Perlas ocultas del libro “Què pensa Joan Carrera”

Al fin he podido comprar el libro-entrevista de Francesc Romeu a Monseñor Carrera. Parece que han solucionado su raquítica tirada inicial y el libro ya puede adquirirse en las principales librerías. Al menos en Barcelona. El libro de Romeu es sumamente interesante acerca de la personalidad rica y compleja del obispo Carrera. Pero lo más escandaloso es la interpretación parcial y sesgada que se ha venido realizando de las respuestas de nuestro anterior obispo auxiliar.

Sí uno se asoma únicamente a las frases entrecomilladas que, a título de reclamo, aparecen en la contraportada del libro, se encontrará con un Carrera unidireccional, que se declara nacionalista, que solo destaca a Juan XXIII y que se posiciona contra la COPE.

Veamos:

“Me vi obligado a ser nacionalista, porque mi país era atacado, y lo tenía que reivindicar y defender. Pero no me era grato. Sí Cataluña hubiese gozado de lo mismo que cualquier otro país, yo me habría preocupado de otras cosas”

“Tenía compañeros que como no entraban en política, todo lo ceñían a la prédica. Precisamente, yo consideraba más sano tener un canal político, a través del cual realizar esas cosas, pero no mezclar a toda la comunidad. No me gustaba juntar la política de partido con la pastoral. Cada cosa en su lugar”.

“Cuando he hecho declaraciones sobre la COPE, he recibido llamadas de la Secretaría de la Conferencia Episcopal. Y he tenido que defenderme.”

“Me gustaría que aquello que inició Juan XXIII finalmente sucediera. Me refiero a eliminar la apariencia de lujo, aires de grandeza y ambiciones políticas en la cúpula de la Iglesia”.

“En estos momentos, la perdida de la fe avanza. Mucha gente aparece como no-creyente, y es muy consciente que no es creyente y que no quiere saber nada. Cada vez se celebran más bodas civiles, más niños no celebran la primera comunión o no son bautizados”
.

Busquemos las perlas ocultas, que no destaca Romeu:

Sobre Don Marcelo (pag. 23):

Don Marcelo, personalmente me quería mucho, cosa que siempre le agradecí. Era un hombre que conmigo tuvo –hago una especie de divagación- un trato personal exquisito”.

Respecto al Cardenal Jubany (pag. 30):

Puede que me equivoque, no querría hacer un juicio duro del doctor Jubany –ni mucho menos, porque le debemos mucho- pero siempre creí que no supo aprovechar sus grandes cualidades de manera suficiente y que-a veces- orientó su inteligencia en sentido propio, por el hecho de no crearse dificultades y ser hábil, más de lo que podía ser. Creo que en nuestra diócesis se habían de corregir cosas, y si él lo hubiese hecho, habría obtenido la confianza de muchos. Creo que no supo afrontar las situaciones a fondo, en este sentido, yo lo tenía por demasiado pragmático, rehuía las responsabilidades”.

En relación a la liturgia post-conciliar (pag. 124):

Creo que con la liturgia sí que hubo algunos excesos, sobre todo con el reduccionismo y la falta de pedagogía. Doctrinalmente, que uno no haga una genuflexión delante del sagrario no tiene mayor importancia, pero pedagógicamente, sí que la tiene. Existen extremistas que dejan las hostias que sobran de la misa, de cualquier manera…. Todo esto, al final, crea un clima desolador, frio y cuando llegas a esas parroquias, que han sido deseducadas, te cuesta mucho encontrar una finura espiritual”.

Sobre el Papa Juan Pablo II (pag. 135):

Lo que más me gustaba era su genialidad junto con su capacidad de comunicación. …. Tenía una clarividencia social. Este sí que fue un don irrepetible. Juan Pablo II tampoco fue un hombre de partido, fue de doctrina, como lo es ahora Benedicto XVI”.

Acerca de las absoluciones colectivas (pags. 153 -154):

En mi parroquia jamás concedí la absolución comunitaria. Y confieso que no lo hice porque siempre sospeché que esto acabaría mal. Y siempre tuve recelo, quizás por orgullo, de echarme atrás de una decisión parroquial”.

Y por último, en la página final, la perla más oculta. Sobre el Cardenal Martínez Sistach (pag. 157):

La emisora (se refiere a Radio Estel) necesita unos directores potables y conseguir un patronato nuestro, de otra manera yo no le veo salida. Lo peor es que con el nuevo arzobispo no han mejorado las cosas. Estoy a punto de jubilarme y es la única cosa por la que pienso luchar: por la salvación de Cataluña Crsitiana y Radio Estel. El arzobispo Lluís Martínez Sistach tiene muchas dudas y siempre tiene miedo de perder dinero, o sea que no se qué pasará… pero, bueno”.

No es una relación exhaustiva, hay más perlas, pero sí se comparan ambos grupos de párrafos parece que hablen personas distintas. No, Carrera, era así: poliédrico, transversal, pero absolutamente libre. Por eso no se puede extraer una visión tan fragmentaria e incompleta como interesada. Porque tergiversador e interesado es destacar el Carerra que critica las decisiones del Cardenal Carles acerca de Radio Estel y omitir arteramente las que efectúa en relación al Cardenal Martínez Sistach. Porque en el libro no existe ni un solo elogio respecto al actual arzobispo de Barcelona. Ni uno. Ello explica el inmisericorde olvido de mencionarlo en la consagración episcopal del obispo Taltavull. También explican los miedos del obispo Carrera sobre el no lejano cierre de Cataluña Cristiana y Radio Estel.

Lean el libro. No hagan caso de lecturas sesgadas. Las respuestas retratan fielmente la persona del Obispo Carrera. En Germinans sí nos acordamos de él. En gloria esté.

Oriolt

Germinans germinabit