Manifiesto del día de los Santos Inocentes

Me acaba de llegar el texto que este martes 28 de diciembre, festividad de Los Santos Inocentes, se va a leer a las 19:30h ante tres dos de los abortorios legal pero ilegítimamente ubicados en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia:

Murcia: Clínica Ginemur
c/ Princesa nº7.

Cartagena: Clínica Ginemur
c/ Dr. Valenciano nº 5.
(Suspendido por falta de voluntario responsable de la concentración)

Lorca: Clínica Delta Médica Lorca
c/ Canal de San Diego nº1.

Me consta que también se leerá el mismo texto, el mismo día y a la misma hora, ante otrros abortorios no menos legales ni menos ilegítimos, en Alicante, Almería, Badajoz, Castellón, Ciudad Real, Granada, Jaén, La Coruña, León, Madrid, Oviedo, Santander, Sevilla, Tenerife, Valencia (a las 18:00), Valladolid y Zaragoza.

Es una iniciativa a cargo de un partido que todavía no tiene representación parlamentaria porque los católicos hemos sido presa de una terrible indigestión del concepto del mal menor.

Hay más partidos que también defienden la vida pero, por desgracia, mis limitaciones personales me han impedido conocer sus iniciativas. Los razonamientos que siguen, también deben aplicarse a todos ellos.

De la nada, nada sale. El mal consiste en la ausencia del bien debido. Del mal no puede proceder ningún bien. Por eso, no se puede obrar el mal para conseguir el bien.

Se puede optar por el mal menor cuando la elección está limitada a varios males cuya existencia es independiente de la voluntad del sujeto moral. Pero, en cualquier caso, obrando el mal no conseguiremos ningún bien: en el caso de que escojamos el menor de los males, obtendremos el menor de los males.

La elección de los partidos a los que los católicos podemos votar en conciencia no está limitada a los partidos con representación parlamentaria. Si, enfrentados al dilema moral de votar los partidos con representación parlamentaria o los partidos que representan nuestras creencias, elegimos los primeros, entonces traicionamos nuestras creencias. Pero si votamos los que representan nuestras creencias, entonces ¿qué traicionamos…?

Así pues, resulta que el tan “cacareadísimo” voto católico del mal menor consiste en votar a partidos con representación parlamentaria aunque traicionemos nuestras convicciones más profundas porque, de lo contrario ¡habría más partidos con representación parlamentaria…!

Así pues, el mal mayor que todos los católicos tratamos de evitar, a costa de nuestra conciencia, es que haya más partidos políticos con representación parlamentaria. Y el mal menor que toleramos es que cada dos legislaturas los abortorios trituren a un millón de niños.

Francamente, a mí me parece que ese supuesto mal menor es terrible. Por otra parte, ese supuesto mal mayor tampoco me parece tan malo. Sobre todo si, además, sirve para salvar la vida de cientos de miles de nasciturus hoy, y la de otros tantos moriturus (o séase, todos nosotros) mañana.

Este texto lo va a leer un solo partido. Pero estoy seguro de que lo firmarían varios partidos mas. Es una lástima que, no sé muy bien por qué, ninguno de ellos tenga representación parlamentaria.

“Hoy, 28 de Diciembre de año 2010, en numerosas ciudades de España, los que defendemos la Vida por encima de cualquier otra consideración, salimos a la calle y nos concentramos ante los centros abortistas, para reivindicar el valor de la Vida, para decir NO al aborto, para proclamar alto y claro que no existe un “derecho al aborto” porque lo que existe, lo que sostiene la Moral Objetiva y lo que figura en el frontispicio de todas las declaraciones de Derechos humanos, es el DERECHO A VIVIR y que, por tanto, lo que corresponde a los poderes públicos es hacerlo posible y no conculcarlo mediante las leyes que, todos los años, permiten el asesinato legalizado de más de cien mil inocentes.

Hoy, 28 de diciembre, en la jornada en la que los católicos, que como tales tenemos la obligación y el deber de Defender la Vida, de recordar aquel pasaje metafórico que nos decía que “bien merecieran que les ataran una piedra de molino y los arrojaran al río aquellos que maltrataran a un niño”, en el día dedicado a recordar a los Santos Inocentes, en el día en el que conmemoramos aquel infanticidio, nos concentramos ante estos centros donde se cambian vidas por euros, donde la moral se subordina a la caja, para pedir a los poderes públicos que dejen de firmar conciertos con estas clínicas, que dejen de subvencionar la muerte, para así evitar que con el dinero de nuestros impuestos, con el dinero de quienes defendemos la Vida se continúe privando de la luz a quienes no son más que indefensos Santos Inocentes.

Hoy, 28 de diciembre, día convertido en jornada de reivindicación de la Vida, queremos aplaudir a todos esos grupos que mes a mes, en silencio, con el frió o con el calor, se concentran ante estos centros de la muerte para hacer llegar hasta lo alto una oración por esos miles de niños que no pudieron nacer, que no pudieron ver la luz, que no conocieron a sus padres, para decirnos que en estos centros, para despecho de quienes desprecian la Vida, lo que están naciendo todos los días son ángeles que, en su bondad infinita, en su perdón infinito, también rezarán por ellos.

Estamos hoy, 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, frente a estos centros de la muerte, para decir alto y claro que nosotros no queremos ni la llamada Ley Aído, que lleva a la legalidad el aborto libre en España, ni la ley de 1985 que defiende, como válida y aceptable, el Partido Popular.

Nosotros somos los que no aceptamos la pueril excusa de que debemos oponernos a la Ley Aído, porque la han hecho los socialistas y no tiene el necesario consenso político, pero debemos admitir la ley de 1985 porque sí lo alcanzó y es constitucional. No queremos eliminar la Ley Aído para volver a la ley anterior. Lo que nosotros defendemos, por lo que nosotros y tantas otras organizaciones trabajamos, hoy y todos los días del año, es por la derogación de toda legislación abortista, de toda legislación que vaya contra la Vida. Eso es lo que pedimos a los partidos políticos y por eso exigimos claridad en sus propuestas; por eso lo que demandamos es que respondan a una simple pregunta: ¿están a favor o en contra de que existan leyes que permitan el aborto, total o parcial, absoluto o según que casos, en España?

Nosotros no creemos que exista un aborto posible y un aborto inadmisible; ni que en nombre de la aceptación del “mal menor” se pretenda que las leyes y el apoyo a las mismas dependa de si con una se mata más que con la otra. Para nosotros el resultado es el mismo, con ambas se mata y nuestro criterio moral no estará nunca en función del número sino del hecho en sí; de la comisión de lo que no es más que un asesinato amparado por la ley.

Es necesario denunciar que, lamentablemente, para muchísimos ciudadanos, quizás para la mayoría, por efecto de la propaganda, de la manipulación sociológica, como resultado de la política de ingeniería social que padecemos, una política que bajo la vitola de progresismo está desmoronando las bases de nuestros valores morales, la Vida ya no es un absoluto intocable; debemos reconocer que para muchos, para muchísimo, el aborto no es más que un método anticonceptivo en el que se elimina un tejido molesto. Idea que se hará genérica cuando la pastillita abortiva, generosamente distribuida, evite en la mayoría de los casos la incomodidad de tener que ser intervenida en un centro abortista. Un proceso que ya está en marcha. Y por ello, ahora se abre una nueva amenaza para la vida, la Eutanasia, el asesinato legal de nuestros mayores so pretexto de que su vida ya no es vida.

Nosotros queremos, hoy 28 de diciembre, pedir a los poderes públicos que implementen políticas a favor de la Vida; que se pongan en marcha acciones concretas para luchar contra el aborto; que se establezcan programas de ayuda para que miles de madres puedan tener a sus hijos; que se protejan de verdad los derechos de la mujer embarazada; que se ayude a las Familias para que puedan tener los hijos que les lleguen; que se faciliten y aceleren los procesos de adopción; que se enseñe a los niños que la Vida es Vida desde el momento de la concepción… que en definitiva el dinero público vaya a la Vida y no a subvencionar a los centros en los que se comete el infanticidio.

Por todo ello trabajamos un puñado de un puñado de hombres y mujeres que pese a su aparente corto número, pese a la soledad, seguirán, año tras año, mes a mes, día a día intentando convencer a los españoles de que merece la pena trabajar por la Vida.”

Callar ante la muerte de los más débiles es una opción. Pero, mucho me temo, no se puede justificar con la doctrina del mal menor porque, callar o no callar, no es algo que nos venga impuesto: depende de nosotros mismos.

Y callar ante el asesinato de centenares de miles de niños no es ningún mal menor: es el Mal.

A los redactores del texto: gracias por vuestro coraje y perseverancia. Al resto de responsables de otras iniciativas: también gracias por vuestro coraje y perseverancia.

ADVENIAT REGNVM TVVM

InfoCatólica NECESITA tu ayuda…
Haz click [AQUÍ]