Aborto: cuando la verdad molesta se desprecia al ser humano

Cuando alguien lee lo que ha escrito una señora (o señorita) sobre el aborto y que voy a desmenuzar ahora mismo, piensa, de inmediato, que cuál ha de ser la razón que concurre en la vida de una persona para que manifieste tanto odio por seres de su misma especie.

Bebé-Aído

También piensa, ipso facto, que es una pobre persona.

El pie del artículo, publicado en “El Plural” de Enric Sopena dice que Beatriz Gimeno es escritora y ex presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales.

Y a mí eso me parece muy bien. Si alguien tiene el gusto de presidir tal cúmulo de desviaciones humanas, puede hacerlo. Ahora bien, lo que ya no me parece tan bien es que diga del aborto lo que ha escrito.

Es más que conocido el denominado “Bebé-Aido” que es la parte esencial de una campaña iniciada por personas que, estando a favor de la vida del nasciturus, dieron por elaborar la imagen (que aquí podemos ver) de un feto de 13 semanas de vida para responder a lo que dijo la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, sobre el mismo: “Un ser vivo, claro, lo que no podemos hablar es de ser humano porque eso no tiene ninguna base científica“.

Pues bien, cosas que, sobre el aborto, ha dejado escritas Beatriz Gimeno:

Yo tuve en mis manos uno que me entregó una chica muy pía y muy limpia a la salida de misa (salía ella, no yo; yo pasaba por allí). Lo tiré al suelo muy furiosa…

Se refiere a la imagen del feto de 13 semanas. Ella lo tiró, pero lo hizo con furia, es decir, con “ira exaltada” o, mejor aún (que es lo que responde a su caso particular) en un “acceso de demencia”.

Más:

El embrión no existe sin nosotras, aunque a nosotras se nos haya hecho desaparecer”. Esto suena mucho a eso de “nosotras parimos, nosotras decidimos”.

Sin embargo, parece que no se da cuenta de que cuando sostiene lo que sostiene, lo hace refiriéndose a otro ser humano, el nasciturus que, sin duda alguna, es “otro” ser humano con igual dignidad que la madre. No se trata de un apéndice del que puede desprenderse sin cargo de conciencia alguna.

Por eso dice, refiriéndose a la embarazada que se trata de “Una mujer que puede llegar a decir lo que no quieren permitirle que diga: ‘Mi vida es mía, mi cuerpo es mío’.

Claro, su cuerpo será suyo (que tampoco sino, en todo caso de Dios) pero no es suyo el ser que lleva dentro. No lo es, y no puede, por tanto, decidir por el mismo sobre una vida que es, en todo caso, otra.

Sin embargo, la intención que subyace en todo el artículo es dar la sensación de que a la mujer no se la tiene en cuenta para nada y que, al fin y al cabo (eso piensa) quienes defienden la vida del nasciturus (desde la misma fecundación) hacen como si sólo importara la vida del mismo sin tener, para nada, en cuenta a la mujer.

Pues se equivoca de medio a medio.

Por ejemplo, el Programa RED MADRE colabora, mucho, con la mujer embarazada para que, a ser posible, no opte (de forma voluntaria o forzada por el ambiente) por el aborto porque cuando hay embarazo hay un ser humano que necesita ser protegido y que, por ser el más indefenso, ha de ser tenido muy en cuenta.

Aunque eso, para quien escribe lo que escribe del nasciturus y del feto que lo representa en la campaña de la que arriba se hace mención, poco debe importar. Es mejor, sin duda, el egoísmo que, ciertos comportamientos muestran a la hora de decidir entre la vida de quien puede nacer y la vida de quien puede nacer.

Y es que aquí, ciertamente, olvidar tal realidad es muestra inequívoca de cierta voluntad totalitaria no exenta de una tendencia enfermiza a creer que uno puede hacer con su cuerpo lo que quiera como si, en realidad, fuera suyo y lo hubiera creado el mismo ser humano.

¿Quién crea? Pues de Quien crea es lo creado. Vamos, del Creador. Y todo lo demás es pura ansia de poder sin, en realidad, poder.

21 comentarios

  
Snolkocevic
Este es el resultado de un intento de despojar a la mujer de su yo mas intimo. Dios ha puesto en toda mujer un sello y un deseo, que es inherente a su propio ser: el deseo esponsal y de la maternidad. Esto es asi incluso en las mujeres religiosas, que desarrollan y viven fielmente ese sello y deseo intimo, con un desposorio con Cristo y con una maternidad espiritual hacia todas las personas del mundo (estas palabras son copia, casi textual, de lo que dicen muchas religiosas, por ejemplo, pero no unicamente, de una comunidad muy viva, de la que hace poco se ha publicado un reportaje infame y retorcido en un suplemento de un periodico de tirada nacional, de naturaleza mas bien anti-eclesial).
Luchar contra esto, es luchar contra la propia naturaleza de la mujer y genera todo el cumulo de contradicciones y dramticas consecuencias que se ven en los comentarios de esta mujer.
Nos queda el rezar por ella, para Dios ilumine su corazon y seguir adelante con nuestra obra. Espero que esa chica "muy pia y muy limpia" (me ha llamado la atencion este comentario, por la rabia y el desprecio que conlleva, supongo que mayor que la que utilizo para lanzar el "Bebe Aido") siga adelante con su testimonio de vida y a favor de la vida. Que Dios la bendiga.
Un saludo

30/11/09 9:26 AM
  
Eleuterio
Snolkocevic

En realidad, cierto feminismo mal entendido es, más bien, una postura en contra de la misma mujer porque pretende que se le prive de aquello que es, por naturaleza propia, lo mejor que Dios hizo en su favor: ser madre. Para eso no se ha matar a quie va a nacer.

Ahora bien, cuando se pertenece a la asociación de la que era presidenta la autora del artículo, cualquiera cosa se puede esperar y ninguna buena, claro.
30/11/09 9:33 AM
  
Gallego
¿Podría pasarme alguien un enlace sobre lo que dice el Papa, la CEE o la Iglesia sobre el "aborto terapeutico", es decir, al aborto cuando corre peligro la vida de la madre?
30/11/09 9:40 AM
  
Eleuterio
Gallego

Aquí tiene el enlace. Es bastante reciente

http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20090711_aborto-procurato_sp.html
30/11/09 9:59 AM
  
Snolkocevic
Tiene Ud. razon Eleuterio.
Pero esta es la consecuencia de este tipo de teorias. Nacieron pretendiendo ser una defensa de la dignidad y naturaleza de la mujer, y han acabado siendo su peor enemiga. Lo triste es que estamos tan ciegos en la sociedad de hoy, que no solo no se ve, sino que quien levanta la voz a este respecto, encima es un fascista, un facha, y lindezas del estilo.
Y si, es verdad, para ser Presidenta de este tipo de asociaciones, hay que defender ciertas posturas algo trasnochadas (lo que esta de moda no siempre es bueno, y a las pruebas me remito).

Gallego:
¿Se refiere Ud. al "aborto terapeutico" o al "aborto indirecto"?.
Iba a poner, con permiso del Sr. Eleuterio, un par de links al respecto, pero la nota que ha colgado el mismo, lo aclara mucho mejor mas directamente.

Un saludo
30/11/09 10:04 AM
  
Gallego
OK, gracias....
30/11/09 10:05 AM
  
Eleuterio
Snolkocevic

Creo que tener que soportar ciertos insultos es una parte, no pequeña, de nuestra cruz. Por eso no puede ser mal visto sino ejemplo exacto de que vamos por el buen camino.
30/11/09 10:07 AM
  
Luis López
El gesto de tirar con furia esa réplica del Bebé-Aido al suelo es muy sintomático. Demuestra a mi juicio un odio profundo -por resentimiento, por envidia o por impotencia- al hecho de la maternidad femenina.
30/11/09 10:17 AM
  
Eleuterio
Luis López

Pero, sobre todo, es triste porque supone, más que nada, una incapacidad de reconocer la verdad de las cosas.
30/11/09 10:21 AM
  
Snolkocevic
Pues vuelve Ud. a tener razon, Sr. Eleuterio. Ya lo dijo Jesucristo, "Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron" (Mt 5,11-12).
Pues vivamos con alegria nuestra Cruz, y que se pueda llegar a decir de nosotros, en todo caso, lo mismo que decian los romanos de los cristianos cuando iban a ser devorados por las fieras en el circo, que estaban locos, porque iban cantando al martirio. Que tambien en estas circunstancias (dar la vida por la fe tambien se hace en la vida cotidiana) nos tilden de locos, y estemos alegres por ser coherentes y obedientes a Su Voluntad.
30/11/09 10:42 AM
  
Eleuterio
Snolkocevic

Pues así sea.
30/11/09 10:46 AM
  
Yolanda

En particular ete párrafo, gallego:

Por lo que se refiere al problema de determinados tratamientos médicos para preservar la salud de la madre, es necesario distinguir bien entre dos hechos diferentes: por una parte, una intervención que directamente provoca la muerte del feto, llamada en ocasiones de manera inapropiada aborto “terapéutico”, que nunca puede ser lícito, pues constituye el asesinato directo de un ser humano inocente; por otra parte, una intervención no abortiva en sí misma que puede tener, como consecuencia colateral, la muerte del hijo: «Si, por ejemplo, la salvación de la vida de la futura madre, independientemente de su estado de embarazo, requiriera urgentemente una intervención quirúrgica, u otro tratamiento terapéutico, que tendría como consecuencia accesoria, de ningún modo querida ni pretendida, pero inevitable, la muerte del feto, un acto así ya no podría considerarse un atentado directo contra la vida inocente. En estas condiciones, la operación podría ser considerada lícita, al igual que otras intervenciones médicas similares, siempre que se trate de un bien de elevado valor —como es la vida— y que no sea posible postergarla tras el nacimiento del niño, ni recurrir a otro remedio eficaz» (Pío XII, discurso “Frente de la Familia” y a la Asociación de Familias Numerosas, 27 de noviembre de 1951).

30/11/09 11:54 AM
  
gallego
Un ejemplo:
O sea que si se usa la sustancia A para curar a la madre, y muere el feto sin querer, no es pecado.
Si se usa la sustancia A para matar el feto y así curar a la madre, entonces es pecado.

Sólo depende de la intención, no? Porque el acto en sí (quitando la mencionada intención) es el mismo.
30/11/09 12:28 PM
  
Eleuterio
gallego

El acto no es el mismo. Puede ser el mismo el resultado pero, sin duda, la intención no es la misma.

Tampoco es lo mismo que una persona mate a otra con premeditación y alevosía o que la mate en legítima defensa. El resultado será el mismo, pero la intención no.
30/11/09 12:36 PM
  
Gallego
me refiero que el acto en sí es el mismo, no? El acto "físico" puede setr el mismo, pero lo que se juzga es la intención?
30/11/09 12:47 PM
  
Eleuterio
Gallego


Yo no sé lo que al respecto pueda decir la doctrina pero yo creo que la intención es muy importante en este particular caso.
30/11/09 12:59 PM
  
Luis López
Gallego ¿Cómo va a ser lo mismo ir a matar con conciencia y voluntad a un ser humano -para salvar a otro-, que ir a salvar a un ser humano, resultando por accidente la muerte de otro?

Si extrapolamos el supuesto a situaciones con personas adultas lo verá claro: el derecho penal de los países civilizados no me permite matar a uno para salvar a otro, pero sí admite que por salvar a uno pueda derivarse la muerte de otro. Me permite, en caso de imposibilidad de salvar a todos, que salve al mayor número posible, aunque ello implique de hecho una selección de la que se derivará la muerte de algunos.

En el primer caso -si mato- me condenará. En el segundo me condecorará.
30/11/09 1:25 PM
  
Snolkocevic
Gallego:
Creo que no es exactamente asi. Por decirlo de alguna manera, y parafraseando a Ortega y Gasset: " se juzgara el acto y sus circunstancias".
Es decir, se parte de la idea de que todo acto conlleva una moralidad. La muerte de un ser humano (da igual que sea de 60 años o un nasciturus), es moralmente negativa. Pero todo acto esta envuelto en una cierta serie de circunstancias (como decia Eleuterio, no es lo mismo matar a una persona con premeditacion, que matar a una persona en defensa propia), lo que puede convertir a ese mismo resultado como "aceptable" (que no moralmente bueno, pero no es pecado).
Por decirlo de algun modo, el resultado es el mismo, pero el acto (que queda "modificado" por sus circunstancias) no lo es.
No se si lo he explicado de manera comprensible y correcta.
Un saludo
30/11/09 1:40 PM
  
Gallego
Yo me refiero a que el acto físico en mi puede ser el mismo:

Por ejemplo:
ACTO1 = "Ir al hospital, darle el medicamento A y salvarse la madre y morir el niño"

Yo puedo hacer el ACTO1 con intención de salvar a la madre, con lo que no será pecado, y con la intención de matar, con lo que será pecado.

Es eso?
30/11/09 3:02 PM
  
Gallego
joer, cada vez escribo peor

Reescribo el primer párrafo:
Yo me refiero a que el acto físico en si puede ser el mismo
30/11/09 3:49 PM
  
Snolkocevic
Gallego:
Bueno, si consideramos el acto fisico, sin ninguna circunstancia, puede decirse que si, ciertamente, es el mismo.
30/11/09 5:24 PM

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