El pasado del candidato Mitt Romney como "obispo" mormón

Los medios de comunicación continúan publicando información sobre los mormones, en torno al candidato republicano a la presidencia de los EE.UU., Mitt Romney, que es miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD). Reproducimos a continuación uno de los últimos artículos publicados. Se trata del titulado “Los feligreses de Romney", escrito para El País por su corresponsal David Alandete.

Antes que gobernador y candidato a la presidencia, Willard Mitt Romney fue y es mormón. Su identidad religiosa ha marcado su vida y ha condicionado su carrera. Fue misionero de su fe en Francia durante sus años jóvenes. Entre 1981 y 1986 fue obispo de una congregación en Belmont (Massachusetts, EE.UU.). Posteriormente, hasta 1994, ascendió en los rangos eclesiásticos para liderar espiritualmente a una docena de congregaciones, con 4.000 fieles, en la región. El País se ha trasladado a Belmont (Massachusetts) para conocer las peculiaridades que han rodeado la vida del “obispo” candidato republicano.

En su iglesia, la mayoría de feligreses que le asistieron en sus labores recuerdan a un pastor entregado y profundamente devoto, aunque algunas mujeres feministas no comparten esa noción. Recuerdan a alguien que imponía la doctrina mormona, aun por encima del sufrimiento personal.

Ser mormón en Estados Unidos no siempre ha sido fácil. Tres años después de ser elegido obispo, líder de 300 fieles, Romney lo descubrió por sí mismo. Mientras se hallaba de vacaciones en Cape Cod recibió una llamada. “La capilla se está quemando”, le dijeron. Alguien le había prendido fuego al nuevo centro de reuniones. El obispo había sufrido numerosas presiones para no edificar en Belmont. Los vecinos recelaban de los mormones y temían que su sola presencia arruinara el valor de las propiedades. El gobierno local se había resistido a concederles el permiso para un aparcamiento. Finalmente llegó la hoguera.

“Entonces se planteó el problema de dónde nos reuniríamos”, recuerda Gran Bennett, consejero de Romney en el obispado. “Hubo grandes muestras de apoyo de otros líderes religiosos. Católicos, protestantes y judíos nos invitaron a utilizar sus templos. Hubiera sido fácil aceptar sólo una de las invitaciones y acudir a ese templo mientras se reconstruyera la capilla. Mitt, sin embargo, insistió en que aceptáramos varias de las invitaciones y en que fuéramos rotando de un templo a otro. Lo vio como un deber, para darnos a conocer”. La congregación, finalmente, se reunió en cuatro lugares distintos durante nueve meses.

La intención de Romney era mostrar gratitud, pero también quebrar las reticencias de otras religiones, para mostrar que la fe mormona era como cualquier otra. Eran momentos de gran tensión social. El feminismo luchaba por la igualdad de género. El aborto había sido legalizado en EE.UU. una década antes. La epidemia del sida y el movimiento de liberación gay se abrían paso. A los afroamericanos sólo se les había permitido acceder al sacerdocio en la IJSUD en 1978. Romney dijo que cuando oyó esa noticia, mientras conducía, se le saltaron las lágrimas de alegría.

Ser mormón no implica simplemente ir al culto dominical semanalmente y aceptar unos dogmas. Es un estilo de vida que da una absoluta prioridad a la familia y ayudar al prójimo abnegadamente. Hay 14 millones de mormones en todo el mundo, y casi la mitad habita en EE UU. Como tributo, los fieles deben dar un 10% de sus ingresos a la IJSUD. Todos los hombres son ordenados sacerdotes. No se les exige celibato. Y no se paga a un clero que es una legión de voluntarios. “La obligación de Romney como obispo era asegurarse de que los servicios se organizaban correctamente y que los fieles tenían todo lo necesario para vivir y no estaban solos en un momento de crisis”, explica Scott Gordon, presidente de FAIR, organización de defensa mormona.

Así, cuando Romney comenzaba su carrera como presidente de Bain Capital, una lucrativa empresa de inversiones, dedicaba hasta 30 horas semanales, de forma gratuita, a sus fieles. Las historias que se cuentan en esta diócesis coinciden unánimemente, como un coro, en el retrato de un obispo totalmente entregado. Bennett, su consejero, se cayó de una escalera en su casa mientras trataba de quitar un avispero en una ventana. Se rompió el pie. Romney acudió, sin avisar, a quitar el nido de avispas él mismo. A los enfermos les llevaba comida. Cuando había un fuego, acudía a rescatar los enseres que pudiera salvar. Parecía capaz de todo, sin pedir nada a cambio.

“No es que Mitt hiciera cosas que no se esperaban de él. Es que cumplía con el papel de obispo. El mormonismo es una religión extraordinariamente bien organizada, muy eficiente, en que unos cuidamos de los otros”, explica Phil Barlow, que también asistió a Romney en su labor de obispo. “Y si ahora, como candidato, Mitt no habla públicamente de esas labores de ayuda es porque considera que era su obligación como obispo”. Romney nunca alardea de esas pequeñas gestas, que ahora le podrían ser muy beneficiosas.

Como obispo, y posteriormente líder en la diócesis regional, Romney tuvo que enfrentarse también a desafíos pastorales. Su congregación era una de las más progresistas dentro de la IJSUD. Entre los fieles había mujeres frustradas por el hecho de que no se les concediera un mayor papel dentro de la secta. Unas 250 de ellas se reunieron con Romney en la capilla de Belmont, en 1993, y él escuchó sus requerimientos. “Había peticiones que él no podía atender por ser cuestiones en las que no tenía autoridad. Romney no podía hacer, por ejemplo, que las mujeres fueran ordenadas sacerdotes”, recuerda Bennett, su consejero. “Pero se anotó otras peticiones, como que las mujeres lideraran el rezo en reuniones de fieles. Cuando Romney abandonó su puesto, había cumplido la inmensa mayoría de esas peticiones”, añade.

No todos tienen, sin embargo, un recuerdo tan positivo de Romney como líder en su comunidad. Varias mujeres se quejaron de su inflexibilidad y de trato supuestamente denigrante. A una madre soltera le aconsejó que diera a su hijo en adopción. Otra mujer recuerda que le pidió que no abortara, aunque sus médicos le habían dicho que podía morir en el parto. La IJSUD acepta el aborto en caso de incesto, violación y riesgo para la vida de la madre.

Carolyn Caci, de 81 años, ni quiere oír hablar de él. Hace tres décadas, divorciada y con cinco hijos, se unió a esta congregación. Una de las tareas del obispo era reunirse con los fieles para determinar si cumplen con los requisitos necesarios para poder entrar en lo que estos fieles llaman templo, y que equivaldría a una catedral. Hay sólo unos 140 templos mormones en el mundo. A Caci, Romney le recordó la oposición de la Iglesia al divorcio y al sexo fuera del matrimonio. “Me enfadé muchísimo”, recuerda. “¿Quién se creía que era para tratarme con esa condescendencia?, ¿qué tenía que ver eso con mi vida espiritual?”.

Caci abandonó la IJSUD. Su caso fue, en realidad, una excepción. En los tres últimos años en que Romney fue líder regional de la secta, entre 1991 y 1994, bautizó al menos a 1.600 nuevos fieles. Tan bien fue que se abrió la vía a la construcción de un nuevo templo, que se consagraría en 2000 y donde ahora Romney puede acudir como un devoto feligrés más, cuando se halla de descanso en su residencia de Belmont.

9 comentarios

  
Luis López
“Hubo grandes muestras de apoyo de otros líderes religiosos. Católicos, protestantes y judíos nos invitaron a utilizar sus templos. Hubiera sido fácil aceptar sólo una de las invitaciones y acudir a ese templo mientras se reconstruyera la capilla. Mitt, sin embargo, insistió en que aceptáramos varias de las invitaciones y en que fuéramos rotando de un templo a otro. Lo vio como un deber, PARA DARNOS A CONOCER”.

Usar un templo católico para enseñar doctrinas heréticas es inadmisible, Pero encima si se hace proselitismo desde él peor aún.
22/10/12 12:12 PM
  
Raul Zuñiga
Que chistosa la Sra. Que le tiene mala a Mitt Romney porque no le dio la recomendacion para ir al Santo Templo. El problema no era el estar divorciada si no el cumplir la Ley de Castidad. Que es un mandamiento del Señor y no de Mitt Romney y el deber de un Obispo es conversar con el miembro y ver su dignidad y ayudarle a que pueda estar en armonia con los mandamientos del Señor. Y todo lo que hacemos afecta nuestra espiritualidad. Bueno la Sra. No entendio eso. No estuvo dispuesta a guardar los mandamientos del Señor.
22/10/12 12:41 PM
  
MARCO
Que raro este articulo. Despues de otros tan en contra de La Iglesia de Jesucristo de los santos de los ultimos días.
22/10/12 3:33 PM
  
Maximo Pena
Este articulo es neutral y muestra la calidad como lider y el tesoro por explotar que representa la preparacion de Mitt Romney. Dios le bendiga!!
22/10/12 5:54 PM
  
Carlos
La secta llamada "iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días" ... si, son bien organizados, pero no una religión, sus características sectarias se ven a simple vista.
22/10/12 6:04 PM
  
ligia
el mormonismo no es una iglesia protestante más, es una secta con doctrinas propias: que todos podemos llegar a ser dioses, que Dios también fue un hombre, justifican la poligamia con la historia de que las almas necesitan encarnarse para poder evolucionar, aceptan la Trinidad pero bajo se propia interpretación, le dan más importancia al "Libro de Mormón" y a "La perla de gran precio" que a la misma Biblia. Con respecto al primero no es más que una disparatada historia de judíos que habrían llegado a América hacia el 600 A.C. Y, lo más increíble es que en este mismo libro afirman que una parte de estos judíos no obedecian a Dios y por eso¡¡¡se convirtieron en los indios norteamericanos!!! (Dios los castigó haciendo que la piel se les obscureciera. Francamente, ninguna persona medianamente ilustrada puede creer en semejante sarta de disparates.
22/10/12 9:34 PM
  
estephany cuartas
La Iglesia De Jesucristo de los Santos de los Ultimos Dias es perfecta en todas sus cosas, quien cree realmente en estos "dispareates" se acerca lo que verdaderamente podria ser la verdadera iglesia de Dios.Lo que hablan de poligamia es porque el profeta Jose Smith durante la guerra de esos dias se hizo cargo de muchas mujeres viudas y a eso le llaman poligamia, el libro de mormon como la biblia son testamentos de jesucristo, de amba importancia para nuestra religion!!
23/10/12 3:27 AM
  
Nestor Hernandez
Creo firmemente en la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos dias porque sus frutos son paz y amor al projimo, creo que en realidad este señor Mitt Romney sera un buen presidente porque conoce los principios de jesucristo.
25/10/12 7:01 AM
  
Jorge
A Carlos que dice que no somos religión, te dejo la siguiente cita:

La religión es una actividad humana que suele abarcar creencias y prácticas sobre cuestiones de tipo existencial, moral y sobrenatural. Se habla de «religiones» para hacer referencia a formas específicas de manifestación del fenómeno religioso, compartidas por los diferentes grupos humanos. Hay religiones que están organizadas de formas más o menos precisas, mientras que otras carecen de estructura formal; unas y otras pueden estar más o menos integradas en las tradiciones culturales de la sociedad o etnia en la que se practican. El término hace referencia tanto a las creencias y prácticas personales como a ritos y enseñanzas colectivas.
18/06/13 9:27 PM

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