A Elena Valenciano, socialista malcarada, no le gusta mucho monseñor Munilla

Como no pueden hacer otra cosa, aunque les gustaría poder mangonear en el nombramiento de los obispos, lo peor de la política española se está dedicando a expandir sus espumarajos pseudointelectuales sobre monseñor Munilla sin saber que sólo causan pena y risa.

Sin embargo, en determinadas ocasiones, no podemos dejar pasar lo que se dice y, sobre todo, cómo se dice.

Elena Valenciano, dirigenta (ven, soy políticamente correcto) socialista, tiene un blog que dedica a lo que se dedican tales posibilidades internáuticas: a decir lo que piensa para que quede constancia y no sea una cosa meramente individual que para sí misma quede.

Y, la verdad, lo que ha escrito sobre el nuevo obispo de S. Sebastián la ha retratado a la perfección.

El artículo, por llamarlo de alguna forma, era corto. Viene a ser, más o menos, como el número de ideas que tiene la socialista insultadora y faltona sin necesidad. Pero es más que suficiente.

Allí habla de forma impresentable contra monseñor Munilla diciendo cosas tan inteligentes como que “su aspecto físico es desagradable” que es una forma de demostrar que tiene poco que decir que no sea tan gran simpleza.

Pero parece que no ha tenido bastante con lo dicho. Lo digo porque ha vuelto a las andadas porque ya se sabe que el dicho dice que “socialista es la persona que tropieza dos veces con la misma piedra”. Y no sólo va y tropieza sino que lo hace con gusto.

Reconozco, sin embargo, que el artículo de ahora le ha salido mejor que el otro escrito, seguramente, sin pensar lo que decía. Ahora, que parece que lo ha pensado mejor, demuestra su estulticia.

“Las palabras de Munilla no son inocentes, no son sólo una torpeza. Traducen el absurdo pensamiento de la jerarquía católica española, alejada del sufrimiento de la gente y de su realidad”

Ahora resulta que la “jerarquía” está lejos de las personas que sufren; que, además, viven en la inopia de lo que pasa y, sobre todo, no quieren cambiar tal situación.

Esto, como es de esperar, es, sencillamente falso y responde a un tic izquierdoso que imputa a los demás su propia actuación y que es la mejor forma, puede pensar Elena Valenciano, de disimular y de decir lo contrario de lo que pasa.

Sin embargo, no cuela como ella puede pensar porque no todas las personas estamos en el desconocimiento, como ella sí lo está, de lo que pasa en la sociedad que tanto mangonean los de su ralea política.

Además, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, endilga, en su discurso, lo de siempre:

“No al preservativo, no a las políticas de salud y sexualidad, no a la liberación de las mujeres, no al pensamiento laico, no a la iglesia de base ni a la teología de la liberación”.

Todo el catálogo de temas progres salen a la palestra: que si el preservativo, políticas de salud que no son, sino, las abortivas, pensamiento laicista que no laico y así… ¡Ah!, y como no puede evitar meterse en camisa de once varas, alude a la llamada “iglesia de base” que no es otra que aquella que despotrica de la Iglesia católica en el seno de la cual está.

Pero, lo que resume bien la ideología malsana de Elena Valenciano es esto:

“Por que él es uno de los representantes de lo peor de esa Iglesia”

Se refiere a monseñor Munilla a quien, por fe y por consecuencia con nuestra fe, tenemos que defender con uñas y dientes porque va a ser lo único que nos quede cuando estos desvergonzados políticos izquierdosos acaben con una sociedad dormida en la que medran los incapaces y, para ser políticamente correcto, las incapaces.

Ahora bien, pueden decirme que de quien dijo, al respecto del aborto, lo que dijo otra cosa no se puede esperar.

Y, ciertamente, es verdad. Por desgracia.