InfoCatólica / Temas de Historia de la Iglesia / Categoría: General

9.01.15

El último día de Monseñor Romero

Recordando el día del asesinato de Mons. Óscar Arnulfo Romero

Juan Pablo II y Óscar Romero

Mons. Óscar Arnulfo Romero fue asesinado, como es sabido, el 24 de marzo de 1980. El día anterior, último domingo de cuaresma, había celebrado la Misa como era su costumbre en la basílica del Sagrado Corazón -que por aquel entonces hacía de catedral de San Salvador - y su predicación duró casi dos horas, con el famoso llamamiento a los soldados para que no obedecieran órdenes contrarias a la ley de Dios, para qne no asesinaran, para que pusieran fín a la represión. En la reunión preparatoria de la homilía, el sábado, (costumbre que tenía Mons. Romero para consultar y asesorarse sobre la prudencia de las palabras que después predicaría cada domingo) el  padre Fabián Amaya le había sugerido que dijera algo en ese senddo pero no imaginaba que Romero se lanzaría a un llamamiento tan solemne, que para los altos mandos militares era un grave acto subversivo. Si, hipotéticameníe, hubiera estado sujeto a los códigos militares, Mons. Romero habría podido ser declarado culpable de incitación a la insubordinación y podría haber sido condenado a ser fusilado. Probablemente dicho llamamieiito precipitó el asesinato del arzobispo, planificado desde hacía tiempo.

La mañana del lunes los autores del crimen vieron en los principales periódicos de San Salvador el aviso de la misa que Mons. Romero iba a celebrar por la tarde, a las 17:30, en sufragio de Sara de Pinto, y decidieron pasar a la acción. Ese mismo lunes por la mañana el prelado fue temprano, como siempre, a la iglesia del hospital de la Divina Providencia, donde vivía, para rezar. Pasó brevemente por la curia diocesana y luego fue al mar con algunos sacerdotes del Opus Dei. Se trata de uno de los retiros mensuales de Mons. Romero con el Opus Dei que eran momentos aí mismo tiempo de reposo, de estudio y de familiaridad sacerdotal. Los organizaba Fernando Sáenz Lacalle, sacerdote de la Prelatura, que además asesoraba espiritualmente a Mons. Romero, aunque su confesor era el anciano P. Azcue, Jesuita. Sáenz Lacalle fue hecho años después obispo con el tiempo y llegó a suceder a Romero en la sede de San Salvador.

Asesinato de Mons. Óscar RomeroDe entre las historias amañadas que se han querido presentar sobre Mons. Romero una es que, si bien como joven obispo estuvo espiritualmente cercano al Opus Dei, habría tenido una “conversión” que le habría hecho alejarse del Opus para buscar otras espiritualidades más progresistas. Nada más cercano de la realidad, como demuestra este retiro de sacerdotes al que se mantuvo fiel, siempre que sus obligaciones se lo permitían, hasta el mismo día de su muerte. Sin embargo, es cierto que pastoralmente en los últimos años estuvo muy cercano a los Jesuitas de la UCA, que le asesoraban en sus homilías.

La meta del retiro era una playa en el hermoso litoral de La Libertad, a media hora de camino de San Salvador. Por un malentendido con el portero encontraron cerrada la casa con el jardín de palmeras, frente al mar. Algunos, entre los que se encontraba Mons. Romero, saltaron la cerca y abrieron a los demás. El lugar era encantador y silencioso. Estudiaron un reciente documento de Juan Pablo II sobre el celibato y la formación en los seminarios que trajo Mons. Romero y hablaron también de ayudas materiales al seminario y de los ornamentos de la catedral. Romero estaba preocupado por si las ocupaciones de la catedral provocaban daños o incendios y pidió a Sáenz Lacalle que retirase provisionalmente en custodia todo lo que encontrase de valor. Mons Romero no se bañó en las cálidas aguas del Pacífico porque tenía una ligera infección en el oído. Comieron en la hierba y por la tarde Romero volvió a la ciudad.

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29.12.14

Las reformas tridentinas

EL COMPLICADO CAMINO QUE LLEVÓ A TRENTO Y SUS REFORMAS

ADELA SEGURA

trentoUna lectora del Blog nos envía desde Guatemala este artículo, que con gusto reproducimos

El 31 de oct. 1517, Martín Lutero clavaba las 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wittenberg como una invitación abierta a debatirlas. Las tesis condenaban la avaricia y el paganismo en la Iglesia como un abuso, y pedían una disputa teológica en lo que las indulgencias podían dar. Sin embargo, en sus tesis no cuestionaba directamente la autoridad del Papa para conceder indulgencias. Las 95 tesis de Martín Lutero fueron traducidas rápidamente al alemán y ampliamente copiadas e impresas. Al cabo de dos semanas se habían difundido por toda Alemania y pasados dos meses, por toda Europa. Este fue uno de los primeros casos de la Historia en los que la imprenta tuvo un papel importante, pues facilitaba una distribución más sencilla y amplia de cualquier documento.

La Turmerlebnis de Lutero, que se caracterizó por un descubrimiento análogo del valor de la entrega confiada a la obra de la Gracia, vivencia desarrollada en un contexto teológico diverso, fue el punto de partida de la lucha contra el papado y de una reforma que deshizo la unidad de la Iglesia Católica. En 1517 Lutero atrajo sobre su vigorosa personalidad la atención de todos, muchos vieron en él al hombre que iba a preparar el camino a la reforma general que termino por minar la religión Católica y crear división. Adriano VI, que sucedió en 1522 a León X, mostró tomar en serio el problema de la reforma y su valiente Instructio que fue leída en la dieta de Nuremberg por el nuncio Francesco Chieregati el 3 de enero de 1523, despierta admiración, pero su pontificado fue demasiado breve y no pudieron verse los frutos.

trentoClemente VII nombrado Papa el 18 de noviembre de 1523, tenía la preocupación de evitar el concilio que se le pedía con urgencia, especialmente por el emperador Carlos V. Con el Pontificado de Paulo III, elegido el 13 de octubre de 1534, lograron abrirse paso las fuerzas reformadoras y penetrar en el centro de la Iglesia. La reforma protestante avanzaba y esto motivó a Pablo III a reunir en Roma a representantes del Humanismo reformista y de la restauración disciplinar de las órdenes religiosas. Bajo la dirección de A. Contarini y una comisión de nueve miembros, iniciaron un proyecto de reforma general en 1536. En marzo de 1537 se publico el Consilium de emendanda ecclesia, que basado en el abuso de poder de los papas como causa principal de los males de la iglesia, formula una lista de propuestas concretas.

Bajo el pontificado de Paulo III se realizo el máximo esfuerzo para iniciar la reforma Papal. La reforma de la Dataría (oficio de la Curia romana, que daba beneficios y Gracias ) y de la Penitenciaria ( Tribunal eclesiástico de Roma encargado de dispensar Bulas y Gracias) se realizan bajo la dirección de Contarini. Las nuevas congregaciones, nacidas espontáneamente, se revelaron como instrumento preciso para renovar a la Iglesia dentro del respeto de la tradición.

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12.12.14

De joven disipado a contemplativo en tierras del Islam

CARLOS DE FOUCAULD O EL DESPRENDIMIENTO TOTAL DE LOS RESULTADOS, LOS NÚMEROS Y LOS FRUTOS

JOSÉ RAMÓN GODINO ALARCÓN

CharlesJoven disipado, monje trapense, eremita en Tierra Santa y en Argelia… Hablar de Carlos de Foucauld es hablar de una vida de aventura en la que Cristo fue escribiendo una historia totalmente novedosa y en la que se puede ver cómo es verdad que los caminos del Señor son inescrutables. Nacido el 15 de septiembre de 1858 en Estrasburgo, Francia, pertenecía a una familia aristocrática tradicional cuyo lema era “Jamás retroceder. Esta divisa será constante durante toda la vida de Carlos. Su padre, el vizconde Eduardo, proveniente de un antiguo linaje francés, era por aquel entonces inspector asistente de bosques en Estrasburgo. Su madre, Isabel, era hija del famoso coronel Morlet y estaba emparentada con la nobleza de Lorena.

Eduardo e Isabel contrajeron matrimonio en 1855, pero su primer hijo, otro Carlos, que nació en 1857, moriría un mes después de nacer. El segundo hijo, Carlos Eugenio, nació en la mansión Dietrich de Estrasburgo, el lugar donde se cantó la marsellesa por primera vez en 1792. El 4 de noviembre fue bautizado en la iglesia de san Pedro el Joven de la misma ciudad. El joven Carlos Eugenio pronto conocerá el sufrimiento al perder a sus padres en 1864.

FoucauldEn su educación pesaría la influencia de su abuelo materno y tutor desde la muerte de sus padres, quien deseaba para su nieto la mejor formación e intervino para ello activamente. Carlos admiraba a su abuelo, y reconocería años después que su inteligencia y su ternura llenaron de amor su infancia y juventud. La muerte del abuelo en 1878 fue una dura pérdida para él.

Pero no todas las cosas resultaban fáciles para el joven. Comenzó sus estudios en la Escuela Episcopal de san Argobast, en Estrasburgo. Allí se mostró como estudiante inteligente y consiguió entrar en el Liceo de Estrasburgo en 1868 en la sexta posición. A pesar de su inteligencia, Carlos tenía un carácter introvertido y colérico, lo que unido a su naturaleza enfermiza provocó que tuviera que seguir al final sus estudios en su casa recibiendo clases privadas.

En el verano de 1868 se trasladó a casa de su tía materna María Clotilde, de casada Madame Moitessier y esposa de uno de los principales banqueros de Francia. Su tía se preocupó siempre por el bienestar de Carlos; llegó a ser una segunda madre para él y su hija, la futura María de Bondy, se convertiría en su confidente. La familia era ferviente practicante de la religión y ayudó en todo lo que pudo a Carlos.

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8.10.14

Las irregularidades y falsedades del proceso contra los templarios. La persecución encarnizada contra los Templarios (II)

Sello del temple. National GeographicTantas cosas y tan graves llegaban a oídos del Papa sobre los crímenes de los Templarios, que llegó a dudar de su culpabilidad y trató con los cardenales, de hacer una encuesta formal. Y como el mismo gran maestre de la Orden, Jacobo de Molay, reclamara una averiguación en regla a fin de que se demostrase la inocencia de los suyos, determinó el sumo pontífice poner manos en el asunto. Bien conocía Felipe la lentitud de un proceso canónico, por eso no quiso aguardar el resultado de la encuesta pontificia. Y de pronto, en la mañana del 13 de octubre de 1307, por un golpe de mano que cogió a todos de sorpresa, los esbirros del monarca apresaron a los dos mil templarios de Francia y se apoderaron de sus bienes muebles e inmuebles.

Con una nube falsa de crímenes escandalosos y repugnantes se trató de sofocar la impresión popular de extrañeza y estupor. Muchos se dejaron engañar por la propaganda, pero no así el Papa, que con fecha 27 de octubre se dirigió al rey para reprocharle acerbamente tan horrible atentado. Para juzgar en materia de religión y de fe, el rey no tiene competencia alguna, y, tratándose de personas eclesiásticas, sólo la Iglesia Romana puede juzgarlas. “Pero tú, hijo carísimo, lo decimos con dolor, despreciando toda regla y a pesar de que nosotros estábamos tan cerca (para que nos consultases), has puesto tu mano sobre las personas y los bienes de los Templarios". Le anuncia la misión inmediata de dos cardenales que le manifestarán su dolor, y en cuyas manos deberá poner hodie citius quam cras las personas y los bienes incautados. Ya no admite duda que Felipe el Hermoso arrojó en prisión a los caballeros del Templo sin licencia ni conocimiento de la Santa Sede. Fué un grave atentado, una infracción de todas las leyes constitutivas de la sociedad en la Edad Media, según las cuales solamente la Iglesia poseía jurisdicción sobre sus miembros.

templariosPero Felipe era muy hábil, había tomado sus precauciones para ponerse al abrigo de acusaciones personales. Un hecho que no ha sido bastantemente destacado y cuya importancia es capital fué el papel que jugó la Inquisición… El confesor de Felipe el Hermoso, Guillermo de París, era, por nombramiento pontificio, inquisidor general del reino y dirigía a aquellos Padres de su Orden que en cada provincia estaban encargados de castigar la herejía. Guillermo de París se convirtió en agente de Felipe el Hermoso. Puso la Inquisición al servicio del rey: ordenó a los diferentes inquisidores del reino perseguir a los Templarios. Y aquí conviene hacer una distinción importante: sólo el Papa tenía el derecho de encausar a la Orden entera; por eso los inquisidores formaron proceso individualmente a cada templario; de este modo no se cometía ilegalidad alguna, al menos en apariencia. El rey no intervenía sino a ruegos del inquisidor general, el cual le suplicaba poner el brazo secular a disposición de la Iglesia.

Esto era una detestable hipocresía, pero de parte del rey había estricta legalidad. Mas ¿cómo no hacer recaer la afrenta sobre la cabeza de los inquisidores, que prostituyeron a pasiones humanas su temible ministerio y se hicieron cómplices de Felipe el Hermoso? Clemente V no pudo tolerar esta indigna comedia. Habían abusado de sus derechos inquisitoriales, olvidando sus deberes, y el papa los castigó como indignos, suspendió el poder de los inquisidores en Francia y avocó la causa a su tribunal. Felipe el Hermoso recibió con grandes muestras de cordialidad a los cardenales legados, protestó de su fidelidad a la Iglesia, reconoció plenamente los derechos de la Santa Sede, prometiendo poner a su disposición las personas de los Templarios, y se dio por contento de que los bienes de la Orden, en el caso que se demostrase culpable, se empleasen en favor de Tierra Santa.

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30.07.14

El gran apóstol de la familia en plena revolución sexual

HENRI CAFFAREL, FIEL A LA FAMILIA CRISTIANA HASTA EL FINAL

Uno de los grandes apóstoles de la pastoral familiar del siglo XX, Henri Caffarel, merece un recuerdo especial ante el próximo sínodo extraordinario de los Obispos sobre la familia. Le tocó remar fuertemente contra corriente en plena revolución sexual de los años sesenta y setenta y se mantuvo fiel a la doctrina de la Iglesia, a pesar de las dificultades y de la defección de muchos.

Nacido en Lyon el 30 de julio de 1903 en el seno de una familia cristiana, fue bautizado el 2 de agosto de ese mismo año en la Basílica de Saint-Martin d’Ainay e hizo la Primera Comunión en la parroquia de San Francisco de Sales, en mayo de 1911. Realizó sus estudios en el Colegio de los Hermanos Maristas y al terminar el bachillerato comenzó a estudiar en la Facultad de Derecho y tuvo que dejar los estudios para ir a trabajar con su padre que era negociante en fieltros y paños de lana. A los 20 años sintió la voz de Jesús que le llamaba a seguirle y este acontecimiento marcó toda su vida. Años más tarde dirá a un periodista: “A los veinte años, Jesucristo, de pronto, se convirtió en Alguien para mí. ¡Oh! Nada espectacular. En ese lejano día de marzo supe que era amado y que amaba, y que entre Él y yo esta relación de amor sería para siempre…”

En 1926 comenzó su acercamiento a la vida religiosa, estudió Teología y el 19 de abril de 1930 fue ordenado sacerdote por el arzobispo de París, Cardenal Verdier. Después de la ordenación terminó su cuarto curso de Teología. En 1931 fue destinado a la Secretaría General de la JOC donde estuvo a lo largo de tres años y en 1934 se integró en el Secretariado de Acción Católica para los medios de comunicación. Dos años más tarde dejó sus funciones oficiales para dedicarse al apostolado en forma de retiros y ejercicios espirituales para los jóvenes.

Comenzó a organizar retiros en Colegios y orientaba a muchos jóvenes que acudían a él y cuando años después éstos jóvenes se casaban, continuaba la relación con el joven sacerdote, buscando consejo para su vida de casados. Es así como, en febrero de 1939, se reunió con un grupo de cuatro matrimonios a los que dijo: “busquemos juntos un camino de santidad para los matrimonios”. Esta fue la semilla que más tarde dio lugar a la creación de los Equipos de Nuestra Señora.

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