Nicolás de Oresme

_

Primeros años

Nicolás de Oresme nació el 11 de julio de 1323 en Allemagne (hoy Fleury sur Orne), en la diócesis de Bayeux, cerca de Caen. Creció en plena guerra de los Cien Años, y su Normandía natal con frecuencia estuvo total o parcialmente en manos del monarca inglés durante su vida. Nada se sabe de su vida hasta que Nicolás aparece becado antes de 1340 en el colegio de Navarra, fundado en la capital francesa por la reina Juana de Navarra en 1304, para estudiantes pobres de teología, gramática y lógica, de lo que se ha deducido que sus orígenes familiares eran humildes. También que debía ser muy inteligente, para alcanzar unos estudios tan ventajosos a una edad tan temprana.

En París fue alumno del escolástico escéptico Jean Buridan (Johannes Buridanus), a su vez discípulo de Ockham, precursor del nominalismo. También fue alumno del filósofo Alberto de Sajonia, gran innovador en el campo de la lógica y la física aplicada. Se cree que también pudo recibir clases del nominalista Marsilio de Inghen, aunque no está demostrado.

En 1342 fue nombrado maestro regente en Artes (durante la crisis de la filosofía natural provocada por las tesis de Ockham) con sólo 19 años. Se especializó en teología a partir de 1348, obteniendo el doctorado en 1356. Ese mismo año fue nombrado gran maestre de su colegio de Navarra. Poco después fue nombrado magister theologiae. De estos primeros años es su trabajo más precoz: con apenas 24 años, en 1347 publicó Questions de physique, con el que inició un animado debate con sus comprofesores Jean Buridan y Alberto de Sajonia sobre el movimiento. Ya en estos primeros trabajos postula que no se pueden aceptar las razones de Aristóteles contra el movimiento de la tierra, pues la experiencia sensorial no puede evaluar un movimiento relativo. Apelando al argumento de la simplicidad, opta por considerar más probable el movimiento terrestre que el celeste. En sus trabajos posteriores desarrollará más ampliamente esta cuestión, como veremos.

Durante esos años la Cristiandad fue azotada por la Gran Peste Negra proveniente de Asia central en 1348, que mató a un tercio de la población, y afectó tan severamente al mundo académico como a la agricultura o el comercio. Asimismo, fueron años de gran agitación social en el reino franco causados por la captura y reclusión del rey Juan II a manos de los ingleses. Su hijo el delfín Carlos vio su sucesión contestada por Carlos II de Navarra, que buscó apoyos en la levantisca nobleza. Asimismo, por los mismos años hubo una rebelión de campesinos en el norte de Francia contra las cargas de sus señores feudales, conocida como Jacquerie, y los burgueses de París aprobaron la Gran Ordenanza en los Estados Generales de 1357 por la cual se cercenaba el poder del monarca en asuntos económicos. Oresme fue nombrado preceptor del delfín, y al coronarse este como Carlos V y apaciguar todas las turbulencias, ocupó un puesto destacado en su corte, como secretario y capellán del rey. Se cree que indujo a Carlos a criticar fuertemente la corrupción y desórdenes en el clero en su visita a la sede papal de Aviñon, y ejerció diversas misiones diplomáticas en nombre del regente entre 1356 y 1360.

Aunque no fue el campo donde más destacó, Oresme publicó textos sobre teología, como un tratado titulado De malis venturis super ecclesiam y el sermón Iuxta salus mea, pronunciado frente a la corte del Papa Urbano V en 1363, y que aborda la necesidad de reformar la Iglesia. Asimismo, por su prestigio se le atribuyeron otras obras contemporáneas pertenecientes a otros autores, o anónimas.

_

Las obras de Oresme sobre economía

En 1355 (tal vez a petición del propio Carlos) publicó De origine, natura, jure et mutationibus monetarum, y un año después su traducción al francés (Traictié de la Monnoie). Pocos años después publicó un resumen de sus ideas fundamentales en su obra De Moneta.

Postulaba que la propiedad es un derecho natural de los individuos y las comunidades. Asimismo, pese a que en su tiempo estaba reconocido que el monarca era el propietario nominal de todos los bienes del reino, y que en una emergencia tenía derecho a reclamarlos (al menos teóricamente), Oresme impugnó esas ideas, considerando que los súbditos tenían derecho a su propiedad privada, y que la incautación era un acto tiránico (es decir, deslegitimador).

Oresme definió al dinero como un producto más del mercado, y no un medio de intercambio. Aunque aceptaba que el soberano debía ser el único en acuñar moneda, establecía que esta tenía un valor nominal, el que le otorgaba el emisor, y un valor intrínseco, derivado del peso y pureza del metal. La diferencia entre ambos la llamaba “premio de acuñación” y era equivalente a los costes en que el soberano incurría para la acuñación. Era obligación del emisor establecer una ley y peso verídicos a la moneda, y ser fiel al coste de acuñación real. Oresme censuró el fraude que consistía en alterar pureza o peso de la moneda o exagerar el premio de acuñación, factores todos ellos que contribuían a la inflación (que era tenida en aquella época como una estafa del soberano hacia los usuarios de la moneda), y acababan con la razón de ser del dinero: una herramienta confiable por ser de valor constante. También condenaba la acumulación de moneda, el cobro por custodia, el cambio fraudulento de moneda y por supuesto, la usura.

_

Las obras de Oresme sobre matemáticas

En 1362 fue nombrado canónigo de la catedral de Ruán (y decano en 1364), arzobispado y capital de Normandía, y en 1363, canónigo de la Sainte Chapelle (capilla real). En 1369, a petición del rey Carlos V (llamado posteriormente el Sabio) comenzó la traducción y publicación de varias obras fundamentales de Aristóteles al romance francés, pues la mayoría de sus cortesanos y consejeros no sabían latín. Oresme fue pionero en la publicación académica en lengua vulgar, y para esta labor, el monarca le concedió una pensión en 1371.

En 1360 publicó Cuestiones super geometriam Euclidis, donde fue el primero en demostrar que la serie armónica simple, de término general 1/n, era divergente

Se enuncia así: para cualquier n que sea una potencia de 2, hay n/2 - 1 términos en la serie entre 1/(n/2) y 1/n. Cada uno de estos términos es al menos 1/n, y dado que hay n/2, suman al menos 1/2. Por ejemplo, hay un término 1/2, luego dos términos 1/3 + 1/4 que juntos suman al menos 1/2, luego cuatro términos 1/5 + 1/6 + 1/7 + 1/8 que también sume al menos 1/2, y así sucesivamente. Por lo tanto, la serie debe ser mayor que la serie 1 + 1/2 + 1/2 + 1/2 + …, que no tiene un límite finito. Esto prueba que la serie armónica debe ser divergente.

Por cierto, que Oresme disentía de sus contemporáneos Buridan, Alberto de Sajonia y Ockham al respecto del movimiento. Mientras la opinión común era que todo movimiento y todo objeto en movimiento lo son por un motor, Oresme consideraba que el movimiento era algo externo al objeto, de modo que sus cualidades intrínsecas eran similares a las del objeto inmovil, y las del movimiento se debían atribuir fundamentalmente al motor. Desarrolló exhaustivamente esta teoría, haciéndola base de su interpretación del movimiento del universo, pero tuvo pocos seguidores en su propia época.

Su obra matemática más importante fue el Tractatus de configurationibus qualitatum et motuum (escrita alrededor de 1370). Analizó en ella las cualidades de los llamados entonces accidentes, como por ejemplo el calor. Describió en el dos cualidades: la intensidad o grado del calor, y su extensión en el espacio. Fue de los primeros en relacionar las variables o accidentes en forma de longitud y latitud (abscisas y ordenadas posteriormente), y pionero en visualizar dicha relación como figuras planas (hoy llamaríamos coordenadas) geométricas en el Tractatus de latitudinibus formarum. La intensidad estaba representada por una latitudo proporcional a la intensidad erigida perpendicular a la base en un punto dado en la línea de base, que representa el longitudo. Las cualidades que varían uniformemente quedaban representadas por una línea recta inclinada al eje de la longitud, pero Oresme describió muchos casos de cualidades que varían de manera no uniforme, y extendió esta representación a figuras de tres dimensiones.

Un grupo de matemáticos del colegio Merton de la universidad de Oxford, encabezados por Thomas Bradwarine, habían definido a lo largo de la primera mitad del siglo XIV el teorema de la velocidad media o del movimiento uniformemente acelerado, es decir, el espacio que recorrería un cuerpo con velocidad constante en un intervalo de tiempo. Oresme creó la figura o configuración de dicho teorema, siendo el primero en representar la curva del movimiento uniformemente acelerado (latitudo velocidad, longitudo tiempo, y el área de la figura la distancia recorrida). Galileo (entre otros matemáticos) empleó esta configuración para sus demostraciones matemáticas.

En Algorismus proportionum y De proportionibus proportionum Oresme presentó cálculos de potencias con exponentes enteros y racionales, y desarrolló el primer método para calcular potencias con exponentes irracionales fraccionales, es decir, calcular con proporciones irracionales (proporción proporcional), método basado en la igualación de cantidades continuas y números discretos. Una idea proveniente de la teoría de la música monótona (sectio canonis) que le permitió superar la prohibición de la división regular de los intervalos de Pitágoras. Utilizó este método en su Tractatus de configurationibus qualitatum et motuum sobre música, en el contexto de su “teoría del tono parcial o armónico” para producir proporciones de sonido irracionales (timbre “feo”) en la dirección del “continuo de tono parcial", también llamado “ruido blanco".

En este último trabajo, postuló que dadas dos magnitudes, es más probable que sean inconmensurables que lo contrario. Anticipó la ley que afirma que el infinito de los racionales es numerable y el de los irracionales no lo es. Más tarde eso tendría influencia en su trabajo crítico sobre la astrología, como veremos.

Oresme fue precursor de la especulación sobre poderes fraccionales y la noción de probabilidad sobre secuencias infinitas.

_

Las obras de Oresme sobre física

Sobre la propagación de la luz y el sonido, Oresme siguió la doctrina dominante en su época, proveniente de Alhacen y Bacon, según la cuál se producía por la multiplicación de especies, postulando que estas eran inmateriales pero corpóreas (esto es, tridimensionales), lo cual resulta cierto en el caso de la luz, compuesta por las partículas fotones. No sólo eso, sino que además avanzó que la naturaleza de la luz y el color son idénticas, que cada color es sólo una de las partes de la luz blanca quebrada.

Oresme descubrió la curvatura de la luz por la refracción atmosférica, conocimiento que en el siglo XVII propagaría Robert Hooke, al que con frecuencia se atribuye la paternidad de este descubrimiento.

_

Las obras de Oresme sobre política

Entre 1371 y 1377, Oresme tradujo al francés Ética, Política y Economía(esta última hoy considerada seudoaristotételica), poniendo de ese modo los fundamentos filosóficos prácticos al alcance de lectores no necesariamente eruditos (como por ejemplo nobles o cortesanos). Por cierto que introdujo algunos neologismos para dar una pronunciación francesa a términos griegos que todavía hoy se usan (algunos tan importantes como por ejemplo monarquía, democracia u oligarquía). En las obras traducidas agrega comentarios propios, lo cual nos proporciona su doctrina personal sobre la materia. En línea con santo Tomás de Aquino, san Alberto Magno y Pedro de Auvernia, considera la monarquía como la mejor forma de gobierno. También cita a Marsilio de Padua y su controvertida obra Defensor Pacis, publicada en 1324 (por cierto que se le acusó de haberla traducido al francés, pero fue absuelto del cargo).

En cuanto a la Política (parece que completada entre 1372 y 1374), Oresme afirma que el objetivo del rey debe ser el Bien Común, y cuando deja de serlo se convierte en tirano. Es virtud del soberano permitir participar en el gobierno a los hombres virtuosos y sabios (aristocracia filosófica) para corregir al monarca, elaborar leyes e impartir justicia; eventualmente incluso deponiendo al rey si este falta a su deber. Oresme es partidario del imperio de la ley sobre la voluntad del soberano, de modificar la legislación únicamente en casos de extrema necesidad, de rechazar la rebelión como ataque al Bien Común (sin duda fruto de sus experiencias personales durante el delfinado de Carlos), y en conjunto, de un gobierno monárquico templado. Niega la sacralidad del rey pero también es partidario de limitar la influencia de los obispos sobre su gobierno. Se cree que la influencia de Oresme sobre el gobierno de Carlos V fue elevada. Por ejemplo, se le atribuyen directamente la elección de varios altos cargos palatinos, así como la ley que el monarca elaboró sobre la sucesión y la regencia en minoría de edad de su heredero.

_

Las obras de Oresme sobre astronomía y astrología

Uno de sus últimos trabajaos fue Livre du ciel et du monde, comentario en francés a la obra cosmológica de Aristóteles, escrito alrededor de 1377. En él estudió los argumentos a favor y en contra de la rotación terrestre. Afirmó que el movimiento de los astros observado sería el mismo si fuese la tierra la que se movía o lo hicieran los cuerpos celestes. Rechazó que el movimiento de rotación terrestre hubiese provocado un gran viento de este a oeste, puesto que el aire y el agua compartirían con la tierra dicha rotación, y por tanto su posición relativa no variaría. En cuanto a los pasajes de la Escritura que hablaban del movimiento del sol, entendió que reflejaban un lenguaje popular, y no una enseñanza divina sobre astronomía, por lo que no debían tomarse literalmente.

Empleó la teoría del ímpetu, propuesta por el neoplatónico Filópono de Alejandría contra la física aristotélica, y desarrollada por su maestro Buridan, para poner en duda la inmovilidad de la tierra. Empleó también el argumento de la simplicidad (la célebre “navaja”) de Okcham, para invocar que era más sencillo (“económico”) que fuese el globo terrestre el que rotase, a no que lo hiciese sobre su eje la inmensa esfera de estrellas. Se adelantó con ello a Copérnico en dos siglos, aunque naturalmente sin la explicación científica de aquel. No obstante, al final del trabajo reconoció que ninguna prueba era concluyente, y que “todos sostienen, y creo que yo mismo, que los cielos se mueven y no la Tierra".

Oresme dedica buena parte de esta obra a su crítica de la astrología, a la que cuidadosamente procura separar de la astronomía u observación metódica de los astros (distinción novedosa en su tiempo). A partir de su noción de fracciones incomensurables, postuló que era probable que la duración de las horas y los años fuesen incomensurable, al igual que los movimientos de los periodos de la luna y los astros. De igual modo consideraba que no se repetían de igual manera los eclipses y conjunciones planetarias, lo cual desmontaba a su juicio la pretensión de los astrólogos de prever los movimientos planetarios y sus consecuencias (en lo primero se equivocaba, como sabemos actualmente).

En cuanto a la influencia de los movimientos de los astros sobre lo que acontecía en la tierra, reconocía que podían tenerla de modo general, pero no cuanto a eventos particulares, únicamente la admitía en enfermedades, porque los humores corporales podían verse afectados al ser de naturaleza líquida (como por ejemplo la influencia de la luna sobre las mareas).

Pero la negaba a la predicción del clima, señalando que “los marineros y los campesinos pronostican mejor el tiempo que los astrólogos”. Atacó además la base de la predicción astrológica, afirmando que la posición de las estrellas en el firmamento ha variado desde que se describió el zodíaco en tiempos antiguos (como así es). Descartaba de plano la influencia de las estrellas sobre la buena o mala fortuna. Los interrogatorios a las estrellas para tomar decisiones (de negocios, de bodas, de batallas, etcétera), así como las cartas astrales, en base a la situación de los planteas en el momento del nacimiento, las desacreditó totalmente, considerándolo una vacua práctica pagana.

Como curiosidad, podemos decir que fue uno de los pioneros en proponer la existencia de mundos habitados en los cuerpos celestes.

_

Últimos años y legado

Agradecido por sus servicios, en 1377 el rey le patrocinó para que fuese elegido obispo de Lisieux, capital del país de Augé, no lejos de su Caen natal, con 54 años de edad. Murió el 11 de julio de 1382, a los 59 años.

En 1970, la Unión Astronómica Internacional le dio su nombre a un cráter de 76 km de diámetro en la cara oculta de la luna. Asimismo, se nombró en su honor al asteroide 12576.

Oresme fue un destacado intelectual y científico en su tiempo. Fue en el campo de las matemáticas donde hizo sus innovaciones más notables, pero, recogiendo la herencia de los sabios clásicos, y anticipándose a los “hombres del Renacimiento”, el campo de su interés fue vastísimo, haciendo interesantes aportaciones a la astronomía, la política, la música, la física o la economía, donde fue pionero en tratarla al modo “moderno”. También fue precursor en el estudio y divulgación científica en lengua romance vulgar, a la que añadió términos técnicos comunes que aún hoy se emplean. Con una sólida base de conocimiento aristotélico, y con las aportaciones de sus maestros nominalistas, supo hacer avanzar el conocimiento científico en prácticamente todos los campos que tocó, convirtiéndose en uno de los más relevantes sabios de la Baja Edad Media.

4 comentarios

  
Chico
Felicito efusivamente al Autor por lo mucho que sabe y lo bien que lo expone. En tales años los españoles estaban liados a tortas con los muslimes y no tenían tiempo para demasiados libros. Diferencia de vidas nacionales. La cultura católica es asombrosa en todo tiempo.

-----------------

LA

Aunque no tan brillantes como la Sorbona u Oxford, tambén las universidades españolas de la época produjeron algunos científicos de renombre, como el médico Arnau de Vilanova.
01/09/19 2:08 AM
  
Néstor
"Mientras la opinión común era que todo movimiento y todo objeto en movimiento lo son por un motor, Oresme consideraba que el movimiento era algo externo al objeto, de modo que sus cualidades intrínsecas eran similares a las del objeto inmovil, y las del movimiento se debían atribuir fundamentalmente al motor."

Si lo entiendo bien, ahí dice que las cualidades intrínsecas del objeto en movimiento son similares a las del objeto inmóvil, y que las cualidades del objeto en tanto está en movimiento, deben atribuirse al motor. Pero eso sería lo mismo, pienso, que decir que todo movimiento y todo objeto en movimiento lo son por un motor. Así que algo se me escapa.

Saludos cordiales.

----------------

LA

Mi redacción es defectuosa. La opinión común, contra lo que pensaba Oresme, es que al ser impulsado por un motor, el objeto móvil recibía parte de las cualidades de este, modificando sustancialmente su naturaleza, que de ese modo no era similar a la del objeto inmovil.

Gracias por el apunte.
02/09/19 2:19 AM
  
Néstor
"Sobre la propagación de la luz y el sonido, Oresme siguió la doctrina dominante en su época, proveniente de Alhacen y Bacon, según la cuál se producía por la multiplicación de especies, postulando que estas eran inmateriales pero corpóreas (esto es, tridimensionales), lo cual resulta cierto en el caso de la luz, compuesta por las partículas fotones."

Ahí no veo cómo algo que es tridimensional puede ser inmaterial. La extensión, necesaria para la tridimensionalidad, es un accidente de los entes materiales.

Saludos cordiales.
02/09/19 2:23 AM
  
Néstor
"La opinión común, contra lo que pensaba Oresme, es que al ser impulsado por un motor, el objeto móvil recibía parte de las cualidades de este, modificando sustancialmente su naturaleza"

Ahí lo que no veo claro es cuál era esa opinión común, que ciertamente no es la aristotélica, donde el cambio accidental, que no modifica la naturaleza del ente, es obra ciertamente de un motor.

Saludos cordiales.
30/09/19 9:54 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.