El cardenal Sistach renovado en el Consejo Pontificio para los textos legislativos, después del caso “Pousa”

Algunas personas me han comentado su incomprensión y hasta decepción por el hecho de que desde Roma se ha renovado a n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach como miembro del Consejo Pontificio para los textos legislativos por un quinquenio más. Esta renovación llega después de la vergonzosa actuación de nuestro arzobispo en el caso del sacerdote abortista barcelonés Manel Pousa. Éstas voces críticas me dicen que si los casos delicados que lleguen a Roma, en que se tenga que aplicar las normas legislativas de la Iglesia, se solucionan de la misma manera que el caso Pousa, estamos bien apañados. Los más críticos incluso me comentan con gran indignación que parece que Roma haya premiado al cardenal Sistach por su resolución “diplomática” del caso del cura abortista.

Pues yo no estoy decepcionado, probablemente porque vengo esperanzado de la experiencia pentecostal y porque sobre todo pienso en el futuro, aunque el presente deje bastante que desear. Me explico:

1.- El arzobispo Sistach, hace poco que ha sido creado cardenal y éste es su último quinquenio en el citado Consejo Pontificio, no renovarlo sería algo muy fuerte y descarado y deberían haber razones de mucho peso para hacerlo.

2.- ¿Es que lo que ha sucedido en el caso Pousa no es suficiente grave? Pues para nosotros por supuesto que sí, pero tenemos que ser objetivos: ¿Qué pruebas hay en Roma de que el cardenal Sistach ha hecho algo indigno además de nuestros comentarios? Pues muy poca cosa. Mientras no salga una mujer que diga: “Yo he abortado gracias al dinero que me dio el Padre Manel para que lo hiciera” no hay una prueba clara y evidente. La nota de prensa del arzobispado, como ya dije en su momento protege a los dos (al cardenal y a Pousa). Según la nota todo ha sido un equívoco porque el Padre Pousa se expresó mal, y la verdad queda enterrada en el despacho del arzobispo para siempre. Tan enterrada como los niños abortados en las trituradoras de cualquier clínica abortista del Dr. Morín o similares.

3.- Ciertamente que esta renovación no es de mi agrado, pero me consuela ver los nombramientos reales (los que son de “motu proprio”) de nuestro actual Pontífice, y no las renovaciones por delicadeza o los nombramientos por presiones cuando no estaban en las listas. El verdadero nombramiento (incorporación) para este Consejo Pontificio es el del arzobispo de Saint Louis (USA) Raymond Leo Burke, un estilo que nada tiene que ver con nuestro cardenal, la imagen de una nueva Iglesia norteamericana que resurge después de muchos malos tragos. El arzobispo al que no le tiembla la voz cuando afirma que el alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, no debe comulgar por haber defendido el aborto. Esa es la Iglesia que quiere Benedicto XVI, y en los nombramientos que se están sucediendo en estos últimos tiempos (incluyendo los de obispos españoles) la línea está muy clara.

En Cataluña seguimos esperando nombramientos de obispos, allí va a estar la clave, la gran posibilidad de que la Iglesia catalana renazca después de tantos años de sequía (y no me refiero a la atmosférica). Yo sigo esperanzado y sigo confiando plenamente en el Papa. Allí se verá si los obispos que van a conducir el rebaño catalán son como los que hemos tenidos hasta ahora (incluyendo a Sistach) o si se apuesta por la renovación que se está imponiendo en toda la Iglesia.

Antoninus Pius

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