[DE] Capítulo 51: El roquete y el sobrepelliz

Clérigos con sobrepelliz (s. XIV D. Ghirlandaio)

 

El roquete, llamado en la Edad Media en latín camisia, alba romana o subta o en Alemania sarcos o sarcotium es una derivación del alba que generalmente usaban los eclesiásticos en el medioevo como vestido cotidiano y por encima de la cual endosaban el alba de lino propiamente dicha, para el servicio litúrgico. Un anónimo del siglo IX recuerda expresamente la linea interiore que se lleva bajo el alba, la linea exterior. Riculfo de Soissons en el 889 prohibió a su clero de servirse del alba cotidiana (interior) para la celebración de la misa. Sin embargo en Roma, parece ser que ésta pronto se convirtió en un distintivo propio de los clérigos más insignes. De este modo, ya en el IV Concilio Lateranense se recomienda a los obispos de llevar incluso fuera de la iglesia superindumenta linea. Como distintivo propio de los obispos y prelados seculares poco a poco se fue imponiendo por doquier, y más tarde su uso fue sancionado en el Ceremonial de los Obispos y el Misal, y también extendido como privilegio a los canónigos y a los párrocos.

 
 

Roquetes diversos

La forma antigua del roquete era la misma que la camisia o alba litúrgica , o sea, llegada hasta los talones y se ceñía por la cintura. Aún en el siglo XV llegaba más debajo de las rodillas y llevaba algún ornamento. La forma actual, tan extraordinariamente recortada y enriquecida con encajes apareció a principios del siglo XVII. Siempre lleva las mangas estrechas y llegando hasta las muñecas. No es considerada vestis sacra, sino únicamente junto con la muceta, hábito coral. Debiéndose administrar los sacramentos es obligatorio revestirse de sobrepelliz.

La sobrepelliz (o comúnmente el sobrepelliz) es una vestidura procedente de los países septentrionales. Los clérigos y los monjes que durante el riguroso invierno debían ir a la iglesia diversas veces al día para el oficio coral, usaban para repararse el frío, pieles anchas y pesadas. Encima de ellas se ponían el alba, la cual por necesidad debía ser ancha de cintura y de mangas. Poco a poco, la sobrepelliz se convirtió, por motivos de comodidad fáciles de comprender, de hábito coral a vestidura litúrgica común a todos los clérigos. Como tal aparece ya en el siglo XIII y mantuvo durante mucho tiempo formas amplias y majestuosas (cuadro del Ghirlandaio) En el siglo XVII se fue acortando y enriqueciendo con vainicas de entredós, bordados y encajes. En la disciplina actual es la indumentaria ordinaria prescrita para la administración de los sacramentos y sacramentales. Se diferencia del roquete porque no lleva ceñida la manga a la muñeca.

 
 

Sobrepellices (cotta, surplis, chorhemd..)

En España ha pervivido, hasta hace bien poco, la sobrepelliz mozárabe con alas rizadas y dobladas sobre las mangas que parece ser aún es conservada en Sevilla y Toledo. Y en Valencia adopta una forma más simple pero muy airosa (no lleva las alas rizadas) revistiéndola los sacristanes y algunos “escolans majors”.

En Cataluña los monaguillos frecuentemente las llevaban sin mangas a la manera de la Escolanía de Montserrat, ponemos algunas fotos sin duda aleccionadoras de todo ello.

 
 

Clérigos con sobrepelliz mozárabe

 
 

Sobrepelliz valenciano

 
 

Monaguillo catalán y escolans de Montserrat

Dom Gregori Maria