora voy a cumplir el propósito 1 que, para luego, es tarde.

19 Si eres sacerdote, tus propósitos, como tal, son admirables. Si eres religioso o religiosa, tus propósitos, como especial entrega a Dios, son admirables. Si, por último, lo que eres es laico, tus propósitos, como tal, serán admirables, pues el pequeño trozo de cielo, aquí, en la tierra, hemos de ganarlo con el pulso de una fe que, para otros, ha sido, ya, probada.

20 Último propósito: saber que la fe no consiste en creer porque se ve sino que, como dijo Jesús, es, muy al contrario, creer sin haber visto.
Verás como, así, tu asidero será la mano invisible de Dios y tu yugo será compartido por Cristo al que no ves pero en el que crees.

En realidad, muchas veces somos nosotros mismos los que nos imponemos inconvenientes para que nuestra vida sea la de un verdadero cristiano. No conviene al mundo y, muchas veces, tampoco a nuestra forma de ser.

Ruego, también, a quien quiera hacer su aportación a estos veinte puntos, que así lo haga. Seguramente podremos aprender mucho unos de otros.

Eleuterio Fernández Guzmán

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