Bloggers por el “tercio sindical”

Sirva este artículo para los que por razón de edad y formación les resultan totalmente desconocidas las peculiaridades del Régimen político vigente en España hasta 1978, ahora se cumplen 30 años. Pero no sólo. Sirva también para aquellos que haciendo gala de ser “licenciados en Ciencias de la Comunicación” y pues presuntamente periodistas no son más que uno de los tantos y tantos bloggers que circulan por la red. Como yo mismo lo era hasta hace un año, un simple autor de blog. De un blog. Me refiero al De Bello Pallico, que llegó a convertirse, eso sí, en el blog revelación de temática religiosa en lengua española. Así lo calificó la prensa en su momento. Lo digo con orgullo pero sin la más absoluta vanagloria. Pero sí con profunda tristeza para los que acusándome en su día de sensacionalista, llegado su turno, han convertido su blog en un singular ejercicio de amarillismo. Todo vale por intentar salir del socavón, del precipicio.

A esos autores me gusta denominarles “bloggers por el tercio sindical”.

Hay que saber que las Cortes Generales franquistas, órgano capital de representación en la llamada “democracia orgánica” que instaurara el anterior Jefe del Estado en 1942, estaban constituidas por tres tercios de procuradores (hoy llamaríamos diputados) correspondiente cada uno de ellos a los ámbitos del Municipio, de la Familia y del Sindicato.

Por la ley de unidad vertical en 1940 se aprobaba la constitución de una Organización Sindical que representase a los diversos Sindicatos Verticales. Estos a su vez agrupaban en una misma corporación a empresarios y trabajadores según las diversas ramas de producción (gremios), debiendo velar junto con la Magistratura del Trabajo por el progreso social y económico del Estado.

La realidad era que la Organización Sindical imponiendo una afiliación obligatoria y controlada absolutamente por el Estado, se convertía en lo que era conocido como sindicato amarillo. Y no por sensacionalista, sino por defender ante todo los intereses patronales. La Organización Sindical designaba a sus representantes en las Cortes, los llamados procuradores por el tercio sindical. De entre todos ellos, los sindicales, a diferencia de los procuradores corporativos o familiares, eran los más odiados. Solían ser los más jóvenes y trepas, los menos preparados profesionalmente, pero con una adhesión inquebrantable al Movimiento realmente admirable. Muchos habían obtenido la designación tras llevar a cabo con esmerado acierto su función primordial en el seno de la Organización Sindical, a saber: ejercer de topos, chivatos y esquiroles en las empresas y en el Sindicato. Pero todo ello subrepticiamente sin que se “tomase cuenta de ello” ni los “camaradas” se apercibiesen de la acción.

Así obran actualmente algunos jóvenes bloggers en la red, y especialmente, como siempre, en Cataluña. Desean pasar por jóvenes y frescas promesas del periodismo y de la renovación de una Iglesia que desean más plural, a la par que actúan como aquellos jóvenes y odiados procuradores por el tercio sindical de las Cortes franquistas, mostrando sin descaro alguno una “adhesión inquebrantable al Régimen” se llame Ordinario del Lugar, Jefe de Publicidad de la única empresa que les sufraga la única revista que imprimen o Conseller de Presidencia. Cualquier componenda por salvar el pesebre que les da de comer. Y todo ello sin exigirles más esfuerzo ni reclamarles más mérito que la inclinación de cabeza y el besamanos de rigor.

Para lucirse así más valen sombras.

Prudentius de Bárcino


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