El doble juego del Cardenal Sistach en las absoluciones colectivas


En el último retiro de Adviento que n.s.b.a cardenal Martínez Sistach nos impartió a los sacerdotes de nuestra diócesis, el arzobispo recordó a los presentes que debían impartir “correctamente” el sacramento de la penitencia estos días. Pero no dio ninguna explicación más, para clarificar que es lo correcto y que es lo incorrecto. Es por ello que al salir de dicho retiro escuché a dos sacerdotes de los más “progresistas” como comentaban entre ellos: “Nosotros celebramos el sacramento de la Penitencia CORRECTAMENTE”, se referían a la celebración que ellos hacen, con absoluciones colectivas o sin especificación de los pecados. Queda claro que las palabras de su eminencia no sirvieron absolutamente para nada, y es que el cardenal sabe perfectamente que jugando con esas ambigüedades, intentando no quedar mal ni con los unos ni con los otros, el descontrol sigue reinando en la diócesis. De esta manera nuestro cardenal cree quedar bien ante Roma diciendo que él ha dicho públicamente que debe celebrarse correctamente el sacramento, y a la vez queda bien con sus sacerdotes “progresistas” porque no se dan en absoluto por aludidos.

Pasados unos días del retiro de adviento me he decidido a hacer la siguiente encuesta, he cogido al azar diez de las parroquias que celebraban absoluciones colectivas y que aparecieron en “De Bello Pallico” (de las muchas que salían en la lista) y con la ayuda de un par de seglares hemos ido comprobando una a una si continuaban celebrando el sacramento de la penitencia en contra de las normas, a pesar de las palabras del cardenal. El resultado ha sido espectacular, 10 de 10, es decir el 100% de la encuesta no se ha sentido aludido y siguen celebrando incorrectamente el sacramento del perdón de Dios.

¿Qué va a hacer ante ello nuestro cardenal? Pues por supuesto nada. Como siempre nada. Le preocupa mucho lo que digamos en Germinans Germinabit, pero no está dispuesto a ceder un milímetro si eso significa ponerse en contra a los que amargaron el pontificado de Don Ricardo Carles.

Por otra parte he hecho otra comprobación he llamado a dos compañeros sacerdotes de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat y les he preguntado, como ha reaccionado el clero, después de la carta que envió el obispo Don Agustín el año pasado a cada sacerdote en que de manera explícita decía que es lo que se podía hacer y lo que no se podía hacer en el sacramento de la penitencia, instando de una forma clara a cumplir con las normas de la Iglesia, pues mi agradable sorpresa fue que me dijeron que muchos sacerdotes habían empezado a cambiar la forma de celebrar el sacramento de la penitencia, eso sí, algunos de mala gana o a regañadientes, pero han visto que el obispo este tema lo tenía claro y han decidido actuar en consonancia.

Esto es lo que va de un obispo a otro, de una diócesis a otra (ya no hablo de Terrassa, porque mayoritariamente se celebra correctamente este sacramento), la realidad social y eclesial es la misma, pero en un sitio hay un obispo con las ideas claras y en otro un obispo que ambiguamente no quiere crearse enemigos, a costa del lamentable hundimiento de nuestra amada diócesis.

Antoninus Pius

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