Robert Nash

r.p. Robert Nash, S.I. (1982)



Una nublada mañana de sábado de hace veinte años entré en el sótano de una librería de lance junto al río Liffey. Habiendo pasado unos días en Dublín, llegado el primer fin de semana de agosto, quería comprar algún libro de lectura espiritual.

Después de sopesar la “Grammar of Assent” de John Henry Cardinal Newman[1], buscando una lectura más ligera y más típicamente irlandesa, compré un librito del r.p. Robert Nash, S.I., titulado “My Last Book”[2].

En la tapa trasera se indica que el autor, a sus 82 años, había decidido escribir “una cálida y franca reflexión sobre su vida como sacerdote jesuita”[3]. A pesar de tan insulsa descripción, la descarnada sinceridad del título y la foto del autor en portada me decidieron a comprarlo.

En la foto puede apreciarse que lleva un abrigo-sotana con los pliegues de la solapa desgastados por el uso a la altura del cuello. Cada vez iba teniendo más curiosidad por saber qué es lo que un jesuita irlandés de la “vieja escuela” podía tener que contar.

Había publicado muchos de sus libros a través del “Irish Messenger”, ubicado en el 37 de Lower Leeson St. Curiosamente, yo estaba estudiando en “The Institute of Education”, en el 79 de la misma calle. Era como si nos hubiéramos encontrado paseando junto al Grand Canal de Lower Leeson. Habiéndome parecido que el viejo jesuita tenía algo que decir, creí una descortesía no escucharle.

Sin pretender ser exhaustivo o equilibrado en la selección de estos quince textos, he aquí algunas de las cosas que el viejo jesuita tenía que decir[3]:



Índice de textos:

[1.-] Separación de fe y vida.
[2.-] Predicación y actualidad.
[3.-] Preparación al sacerdocio.
[4.-] Cumplir la voluntad de Dios.
[5.-] Liturgia y predicación.
[6.-] Consagración sacerdotal.
[7.-] Interpretación y predicación.
[8.-] Indumentaria religiosa.
[9.-] Bocabajo, hacia afuera, girada.
[10.-] Futuro de la vida religiosa.
[11.-] El Infierno.
[12.-] El condenado a muerte.
[13.-] La vida fácil.
[14.-] S.Ignacio y el fin de la S.I.
[15.-] Falsos pastores.



T E X T O S :



[1.-] “Hoy en día existe una deplorable tendencia a separar Fe y vida. Es una tendencia perfectamente previsible, y se explica por el desconocimiento generalizado de las implicaciones prácticas de la Fe. La enseñanza de la religión en muchas de nuestras escuelas católicas es patéticamente inadecuada.” (p. 18)



[2.-] “Hace algún tiempo, recibí una carta de cuatro jóvenes irlandeses que estaban trabajando en Inglaterra. Tras elogiar alguno de mis artículos en el “Sunday Press", escribían:

«Evidentemente, reconocemos que los temas espirituales son más importantes. Sin embargo, también querríamos que, de vez en cuando, tratara asuntos de actualidad».

A lo que les respondí:

«(1) Mi vida como sacerdote está dedicada a usar todo aquello que Dios me otorga como guía e impulso a Su amor y alabanza. Ése es mi principal objetivo. (2) Eso no quiere decir que crea que el mundo y sus problemas carecen de toda importancia. Sin embargo, mientras hay muchas personas que hablan y escriben sobre esos problemas, son bien pocos los que se ocupan de las cosas de Dios»".

(p. 23)



[3.-] “Al prepararme para aceptar el sacerdocio, sentí una gran responsabilidad. Leí con detenimiento varias veces los graves consejos de Pio XII a los seminaristas y a sus directores espirituales. Todo aspirante debe recibir una preparación y una formación adecuadas y, en caso de existir alguna duda justificada sobre su idoneidad, debe ser rechazado con caridad pero con firmeza. Permitirle continuar por compasión, hacia él o hacia sus familiares, es una falsa caridad que puede provocar grandes problemas y sufrimientos. El Papa San Pío X ya lo había dicho unos años antes:

«Un sacerdote santo forma fieles santos. Un sacerdote que no es santo no sólo es inútil sino que, además, es perjudicial para el mundo».

Pío XI también escribió:

«Si la Iglesia tiene un cuerpo sacerdotal santo y bien preparado no tiene nada que temer de sus enemigos. Pero si no lo tiene, cualquier otra ventaja que parezca que pueda tener le aprovechará de bien poco»".

(p. 34)



[4.-] “Ante cualquier decisión importante que haya que tomar -ya sea una petición de mano, o aceptar o no un trabajo- la pregunta principal siempre tiene que ser: «¿Qué es lo que Dios quiere que haga?»” (p. 36)



[5.-] “En cierta ocasión, en la charla de un retiro, oí decir a un sacerdote:

«Padres, ustedes predicarán su sermón más efectivo, a favor de Cristo o contra Él, según oficien el Sacrificio de la Santa Misa con o sin devoción y reverencia».”

(p. 38)



[6.-] “En el momento de su ordenación, el sacerdote queda consagrado para siempre a Cristo y a Su Iglesia. ¿Qué quiere decir eso?

Cuando se consagra un edificio como iglesia queda apartado y dedicado, de forma absoluta, exclusiva y para siempre, a la adoración a Dios. Por eso nunca podrá ser usado para ningún otro fin. Ciertamente, no toda iglesia está consagrada. Y si no lo está, con el paso de los años, puede llegar a ser usada para otros fines, como salas de conferencias o teatro, pero NUNCA si ha sido consagrada. En ese caso, permanece para siempre como propiedad exclusiva de Dios.

Todo cáliz está consagrado, y por eso no puede ser usado para nada más que para contener la Preciosísima Sangre de Cristo. Sería una profanación usarlo en el desayuno para tomar té o café. En el Antiguo Testamento, el rey caldeo Baltasar hizo algo así… Había profanando lo que era sagrado[4].

El sacerdote ordenado ya no se pertenece a sí mismo; es propiedad exclusiva de Dios. Cualquier otra forma de vida supone una profanación del recinto sagrado que debe ser perseguida implacablemente. Esas otras formas de vida son como los compradores y los vendedores que convirtieron el templo consagrado a Dios en una cueva de ladrones. Cristo no pudo soportar semejante profanación. Se enfureció y, tejiendo un látigo, los expulsó, volcando sus mesas y recriminándoles públicamente la gravedad de su pecado”[5]. (p. 38)



[7.-] “En cierta ocasión, un sacerdote le preguntó a un actor famoso: «¿Cómo es posible que usted pueda influir tanto en las multitudes mientras que, la mayoría de las veces, los sacerdotes no logramos nada?» A lo que el actor repuso: «Padre, nosotros los actores interpretamos la ficción como si fuera verdad, mientras que ustedes los sacerdotes hablan de la Verdad como si fuera ficción.» (p. 39)



[8.-] “Hace una par de años viajaba solo en un compartimento de tren. Un joven sacerdote, mirando desde el pasillo y viendo el compartimento vacío, con una sonrisa, me preguntó si podía entrar. Por supuesto.

Empezamos a hablar, ya no recuerdo cómo, del hábito religioso. Él iba vestido de negro, con alzacuellos. Me comentó que no siempre iba vestido así y que creía que, a veces, se daba demasiada importancia a la indumentaria sacerdotal. Hasta cierto punto, le dí la razón. Quizá aquel joven sacerdote, jesuita como yo, fuera capaz de sacarme de mis dudas. No existe ninguna duda sobre la forma de pensar y los deseos del Santo Padre [Juan Pablo II] en este asunto. Tres o cuatro veces ha recomendado, casi ordenado, que sacerdotes, monjas y religiosos vistan de forma acorde a su estado. Le dije a mi amigo que, a menos que todo lo que yo hubiera aprendido sobre la obediencia durante mis años en la Sociedad fuera falso, no veía qué motivos podían justificar la desobediencia a un deseo que el Papa había expresado tantas veces con tanta claridad…

Aseguré a mi compañero de viaje que le decía todo eso sin espíritu de crítica. La verdad es que estaba verdaderamente sorprendido, buscando una respuesta. Eso era todo. Por desgracia, tengo que admitir que aquel día no encontré la respuesta que buscaba. Mi compañero dió muchas vueltas al asunto, pero al final me quedé con la sensación de que me había dejado igual que estaba…

Mi joven amigo y yo pasamos al asunto de las vestiduras sagradas [alba, cíngulo, estola, casulla] para oficiar la Misa[6]. Afirmaba que, aunque solía portarlas todas, se inclinaba por la opinión de que su uso fuera optativo. Le recordé el extraordinario cuidado mostrado por el Señor en el Antiguo Testamento al prescribir el uso de las vestiduras y Su insistencia hasta en los detalles aparentemente más insignificantes. Si el Señor estaba tan preocupado por las vestiduras bajo la Vieja Ley que, después de todo, sólo era un preludio del sacrificio perfecto de la Nueva, seguramente sea razonable asumir que aún habría sido más escrupuloso al prescribir las vestiduras del Santo Sacrificio de la Misa. Una vez más, sólo estaba buscando una respuesta a mi pregunta. Y, una vez más, mucho me temo que mi amigo me dejó igual que estaba.” (pp. 63-65)



[9.-] “En el número de septiembre de 1982 de la revista de la Compañía de Jesús en la provincia irlandesa, «The Furrow», apareció un artículo del r.p. Frank Sammon, S.I., sobre los cambios en la Iglesia. El título de su artículo es «Hacia una nueva imagen de la Iglesia y de la sociedad»[7]:

«A lo largo de los últimos años, la Iglesia ha ido experimentado una serie de cambios revolucionarios en la concepción de sí misma… Se podría decir que ha sido puesta boca abajo, vuelta hacia afuera y girada hacia otro lado.

Ha sido puesta boca abajo porque hoy en día el énfasis se pone en la participación de los cristianos en la Iglesia, mientras que antes se ponía en la salvación de sus almas por medio de su pertenencia a ella.

Ha sido vuelta hacia afuera porque la Iglesia ya no se dedica exclusivamente a sus miembros y estructuras, sino que se centra en el consolador texto[8] de San Pablo ‘Él quiere que todos se salven’ (1Tim.2:4). Es verdad que la Iglesia sigue siendo una parte central del plan de Dios para la Salvación, pero no es menos cierto que el vínculo entre la Salvación y la Iglesia necesita ser ‘repensado’ de mejor forma.

Ha sido girada hacia otro lado porque hoy en día, en lugar de obsesionarse con preservar la tradición pasada…, se orienta hacia el futuro y en cómo adoptar una forma más humana.»

Aunque el r.p. Sammon, S.I., desarrolla estas tres ideas de forma clara y coherente creo que, antes que aceptarlas sin matizaciones, hay que ponerlas en cuarentena. (p. 69)



[10.-] “Veo muchas razones por las que agradecer a Dios el “espíritu” que se ha desarrollado a partir del Concilio Vaticano II. Mirando hacia atrás junto a San Pablo, podría habernos dicho: «Los alimenté con leche y no con alimento sólido, porque aún no podían tolerarlo» (1Co.3:2). Hoy en día se nos da mucha más libertad, y el cambio es necesario y bienvenido. Sin embargo, no hay cambio inocuo y existe el peligro de que toda, o casi toda, observancia externa sea arrojada por la ventana. El r.p. Thomas Dubay, S.M., ha escrito un librito[9] titulado: «¿Puede sobrevivir la vida religiosa? Una pregunta urgente que se tiene que plantear la Iglesia de hoy.» (1973). El r.p. Dubay asume un punto de vista muy equilibrado y objetivo sobre la situación actual de la vida religiosa. Su conclusión final es que:

«Sí, la vida religiosa sobrevivirá porque siempre habrá almas generosas que quieran vivir una vida de completa consagración a Dios. Pero si se me preguntara si va a sobrevivir en esta o en aquella congregación, entonces ya no estoy tan seguro».”

(pp. 69-70)



[11.-] “Una vez le conté a un joven sacerdote lo que, siendo niños, noche tras noche, en la catequesis parroquial, resonaba en nuestros oídos. Después del Rosario, el sacerdote nos decía:

«Cada noche, cuando os acostéis a dormir, cruzad los brazos formando una cruz y repetiros lentamente: ‘Voy a morir. No sé ni cuándo, ni cómo, ni dónde. Pero sé que si muero en pecado mortal, estoy perdido para siempre. Jesús, ten piedad de mí, y concédeme la gracia de una santa y feliz muerte’».

Le dije a mi amigo que dudaba mucho que a lo largo de toda mi larga vida hubiera omitido esa práctica una sola noche.

Mi amigo se echó las manos a la cabeza y dibujó una expresión de horror en su cara. Como creí que estaba bromeando, no me preocupé. Sin embargo, lo hacía muy en serio. Me quedé desconcertado. Lo que nos había dicho el sacerdote era una consecuencia directa del mandato bíblico
:

«En todas tus acciones, acuérdate de tu fin y no pecarás jamás» (Ecc.7:36).

¿Qué es el Infierno, una realidad o un mito? Puede que sea una realidad desagradable, como el cáncer, pero ése es tanto mayor motivo para evitarlo.” (p. 70)



[12.-] “He aquí una historia cuya veracidad puedo atestiguar. Un hombre estaba condenado a muerte por un crimen horrendo. La víspera de su ejecución estaba sentado en su celda, encorvado, silencioso, hosco, desafiante. No quería saber nada de ningún sacerdote. Rechazaba arrepentirse de una vida de pecado que tantos conocían. Tres o cuatro sacerdotes lo intentaron, pero no consiguieron nada. También lo intentó una monja, pero tampoco consiguió nada. Cuando estaba a punto de irse, se detuvo, le miró con compasión, sentado en su camastro con la cabeza entre las manos, y le dijo:

«Tom, piensa por un momento en esto: ¿qué no daría un alma ahora en el Infierno por obtener cinco de los minutos de la oportunidad que se te está otorgando?».

La monja se fue pero sus palabras quedaron. El pobre Tom volvió a Dios: se arrepintió de sus pecados, hizo una buena Confesión, recibió la Eucaristía y la Extremaunción. Estuvo rezando toda la noche. A la mañana siguiente el sacerdote le acompañó hasta el momento de su ejecución.

Es cierto que tenemos que servir a Dios por amor. Es cierto que dependemos de Su Misericordia. ¿Pero no es razonable que este viejo sacerdote tema que la tendencia a evitar la verdad del pecado y del Infierno sea jugar a favor del Diablo?”
(pp. 70-71)



[13.-] “El r.p. Joseph Bolland, S.I., … se encargó de nosotros durante el año de tercera probación, despues de los estudios de teología. A menudo me acuerdo de la seriedad de sus clases, salpimentadas con un delicioso sentido de seco humor escocés. Un día nos dijo que temiéramos la vida fácil. El culto a la comodidad estaba invadiéndolo todo y nada hubiera sido más fácil que atenerse a sus reglas, incluso dentro de nuestra vida como jesuitas. «Cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo» (Lc.14:33). Esta frase sigue siendo cierta.

Le conté todo esto a un jesuita de actitud vital muy «moderna». ¡En cuanto las palabras «teme la vida fácil» salieron de mi boca, se puso tan nervioso que casi salta encima de mí!

«¡De ninguna manera! Tienes que ser tú mismo, comprometerte a vivir tu propia vida. Desde el Concilio Vaticano II, todo eso del ascetismo ya es agua pasada…».

Pobre Vaticano II ¡cuántos crímenes se han cometido en tu nombre! ¿Ser uno mismo? Siempre tuve la impresión de que San Ignacio insistía con firmeza en el ascetismo. Así aparece en la primera anotación a la primera semana de los ejercicios:

«… por este nombre, exercicios spirituales, se entiende todo modo de examinar la consciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mental, y de otras spirituales operaciones, según que adelante se dirá. Porque así como el pasear, caminar y correr son exercicios corporales; por la mesma manera, todo modo de preparar y disponer el ánima para quitar de sí todas las afecciones desordenadas y, después de quitadas, para buscar y hallar la voluntad divina en la disposición de su vida para la salud del ánima, se llaman exercicios spirituales…»

El ascetismo es algo que corre a través de toda la espiritualidad ignaciana. Tirarlo por la ventana es como tirar el agua del baño con el niño dentro. Una cosa es que a uno no le agrade el ascetismo y avergonzarse al reconocer el lugar insignificante que ocupa en nuestra vida. Y otra cosa muy distinta es la calamidad de sustituirlo por el «sé tú mismo». Si se defiende y se pone en práctica el «sé tú mismo» ¿qué queda de aquella frase exigente salida de los labios de Cristo?:

«El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará» (Lc.9:23-24; Mt.16:24-25).”

(p. 71)



[14.-] “Alguien preguntó a San Ignacio de Loyola cómo reaccionaria si la Sociedad de Jesús, el trabajo en el que había puesto su corazón, se derrumbara en un solo día. Respondió que un cuarto de hora de oración ante el Santísimo Sacramento bastaría para restablecer completamente su paz de espíritu.” (p. 148)



[15.-] “En el Infierno, las campanas tañen con temerosa disonancia cuando los ministros acreditados de la Iglesia, so capa de Magisterio auténtico, enseñan doctrinas falsas o seriamente dudosas. Es impresionante ver cómo ahogan la voz de sus propias conciencias, e imaginar cómo responderán ante Dios por las heridas irreparables que han infligido a tantas almas redimidas por Su Sangre.

«Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar. ¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Es inevitable que existan pero ¡ay de aquel que los causa! … Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre Celestial.» (Mt.18:6-7.10)

Es una terrible responsabilidad para cualquiera, independientemente de su posición académica, separar deliberadamente a las personas de la verdadera Fe polemizando, con aparente conocimiento de causa, contra el auténtico Magisterio de la Iglesia. Ya va siendo hora de que el Pueblo de Dios reciba la Fe sin adulterar. Lo que más me aterroriza, tengo que repetir, es la horrible responsabilidad en la que incurren esos autoerigidos maestros de Israel.” (pp. 163-164)



A pesar de que se vendieron más de cien mil ejemplares de alguno de sus libros[10], y a pesar de que en 1984 todavía publicaría otro libro más[11], el r.p. Robert Nash S.I. es un autor fantasma[12]. Es invisible hasta para la mismísima Compañía de Jesús en Irlanda. Y hasta tal punto es así que he sido incapaz de averiguar cuándo y dónde falleció. Y si sé cuándo y dónde nació es porque él mismo lo dice en su libro.

Me parece que este viejo jesuita, desde las páginas de sus escritos, todavía sigue teniendo algunas cosas que decir al “hombre de hoy”[13].

Aquí termina mi pequeño homenaje a este gran sacerdote de la Compañía de Jesús. Hace veinte años que se lo debía. Sin embargo, mi deuda de gratitud no terminará hasta que le abrace en el Cielo.

“The Institute of Education” ya no imparte aquellos cursos intensivos de inglés en agosto. En el sitio web del “Irish Messenger” no hay ninguna referencia al r.p. Robert Nash, S.I. Lo del “The Institute of Education” es intrascendente. Desgraciadamente, lo del “Irish Messenger”, no.




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[1]
a. En inglés, el título de cardenal antecede al apellido, modificándolo. Me parece una práctica muy significativa que paso a adoptar también en español.

b. León XIII sabía lo que hacía cuando creó en 1889 como cardenal al anciano Newman (1801-1890). Quería dejar bien clara la ortodoxia de su pensamiento. Newman no fue declarado venerable por Juan Pablo II hasta 1991, más de un siglo después de su muerte. Benedicto XVI lo declarará Beato el 19 de septiembre de 2010 en el aeropuerto de Coventry.

c. En 1990, mons. Newman no era ni siquiera “venerable”. Resulta curioso verle hoy, junto a san Josemaría y otros santos canonizados, citado entre los precursores del Concilio Vaticano II. Concilio del que tantos y tantos alaban sus fructíferas ambigüedades en cuestiones doctrinales abiertas pero del que, simultáneamente, se silencian sus no menos “fructíferas” ambigüedades en cuestiones que no lo están.

Ambigüedades que han obligado, más de cuarenta años después, tras un catecismo y un compendio universales, a que todo un Papa como Benedicto XVI siga dedicando una parte muy significativa de su pontificado a insistir en la necesidad de una “hermenéutica de continuidad” con la Tradición.

Ambigüedades de las que mons. Newman, san Josemaría y tantos otros santos canonizados, ciertamente precursores, siempre quisieron huir. Y, para muestra, un botón. Al ser creado cardenal, mons. Newman afirmó:

“El liberalismo religioso es la doctrina según la cual no existe ninguna verdad positiva en campo religioso sino que cualquier credo es tan bueno como cualquier otro; y esta es la doctrina que, día a día, adquiere consistencia y vigor. Esta posición es incompatible con todo reconocimiento de una religión como verdadera.”

http://infocatolica.com/blog/buhardilla.php/1007311235-newman-y-ratzinger-unidos-por

d. Resulta curioso ver cómo algunos enfrentan a mons. Newman con un cierto escolasticismo jesuítico, barroco y postridentino. León XIII (1810-1903) fue el Papa que recuperó el respeto por el magisterio del Aquinate. Ordenó la edición crítica de todas sus obras, que por eso se denomina Leonina. Y lo hizo siguiendo el consejo de su hermano, Giuseppe Cardenal Pecci, S.I. (1807-1890).

Con la disolución de la Compañía de Jesús (Portugal: 1759; Francia: 1763; España: 1767; Vaticano: 1773-1814) desapareció todo rastro de escolasticismo jesuítico, barroco y postridentino. A mediados del s. XIX ya casi nadie estudiaba al Aquinate. Curiosamente, el mismo Papa que creó al anciano y enfermo Newman cardenal en 1889 fue el mismo que, a instancias de un jesuita, ordenó defender y preservar las obras del Aquinate y recuperar lo mejor de la escolástica. Quizá, después de todo, mons. Newman y el escolasticismo jesuítico, barroco y postridentino, no anden tan lejos el uno del otro.

Especialmente si tenemos en cuenta que la Compañía de Jesús jamás fue disuelta en el país natal de Newman: Inglaterra. Como tampoco lo fue en Prusia, Polonia y Rusia, que los expulsaría tras su neoaprobación canónica en 1814. Esos cuatro países nunca aplicaron el breve “Dominus ac Redemptor” decretado por Clemente XIV.

Por otra parte, Benedicto XVI, antes de beatificar al cardenal Newman el próximo 19 de septiembre, el día 5 de septiembre, visitará el pueblo natal de León XIII (Carpineto Romano) para reivindicar su magisterio conmemorando el bicentenario de su nacimiento.

Finalmente, varios de los libros del r.p. Robert Nash, S.I., están publicados, curiosamente, por Newman press. Además, Augustine Pub. Co. ha publicado textos tanto del r.p. Robert Nash, S.I., como de mons. John Henry Newman. Evidencias circunstanciales aparte, resulta que es el propio r.p. Robert Nash, S.I., el que menciona en su libro (p. 87) las tesis centrales del “Grammar of Assent” del venerable mons. John Henry Newman cuando aún no era ni siquiera venerable.



[2]
r.p. Robert Nash, S.I. (Cork, 23 abril 1902 - ? ): “My Last Book”,
The Glendale Press, Dublin, 1983, 176 pp.
ISBN: 0-907606-13-X, EAN: 978-0907606130
Nihil Obstat: Hilary Lawton, S.I.
Imprimi Potest: Dermot Ryan, Arzobispo de Dublín, 24 de enero de 1983.



[3]
De aquí en adelante, excepto allí donde se indique lo contrario, las traducciones son mías.



[4]

«El rey Baltasar ofreció un gran banquete a mil de sus dignatarios, y bebió vino en la presencia de esos mil. Estimulado por el vino, Baltasar mandó traer los vasos de oro y plata que Nabucodonosor, su padre, había sacado del Templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas. Entonces trajeron los vasos de oro que habían sido sacados del Templo, de la Casa de Dios en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas. Mientras bebían vino, glorificaban a los dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra.

De pronto, aparecieron unos dedos de mano humana, que escribían sobre el estuco del muro del palacio real, frente al candelabro, y el rey veía el extremo de esa mano que escribía. Entonces el rey cambió de color y sus pensamientos lo llenaron de espanto; se le aflojaron todos los miembros y se entrechocaban sus rodillas.

El rey gritó con fuerza que hicieran venir a los adivinos, a los caldeos y los astrólogos. Y tomando la palabra, dijo a los sabios de Babilonia:

- ‘Cualquiera que lea la inscripción y me la interprete, se vestirá de púrpura, llevará un collar de oro en su cuello, y ocupará el tercer puesto en el reino’.

Pero cuando entraron todos los sabios del rey, no fueron capaces de leer la inscripción ni de hacer conocer al rey su interpretación. El rey Baltasar sintió un gran temor, cambió de color, y sus dignatarios quedaron consternados.

La reina, enterada de las palabras del rey y de sus dignatarios, entró en la sala del banquete y, tomando la palabra, dijo:

- ‘¡Viva el rey eternamente! Que tus pensamientos no te llenen de espanto y no cambies de color. En tu reino hay un hombre que posee el espíritu de los dioses santos; mientras vivía tu padre, se encontró en él una clarividencia, una perspicacia y una sabiduría igual a la sabiduría de los dioses; el rey Nabucodonosor, tu padre, lo constituyó jefe de los magos, los adivinos, los caldeos y los astrólogos. Ahora bien, ya que en este Daniel, a quien el rey dio el nombre de Beltsasar, se ha encontrado un espíritu superior, así como también ciencia, inteligencia, y el arte de interpretar sueños, resolver enigmas y solucionar problemas, que se llame a Daniel y él expondrá la interpretación.’

Daniel fue introducido en la presencia del rey, y este, tomando la palabra, le dijo:

- ‘¿Así que tú eres Daniel, uno de los deportados judíos que el rey, mi padre, hizo venir de Judá? Yo he oído decir que en ti reside el espíritu de los dioses, y que se han hallado en ti clarividencia, perspicacia y una sabiduría superior. Acaban de ser traídos a mi presencia los sabios y los adivinos, para que lean esta inscripción y me la interpreten, pero ellos no han sido capaces de interpretar la cosa. Yo he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver problemas. Si tú ahora puedes leer la inscripción y me haces conocer su interpretación, te vestirás de púrpura, llevarás un collar de oro en tu cuello y ocuparás el tercer puesto en el reino’.

Daniel tomó la palabra y dijo en presencia del rey:

- ‘Puedes guardar para ti tus dones y dar a otros tus regalos; de todas maneras, yo leeré al rey la inscripción y le haré conocer su interpretación. Escucha, rey: El Dios Altísimo dio a tu padre Nabucodonosor la realeza, y también magnificencia, gloria y majestad. Y a causa de la magnificencia que le concedió, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban de temor delante de él: él mataba y hacía vivir a quien quería, exaltaba y humillaba a quien quería. Pero cuando se ensoberbeció su corazón y su espíritu se obstinó hasta la arrogancia, fue depuesto de su trono real y le fue retirada la gloria. Él fue expulsado de entre los hombres y adquirió instintos de bestia; convivió con los asnos salvajes, se alimentó de hierba como los bueyes y su cuerpo fue empapado por el rocío, hasta que supo que el Dios Altísimo domina sobre la realeza de los hombres y entroniza a quien él quiere. Pero tú, su hijo Baltasar, no has querido humillarte, aunque sabías todo esto. Te has exaltado contra el Señor del cielo: han traído a tu presencia los vasos de su Casa, y han bebido vino en ellos, tú y tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas; has glorificado a los dioses de plata y oro, de bronce, hierro, madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has celebrado al Dios que tiene en su mano tu aliento y a quien pertenecen todos tus caminos. Por eso ha sido enviada esta mano de parte de él, y ha sido trazada esta inscripción. Esta es la inscripción que ha sido trazada: Mené, Tequel, Parsín. Y esta es la interpretación de las palabras: Mené: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha puesto fin; Tequel: tú has sido pesado en la balanza y hallado falto de peso; Parsín: tu reino ha sido dividido y entregado a los medos y a los persas.’

Entonces Baltasar mandó revestir de púrpura a Daniel e hizo poner en su cuello el collar de oro y proclamar que ocuparía el tercer puesto en el reino. Esa misma noche, mataron a Baltasar, rey de los caldeos.» (Dn.5:1-6)



[5]

«Después Jesús entró en el Templo y echó a todos los que vendían y compraban allí, derribando las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas. Y les decía: “Está escrito: Mi casa será llamada casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".» (Mt.21:12-13)

«Y al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: Está escrito: “Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".» (Lc.19:45-46)

«Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: “Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio". Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá.»(Jn.2:13-17)

A este respecto, en “The Seminarian at his Prie-Dieu.” [1951:91], el r.p. Nash S.I. nos recuerda que:

San Pío X no era menos explícito. «Debe» -enseña- «existir una diferencia tan grande entre el sacerdote y el laico como entre el cielo y la tierra, razón por la cual la virtud del sacerdote debe mantenerse apartada de todo contacto no sólo con los pecados más graves, sino incluso aún de los más pequeños…»".

Para los más puntillosos, me tomo la libertad de recordarles que el texto arriba citado no es contrario a la “llamada universal a la santidad” que incluye a los laicos, tal y como se describe en §11 del Capítulo II de la Constitución dogmática sobre la Iglesia “Lumen Gentium”.

El texto denuncia el riesgo de enfangar la vida sacerdotal en la tibieza o, peor aún, en el pecado. Nada más.

Volviendo al texto citado del r.p. Nash, S.I., respecto a la situación de la vida de muchos consagrados, no creo que haya que decir nada más de lo que ya dijo Nuestra Señora en aparición de La Salette, convenientemente aprobada por la Iglesia.



[6]
En la misa gregoriana se usan, además, el amito y el manípulo.



[7]
Frank Sammon: “Towards a New Image of Church and Society”,
“The Furrow. A Journal for the contemporary Church”, vol. 33 (1982), num. 9 (sept.), pp. 546 y ss.



[8]

“él quiere que todos se salven” (1Tim.2:4)

“El señor… tiene paciencia con ustedes porque no quiere que nadie perezca.” (2Pe.3:9)



[9]
r.p. Thomas Dubay, S.M.: “Can religious life survive? An urgent question confronts the Church today.”
Dennville, N.J., Dimension Books, 1973, 113 pp.
OCLC: 1290042, ASIN: B003BK99Q2



[10]
cfr. “My Last Book”, p. 21

r.p. Robert Nash, S.I. (Cork, 23 abril 1902 - ? ): “Living your Faith”,
Guild Press, 1951, 415 pp.
ASIN: B002TIV6WW



[11]
r.p. Robert Nash, S.I. (Cork, 23 abril 1902 - ? ): “My Last Phone Call.”,
The Glendale Press, Dublin, 1985, 142 pp.
ISBN: 0-907606-25-3, EAN: 978-0907606253



[12]
El propio autor, miembro de la ONG de ayuda a África “Action from Ireland” (AFrI), afirma (p. 21) haber publicado en el dominical irlandés “The Sunday Press” a lo largo de más de treinta años (1949-1983), alrededor de un millón de palabras. También dice haber publicado en periódicos como “The Evening Press” de Dublín, y en revistas como “The Homiletic & Pastoral Review” de Nueva York, “The Sacred Hearth Messenger”, revista jesuita de la provincia irlandesa, “St. Anthony’s Annals”, “The Madonna”, “The Irish Monthly” (1924-1954), y otras.



a. Algunos de sus libros son:

01 - “Send Forth Thy Light.” (1946, 1948)

02 - “Thy Light and Thy Truth: a Companion to Send forth Thy Light.” (1947, 1948)

03 - “Marriage, Before and After.” (1947, 1952)

04 - “Begin This Anywhere.” (1948)

05 - “Is Life Worthwhile?” (publicado fuera de Irlanda como “Living your Faith.”, 1949, 1951)

06 - “The Priest at his Prie-dieu. Thoughts and Principles for the Morning Meditation.” (1949, 1954)

07 - “The Nun at her Prie-dieu.” (1950, 1951, 1952, 1955, 1960, traducido como “La religiosa y la meditación”, Madrid: Studium, 1962)

08 - “The Seminarian at his Prie-dieu.” (1951)

09 - This is Christianity.” (1952)

10 - “We, Catholics. A Collection of Spiritual Essays.” (1953)

11 - “That They Be One.” (1954)

12 - “Everyman at His Prie-Dieu.” (1954, 1958)

13 - “Standing on Holy Ground.” (1955)

14 - “Jesuits: Biograhical Essays.” (ed., 1956)

15 - “The Incurable Optimist and Other Spiritual Essays.” (1956)

16 - “Ideals to live by. Some of the Principles Which Moulded Saint Ignatius of Loyola. A Guide to the Spiritual Exercises.” (1958, 1959)

17 - “Living Your Faith: a Catechetical Guild Book.” (1959)

18 - “Hello!” (1960)

19 - “Priests.” (1961)

20 - “Christian Spain.” (1962)

21 - “The Psychology of a Catholic.” (1963)

22 - “Wisdom I Ask.” (1964)

23 - “Ten More Priests.” (1965)

24 - “A Nash Omnibus.” (1974)

25 - “Your Phone Call.” (1976)

26 - “Bringing Christ Back: Manual of Prayers.” (1978)

27 - “My Last Book.” (1983)

28 - “My Last Phone call.” (1984, 1985)



b. Algunos de sus opúsculos (de más de 10 pero menos de 100 pp.) son:

01 - “The seven last words: an abridged translation from the Latin of St. Robert Bellarmine, S.I.” (1931)

02 - “Little biographies. Part I.” (1931)

03 - “Soldiers of Christ.” (1933)

04 - “The saints and their ways.” (1933)

05 - “Little biographies. Part II.” (1935)

06 - “A priest.” (1938)

07 - “What think you of Crist?” (1938)

08 - “Why must I suffer?” (1939)

09 - “Preaching Christ Crucified.” (1940)

10 - “The Light of the world.” (1940)

11 - “Talking of temptation.” (1940)

12 - “Praying.” (1940)

13 - “A Letter to Parents.” (1940)

14 - “We aren’t dumb.” (1940)
http://www.catholicpamphlets.net/pamphlets/WE%20AREN’T%20DUMB.pdf

15 - “«What doth it profit?» and other papers.” (1941)

16 - “When you pray.” (1941)

17 - “Take and eat.” (1941)

18 - “Our Lady’s hours: an introduction to the little office of Our Lady.” (1941)

19 - “Dost thou betray.” cfr. Lc.22:48 (1941)

20 - “Going to confession. A guide for those who confess weekly, fornightly, or monthly.” (1942)

21 - “Thinking it out.” (1942)

22 - “Friend of mine.” (1942)

23 - “A Second Letter to Parents.” (1943)

24 - “Be ye perfect.” cfr. Mt.5:48 (1943)

25 - “A day with Christ.” (1943)

26 - “Pass it on.” (1943)

27 - “A day with Christ.” (1943)

28 - “Three tabernacles.” (1944)

29 - “Can I keep pure?” (1944)

30 - “In the news.” (1944, 1946)

31 - “A Third Letter to Parents.” (1944)

32 - “Look it up in the Book.” (1944)

33 - “The fighting man.” (1944)

34 - “They crucified Him.” (1945)

35 - “What’s inside?” (1945)

36 - “How it’s done.” (1945)

37 - “A fourth letter to parents.” (1946)

38 - “Little biographies. Part III.” (1946)

39 - “Day break.” (1946)

40 - “A few lines to girls in service.” (1946)

41 - “A pamphlet tells its tale.” (1946)

42 - “Why ideals wilt.” (1946)

43 - “Imaginitis?” (1948)

44 - “What habits have you?” (1948)

45 - “Here’s your chance.” (1948)

46 - “Confidence, its place in the spiritual life.” (et alii, 1948)

47 - “How to pray and other conferences.” (et alii, 1948)

48 - ” ‘Tis time for the Rosary.” (1949)

49 - “Stray pages: random passages from different pamphlets.” (1950)

50 - “Helping hands: A Jesuit talks to a prospective Jesuit Brother.” (1950)

51 - “Missions in England.” (1950)

52 - “Little biographies. Part IV.” (1951)

53 - “Label your luggage.” (1952)

54 - “Saint of the displaced: Saint Joseph Pignatelli, S.I.” (1955)

55 - “A priest and Protestants. On the Roman Catholic Church.” (1959)

56 - “Down Mexico way. On the Roman Catholic Church in Mexico.” (1959)

57 - “Girls in big cities.” (1959)

58 - “What is a good Catholic?” (1959)

59 - “Open your Missal.” (1959)

60 - “God is our banker.” (1960)

61 - “Why am I Catholic?” (1961)

62 - “What is a good Catholic?” (1961)

63 - “Talks to pioneers of the Total Abstinence Association of the Sacred Heart of Jesus.” (et al., 1961)

64 - “Conversation with God.” (1963)
http://www.catholicpamphlets.net/pamphlets/Conversation%20with%20God.pdf

65 - “The Sacred Heart.” (1963)

66 - “Doing the Stations.” (1963?)

67 - “Between 13 and 20.” (1970)

68 - “Homilies for January.” (1971)

69 - “I didn’t ask to be baptized.” (1971)

70 - “Don’t blame God.” (1971)

71 - “Don’t be a priest.” (1971)

72 - “Meditation on the Third World.” (1975)

73 - “Victims for the Holocaust.” (1977)



[13]
En 1925, a pesar de ser hijo único de viuda, la Compañía de Jesús le asignó Australia como su primer destino apostólico. En aquella época, Australia formaba parte de la misión de la Provincia irlandesa. La travesía Londres-Sidney duró cuatro semanas. Estuvo allí tres años (1925-1928).

Una vez muerta su madre (1949), obtuvo permiso del padre Visitador de la Provincia irlandesa para volver a Australia (1957-1959). Una vez allí, pidió quedarse definitivamente o, al menos, poder quedarse un año más. Sin embargo, su Superior Provincial en Dublín le negó ambas cosas.

A pesar de su breve estancia en Australia, todavía es recordado allí. Gracias a una página australiana podemos seguir leyendo algunos de sus textos.



a. Espiritualidad:

01 - “A priest.” (1938)

02 - “Why must I suffer?” (1939)

03 - “What doth it profit?” (1940)

04 - “Preaching Christ Crucified.” (1940)

05 - “We aren’t dumb.” (1940)
http://www.catholicpamphlets.net/pamphlets/WE%20AREN’T%20DUMB.pdf

06 - “When you pray.” (1941)

07 - “Take and eat.” (1941)

08 - “Friend of mine.” (1942)

09 - “Label your luggage. An exhortation to Christian behaviour.” (1943)

10 - “A day with Christ.” (1943)

11 - “Pass it on.” (1943)

12 - “The fighting man.” (1944)

13 - “Look it up in the Book.” (1944)

14 - “Three Tabernacles.” (1944)
http://www.catholicpamphlets.net/pamphlets/THREE%2520TABERNACLES.pdf

15 - “They crucified Him.” (1945)

16 - “Imaginitis?” (1948)

17 - “Conversation with God.” (1963)
http://www.catholicpamphlets.net/pamphlets/Conversation%20with%20God.pdf

18 - “The Sacred Heart.” (1963)

19 - “Doing the Stations.” (1963?)



b. Educación:

20 - “What think you of Christ?” (1938)

21 - “A Letter to Parents.” (1940)
http://www.catholicpamphlets.net/pamphlets/A%20Letter%20to%20Parents.pdf

22 - “A Second Letter to Parents.” (1943)
http://www.catholicpamphlets.net/pamphlets/A%20Second%20Letter%20to%20Parents.pdf

23 - “A Third Letter to Parents.” (1944)
http://www.catholicpamphlets.net/pamphlets/A%20Third%20Letter%20to%20Parents.pdf

24 - “Can I Keep Pure?” (1944)
http://www.catholicaction.com.au/ebook/Can_I_Keep_Pure.pdf

25 - “Why ideals wilt.” (1946)

26 - “What habits have you?” (1948)

27 - “Missions in England” (1950): acceso restringido.

28 - “Between 13 and 20.” (1964)

http://www.catholicpamphlets.net/pamphlets/BETWEEN%2013%20and%2020.pdf

El r.p. Nash, S.I., también escribió “A fourth letter to parents” (1946) pero, desgraciadamente, no he sido capaz de encontrar el documento.



c. Éste es el único texto suyo que he encontrado en español:

29 - “Qué significa ser pionero de la Asociación de Abstinencia Total del Sagrado Corazón de Jesús.” (et al., “Talks to pioneers of the Total Abstinence Association of the Sacred Heart of Jesus.”, 1961)
http://ptaabolivia.blogspot.com/2009/09/lo-que-significa-ser-un-pionero-parte-i.html



d. En el mercado de lance todavía quedan algunos libros del r.p. Robert Nash, S.I.



e. En esta página australiana hay gran cantidad de opúsculos de la misma época. Vale la pena ojearlos con calma. Ya nadie enseña lo que en ellos se enseñaba.

14 comentarios

  
Luis Fernando
Desde luego, el día en que demos el premio a los posts "más currados" de InfoCatólica, te lo llevas de calle. Es más, dudo que haya por ahí ningún bogger que se curre tanto sus artículos como tú.

Un abrazo.
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Ha sido una meditación encarnada en mi pobre persona sobre el significado del Purgatorio. Pero la Fe en Cristo siempre empuja hacia adelante: está en la naturaleza de la Gracia.

†Ad Maiorem Dei Gloriam!
11/08/10 11:43 AM
  
Norberto
¿Qué es el Infierno, una realidad o un mito? Puede que sea una realidad desagradable, como el cáncer, pero ése es tanto mayor motivo para evitarlo.”

Jeje, ¡qué razón tiene!, fina ironía irlandesa.


PS:

Sugerencia: Si pusieras un enlace al Índice de Citas sería un formato de post mas amigable.
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No estoy seguro de entenderte.

¿Te refieres a poner una lista de 15 vínculos, uno por texto citado, del estilo: Texto 1: "Unidad de Fe y vida."?

Quizá sea una buena idea. Si queda algo de mí, cuando acueste a los niños lo haré.
11/08/10 11:49 AM
  
Jose Angel Antonio
Es bueno que hayas difundido estas enseñanzas del padre Nash y, efectivamente, se trata de un post muy trabajado en el detalle, traducciones, citas, etc... ¡Gracias!
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El motivo de este post ha sido cuádruple: la sorpresa, la tristeza, la rebeldía, la Fe.

La sorpresa fue causada por el descubrimiento del autor. La tristeza surgió al comprobar el olvido en el que habían caído tanto el autor como su obra. La rebeldía nació por el ansia de luchar contra el olvido de aquellos que nos antecedieron en esta nuestra lucha, nuestra carrera, nuestra competición para lograr el ansiado premio: el eterno, infinito Amor de Dios.

La Fe me permitió discriminar de dónde procedía esa rebeldía. Así, en vez de justificarme escribiendo "¡hay que ver cómo está el mundo!" me he sentido libre para lanzarme a tumba abierta, porque era lo que había que hacer.

Gracias a vosotros lectores porque, humano, demasiado humano que es uno, si rechazárais post así, dejaría de redactarlos.
11/08/10 12:29 PM
  
Norberto
Miguel

¿No será pariente de Graham Nash?, ya sabes el de Crosby, Stills, & Nash.
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Es muy posible que los origenes familiares de Graham Nash sean irlandeses.

No creo que guarden ningún parentesco. Sin embargo, el r.p. Robert Nash es muy lacónico en lo relativo a los detalles biográficos.

Sólo indica que Mary, su madre, y sus dos hermanos fueron huérfanos de padre y madre desde muy niños, y que no tuvieron una infancia feliz. A pesar de todo, siempre fueron personas muy religiosas.

Su padre, Robert Nash Sr., también era una persona muy religiosa. Se casaron y se trasladaron a Inglaterra, a una casa próxima a una parroquia católica.

Nació Mary y, a los tres meses, murió. Nació Kathleen y, a los dos, también murió. Unos meses después también moría Robert Nash Sr., dejando a su mujer viuda encinta de unas pocas semanas en un país desconocido para ella. Volvió a Irlanda, a casa de una amiga en Limerick.

El niño se llamó Robert, como el padre. Y la ilusión de su madre siempre fue que Dios lo llamara al sacerdocio.

Mary, mujer joven, se negó a contraer nuevas nupcias. Nadie suplantaría a su amado Robert Nash Sr. Fue persona de misa diaria hasta que la enfermedad final se lo impidió.

No sé si Robert Nash y Graham Nash tienen algo que ver. Desde luego, sus vidas son bien diferentes.
11/08/10 12:39 PM
  
Luis Fernando
Por cierto, leyendo las breves citas que Miguel nos ha regalado del libro del padre Nash, no puedo por menos que pedir a Dios que no permita que la siempre gloriosa Compañía de Jesús deje de contar entre sus filas con miembros que sean realmente fieles al carisma ignaciano. Necesitamos hoy más que nunca verdaderos jesuitas, cuya única frontera sea la fidelidad a Cristo y a su Iglesia.
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Dios te oiga, Luis Fernando.

Pero viendo la "publicidad" que la Compañia de Jesús da a las obras del r.p. Nash, me temo lo peor.

De todas formas, aunque la situación está muy mal, no todo está perdido:

"Me cuentan amigos sacerdotes norteamericanos que está habiendo en aquel país una hornada de nuevos Jesuitas con un espíritu diferente, más fieles a las Iglesia y más devotos, hombres jóvenes que aman a la Iglesia. Esperemos que algún día lleguen a regentar los muchos centros educativos que la Compañía tiene en aquel país, por el bien que pueden hacer desde aquellas instituciones venerables…si para aquel entonces los superiores provinciales y otros formadores no les han cambiado y les han hecho a imagen y semejanza del progresío jesuítico que hoy lleva las riendas de la Compañía en muchas partes del mundo, incluidos los States."

http://moralyluces.wordpress.com/2010/01/01/universidad-jesuita-y-clinicas-abortivas/


Aquí tenemos a más de medio centenar de jesuitas con "ropa de trabajo":


11/08/10 7:18 PM
  
Rosario
No conocía a Robert Nash, pero creo que hubiésemos sido buenos amigos, porque hay "sintonía".

Lo que lamentas de "su olvido" es el modo de respuesta que la Iglesia y la cristiandad -unos más que otros- conceden a aquellos que "dicen la verdad aunque duela". Este buen jesuíta no se corta a la hora de decir lo que "ve" o lo que "piensa".

Puedo asegurarte, que sé reconocer estos extremos, en los que también vivo.

Para más información, leer:

http://rosario-asuntosdejesucristo.blogspot.com
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Lo primero, Dios. Lo segundo, Dios. Lo tercero, también Dios. Y todo lo demás sólo a través Suyo.

El resto es escoria (léase la palabra "escoria" sin connotaciones despectivas: como la "escoria" que se separa del hierro al ser fundido).

Cuando se habla de Dios, las conveniencias humano-eclesio-pastorales son algo tan minúsculo que resulta imposible apreciarlas. Por eso, tantas veces, quien habla de Dios no se da cuenta de si lo que dice es una verdad "conveniente" o no. El precio a pagar por no prestar máxima atención a esas conveniencias humano-eclesio-pastorales es el ostracismo humano-eclesio-pastoral.

Si es por hablar de Dios, y de nada más que de Dios, sin tener en cuenta las conveniencias humano-eclesio-pastorales ¡bienvenido sea el ostracismo humano-eclesio-pastoral...!

Así seremos más libres para seguir hablando de Él, y predicando Su Palabra.

Todo lo demás es pura morralla.
12/08/10 11:59 AM
  
Javivi
como diría el clásico: en dos palabras IN PREZIONANTE.
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De todo lo relacionado con Robert Nash, una de las cosas que más me ha impresionado es la vida de su madre Mary.

Era huérfana de padre y madre desde muy pequeña, con dos hermanos también pequeños. La familia que les acogió, quizá viéndolos como una carga demasiado pesada, no les trató con demasiado cariño.

Conoció al amor de su vida, y tuvo que emigrar con él a otro país. En Inglaterra, murieron primero Mary y después Kathleen, sus dos primeras hijas. Y, habiéndose quedado encinta por tercera vez, murió su marido, Robert Nash Senior.

Mary hubo de volver a Irlanda, primero a Cork, donde nacería Robert, y depués a Limerick, donde rechazaría una propuesta de matrimonio, y su hijo Robert sería admitido en el seminario jesuita.

Fue mujer de misa diaria hasta el fin de sus días.

Efectivamente, en dos palabras: la suya fue una vida "im presionante". Con ella adquieren pleno sentido las palabras de San Pablo: "El justo vivirá por la fe." (Rom.1:15)
12/08/10 1:37 PM
  
rojobilbao
Gran post que deberé releer. Mis contactos con los jesuítas han aumentado y comienzo a separar el grano de la paja (demasiado abundante), y rezo porque no se pierda la comnpañía definitivamente.
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¡Que Dios te oiga!

Habiendo visto cómo era este jesuita de la "vieja escuela", no me extraña lo que escribe Ricardo de la Cierva en "Los rituales secretos de la Masonería anticristiana" (Madridejos: Fénix, 2010):

"En el ritual de iniciación al grado 18 [se] «prohíbe EXPRESAMENTE que el Candidato haya pertenecido a alguna orden monástica o a la Compañía de Jesús»."

http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=10194
http://www.libreriacastellana45.es/descripcion_libro.asp?cod=57237


Dado que actualmente hay jesuitas que pertenecen material, aunque no formalmente, a la Masonería, como el r.p. José Antonio Ferrer Benimelli, S.I., si hemos de hacer caso al ritual masónico de Grado XVIII, no queda otro remedio que admitir que tales jesuitas pertenecen formal pero no materialmente a la Compañía de Jesús.

http://jornadasmasonicasmurcia.blogspot.com/
http://www.eldiariomontanes.es/20080312/santander/compatible-mason-catolico-20080312.html
http://www.masalladelaciencia.es/jose-antonio-ferrer-benimeli-la-masoneria-esta-por-encima-de-la-religion-y-la-politica_id27903/fotos/foto001
12/08/10 3:32 PM
  
Clemente XIV
En la Argentina, al menos tres jesuitas de mucha notoriedad han dado conferencias en la sede de la masonería. Sugestivamente han quitado de youtube el video del más famoso.

Urge otro Dominus ac Redemptor!
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No estoy de acuerdo.

Urge expulsar formalmente de la Sociedad de Jesús a todo aquel que no acepte el Magisterio de la Iglesia en general y las enseñanzas de San Ignacio de Loyola en particular.

Esas personas de las que hablas sólo son formalmente jesuitas. Su rebeldía al Magisterio y a las enseñanzas de San Ignacio los ha expulsado materialmente de la Sociedad de Jesús.

Urgen las medidas disciplinarias. Si se pueden aplicar a los dirigentes de los Legionarios de Cristo, de Lumen Dei o de Miles Christi, también se pueden aplicar a los dirigentes de la Sociedad de Jesús.

Sin embargo, quienes tienen la potestad para aplicarlas se niegan a hacerlo.

La situación que vivimos hoy no es nueva. Sin embargo, es mucho peor desde que los Papas han decidido no condenar las herejías, y los cardenales y los obispos han decidido seguir sus pasos.

¿Cuándo fue la última vez que una Papa, un cardenal o un obispo, dentro del ejercicio de sus funciones, condenó una herejía?
13/08/10 5:20 PM
  
Mariano (Argentina)
Estimado Miguel, simplemente una pequeña apostilla, dices que "en inglés" el título de Cardenal antecede al apellido. En realidad no es así, también ocurre en español, aunque en los últimos tiempos se ha dejado de decir, es verdad, para llamarlos "el Cardenal tal y cual". Pero yo tengo infinidad de libros y biblias con el imprimatur, o firmas de cartas que están firmadas, por ejemplo, "Raúl Francisco Cardenal Primatesta", por poner sólo un ejemplo.

En realidad, esto viene del latín, en donde oficialmente se llama así a los cardenales. Si recordás, cuando eligieron por caso a Benedicto xvi, el cardenal protodiácono que lo anunció dijo: "...Iosephum, Sanctæ Romanæ Ecclesiæ Cardinalem, Ratzinger...". Es decir, José Cardenal de la Santa Romana Iglesia Ratzinger. De allí la costumbre, al traducirlo a los diversos idiomas, de anteponer el título Cardenal al apellido.
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¡Muchísimas gracias por la información! Ahora ya tengo los argumentos históricos que me faltaban.

Me parece que se trata de un costumbre que no estaría de más recuperar.

14/08/10 4:34 PM
  
Foix
Apreciado Miguel,

Hace tiempo, y bien que lo siento, que ya no escribo en Infocatólica por razones que no vienen al caso aunque están relacionadas con el modo cómo los gestores de este portal administran el pan de la palabra que es un sacramento de muy delicada administración.

Sin embargo creo que esta entrada en El hato del viejo Jacopone bien merece que haga una excepción pues nos ha regalado usted un ramillete de textos deliciosos y quiero felicitarle, de modo que ahí va mi reconocimiento y gratitud más alta.

Llevo tres años vinculado a la Compañía y voy conociendo por dentro esa obra de Dios que es la Societas Iesus. Es cierto que las últimas décadas la han dejado profundamente herida y diezmada, atrapada y trabada entre los lazos del mundo, también cautiva de sus errores. Muchos de sus miembros han traicionado sus votos y a la misma Iglesia y otros muchos de los mejores han sido injustamente postergados y orillados; Robert Nash es un ejemplo pero hay muchos más. El mundo, con sus fascinaciones, la dejó muy malparada.

Pero sin embargo hay esperanza. Y se ven signos que muestran una clara rectificación y una lenta recuperación. Poco a poco, y no sin dificultades, el sombrío generalato de Arrupe va quedando atrás -aunque todavía al bilbaíno le pongan muchas peanas- y hay que pedir a Dios que la Compañía sea lo que fue y lo que durante un tiempo renunció a ser: luz clara y segura de Cristo y de su Iglesia entre los procelosos caminos del mundo. Pues, como dejó escrito el cardenal J. Ratzinger, " ortodoxia no es sana doctrina sino, sobre todo, vida santa; lo que ocurre es que toda vida santa pide de suyo una sana doctrina "

Un abrazo y mucho ánimo en su magnífico apostolado.


18/08/10 7:43 PM
  
gaudeamus
No conocía ningún texto del P. Nash. Soy admiradora y devota del Cardenal Newman. Sería posible encontrar en español algún libro o escrito del P. Nash? Gracias por tu trabajo
19/08/10 3:43 PM
  
Luis I. Amorós
Enhorabuena y gracias por este artículo, Miguel.
26/08/10 10:11 AM
  
Jaume
Qué gran artículo! Qué gran descubrimiento y, también su blog!
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Me alegro de que le hayan gustado las anécdotas biográficas del r.p. Robert Nash, S.I.

Es un gran ejemplo, entre otros muchísimos más, de una vida sacerdotal entregada a Dios.
16/12/10 12:00 AM

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