Fuentes y textos sobre las sectas ufológicas

James R. Lewis, Encyclopedic Sourcebook of UFO Religions (Amherst: Prometheus Books 2003) 530 pp.

En abril de 1997 la secta Heaven’s Gate (Puerta del Cielo) fue el centro de atención de los medios de comunicación: 39 de sus miembros se suicidaron en San Diego para poder viajar en la nave espacial que se escondía tras el cometa Hale-Bopp. Sin embargo, no ha sido el único grupo que ha hecho de los extraterrestres el centro de sus doctrinas. En el siglo XX han proliferado – y lo siguen haciendo ahora –, como un fenómeno consecuente con los presuntos avistamientos espaciales, las personas que han dicho ser receptoras de un mensaje de seres de otros planetas, y han reunido en torno a su figura y sus escritos (una auténtica “nueva revelación”) diversos grupos de carácter más o menos religioso.

Para analizar estas sectas, llamadas ufológicas o ufónicas (de las siglas inglesas correspondientes al castellano “ovni”), contactistas o platillistas, aparece este libro. Editado por James R. Lewis, profesor de estudios religiosos en la Universidad de Wisconsin, y con varios títulos sobre religiosidad alternativa a su cargo, cuenta con colaboraciones de 19 autores expertos en estos temas, entre los que pueden destacarse Robert Ellwood, Andreas Gruenschloss, Susan Palmer o el jesuita John A. Saliba, y otros buenos conocedores del fenómeno ufológico. El editor afirma que «con la excepción de un puñado de investigadores pioneros, las religiones ufológicas no fueron tomadas en serio como objeto de estudio académico hasta los 39 suicidios de la Puerta del Cielo de 1997» (14). Y ésta es la motivación de este libro. La cuidada edición, los abundantes aparatos críticos y bibliografías al final de cada capítulo y el índice de nombres final ayudan a que constituya una buena obra de consulta, imprescindible sobre este tema (si bien muchas de las colaboraciones ya habían sido publicadas en otros lugares).

Según explica Lewis en la introducción, ya desde los inicios de la era ufológica moderna, allá por 1947, la cuestión de los ovnis ha tenido resonancias religiosas. Además, con el precedente en algunas corrientes esotéricas y espirituales de la creencia en “Maestros ascendidos” que habitarían en otros planetas. Los extraterrestres actuales serían una especie de mensajeros (“ángeles tecnológicos”) de otras civilizaciones más avanzadas que la humana. Más avanzadas también en lo espiritual, y por ello el mensaje que nos traerían sería de perfeccionamiento espiritual y salvación de la inminente catástrofe que le espera al planeta Tierra (con un evidente tono apocalíptico).

La obra está dividida en cinco partes, de manera temática. La primera constituye una panorámica general del fenómeno. Cinco colaboraciones se acercan a las creencias y funcionamiento de las sectas contactistas: su escatología, carácter religioso y concepción de la divinidad, mecanismos cognitivos, papel en la sociedad norteamericana y proceso de construcción mitológica. En el segundo apartado otros cinco artículos se refieren ya a los comienzos, en los años 50, de estos movimientos. Todos estos estudios abordan las doctrinas (especialmente sus profecías escatológicas fallidas), prácticas y actualidad de los más representativos de aquel tiempo: la Sociedad Aetherius, fundada por George King, y la Academia de Ciencia Unarius, que tiene su origen en el matrimonio formado por Ernest y Ruth Norman.

La tercera parte está dedicada al estudio de los grupos más importantes fundados en la década de los 70. El primero, el ya citado de la Puerta del Cielo, es contemplado en un artículo en sus diversos aspectos (origen, historia y expansión, captación, compromiso, suicidio), y la otra colaboración aborda su construcción de «la teología del suicidio». La segunda secta estudiada en esta parte es el Movimiento Raeliano, fundado por Claude Vorilhon (conocido como Rael) en Francia en 1976, y extendido por todo el mundo. Últimamente ha sido muy célebre por sus muchas y estrafalarias apariciones en los medios de comunicación (con una estrategia calculada de propaganda según mi opinión) con sucesos como la clonación de seres humanos que afirman haber realizado, su apoyo al lobby gay, sus campañas anticatólicas o la construcción de una embajada extraterrestre en Israel y de un parque temático en Canadá. Pues bien, a esta secta y a sus doctrinas y prácticas están dedicados otros dos artículos. De los grupos contactistas más recientes se ocupan las tres colaboraciones que forman la cuarta parte de la obra: la secta de origen taiwanés Chen Tao y otra conocida como Ground Crew.

La quinta parte del libro contiene estudios generales sobre el status religioso de estas creencias ufológicas. En un breve primer artículo se muestran los datos estadísticos de esta fe alternativa. Otro contiene la reflexión sobre los resultados de una encuesta –bastante reducida– realizada entre los ministros religiosos cristianos y judíos de los EE.UU. acerca de la posibilidad de la existencia de la vida extraterrestre y la incidencia que esto podría tener en la religión, llegando a la conclusión de que «según este examen piloto, la religión no está amenazada por el desafío de la vida extraterrestre» (369). El último artículo vuelve sobre el tema de los extraterrestres y el futuro del hombre.

A todo esto se añaden cinco apéndices, dedicados cada uno de ellos a una de las principales sectas platillistas (Aetherius, Unarius, Puerta del Cielo, Raelianos y el Comando Asthar). Tras una introducción, cada apéndice recopila varios textos del propio movimiento, lo que constituye un material de gran interés, al tratarse de las fuentes doctrinales.

Si el propósito de la obra es, tal como escribe Lewis, favorecer una comprensión más profunda de la “religiosidad” ufológica, que evite el desprecio de este fenómeno por trivial y ridículo, y que pueda evitar tragedias como la ocurrida en San Diego, puede decirse que lo ha conseguido, al reunir trabajos académicos de calidad sobre el tema. Por eso hay que dar la enhorabuena a los responsables de la edición. Quizás puede criticársele el uso tan ligero que este autor, como otros muchos en este campo de la sociología de la nueva religiosidad, hace del término “religión” para referirse a corrientes y grupos que en muchas ocasiones encierran una gran ambigüedad. Por otra parte, echo de menos que se aborden otros movimientos importantes en este campo, tales como la norteamericana Fundación Urantia (depositaria de una nueva revelación extraterrestre en forma de grueso libro), los “contactados” europeos (el estigmatizado italiano Giorgio Bongiovanni, por ejemplo) y otros grupos de diversos orígenes, como los aparecidos en América Latina. El libro peca, como pasa en toda esta literatura, de una fijación casi exclusiva en el mundo anglosajón, sólo rota por la incursión de los Raelianos, del área francesa.

LUIS SANTAMARÍA DEL RÍO
Recensión publicada en Diálogo Ecuménico 126 (2005) 255-257.

2 comentarios

  
maru
q bueno espero espero conseguir ese libro...
27/08/09 7:20 PM
  
lector
Sería bueno que alguien hiciera una actualización de las sectas de este tipo, porque siguen apareciendo como hongos. Internet es una herramienta de propagación de primer orden. Googleen 'arctuarianos' y sus 'GOF' o Groups of Forty / Grupos de 40 y encontrarán multitud de referencias. El fundador de esta secta es otro americano, llamado David K. Miller.
16/07/11 9:09 PM

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