Un bienio más para Sistach: lo mejor para la diócesis

Rásguense las vestiduras, mésese los cabellos quien los tenga, ponga el grito en el cielo quien sabe en qué dirección cae: no ha pasado nada que no esté pasando desde ni se sabe. La archidiócesis de Barcelona es una pieza clave en la gran empresa a la que se ha lanzado la Iglesia: la Nueva Evangelización. Y la Santa Sede no está para experimentos de resultado incierto, con algo que no es precisamente gaseosa.

No es fácil que la Curia vaticana tenga la osadía de pensar para Barcelona en un obispo que no sea catalán. Eso sería tanto como dar por totalmente amortizado e imposible de reciclar a todo el segmento nacionalista del clero, que se sublevaría y desempolvaría los megáfonos. Aunque sabe muy bien el Vaticano que la sangre no llegaría al río, porque es un colectivo exangüe.

Descartada pues la extrema audacia, que no es característica propia de tan parsimoniosa curia, hay que volver los ojos al episcopado catalán. ¿De Cataluña sólo o incluyendo los “ Països catalans ”? He ahí una nueva incógnita para hacer más difícil si no la predicción del futuro, sí al menos su expectativa.

Porque el hecho cierto es que no se vislumbra todavía a un claro sucesor de Sistach. Es ahora cuando toca rasgarse las vestiduras, mesarse los cabellos y poner el grito en el cielo. ¿Pero no estaba detrás de Germinans la mano negra de Sáiz Meneses moviendo los hilos? ¿No era Sáiz Meneses el candidato de Germinans? En esas andaban las malas lenguas de los más finos analistas. No fueron capaces de darse cuenta de que ansiosos como estábamos por dar buenas noticias, el obispo de Terrassa nos dio muchas oportunidades: y las aprovechamos encantados. Igual que aprovechamos las que nos dio Sistach, aunque no fueron tantas, y las que nos dieron los demás obispos de Cataluña. Hemos buscado las buenas noticias, pero a menudo les han taponado el camino las malas.

Asentado el precedente desmentido, intuimos que el Vaticano necesita más tiempo para dirimir la sucesión de Sistach. Intuimos asimismo que dos años serán suficientes para ver por fin si Cataluña ha sido capaz de producir el obispo con las dotes necesarias para conseguir que la diócesis de Barcelona se convierta también ella en icono de la Nueva Evangelización.

Pero, es más, una prórroga del mandato de nuestro cardenal por dos años (que, de facto, pueden convertirse en 3) puede suponer el inicio de la renovación de los cargos curiales y pastorales en Barcelona: la llamada "martíneztroika", que se va gestando, de la manera parsimoniosa a la que tiene tanto apego Sistach, pero que ya está aprobada. Se han creado las vicarías episcopales A,B,C,D,E y F, pero siguen pendientes de designación, cuanto menos, dos vicarios. Joan Obach ejerce de facto como delegado de liturgia, pero Sistach no se atreve a decirle a Urdeix que se vaya a su casa. Si el camino fuere ese, los dos o tres años serían una auténtica bendición. Sería también la retirada a toda esa generación de los años 30 (Matabosch, Claret, Hortet, Arenas, Bonet, Sauró, Bada, etc) que han detentado las estructuras de la diócesis con Sistach.

También es evidente de toda evidencia, que hoy por hoy el Evangelio de la Vida , la tarea más urgente que tiene la Iglesia en el mundo, se ha convertido en la piedra de toque que nos permite detectar las aleaciones extrañas. La Santa Sede sabe que el camino inexorable de la Iglesia para ganarse el respeto del mundo, es respetarse a sí misma: tener el valor de defender sin titubeos ni componendas sus máximos principios de moral. Y la forma en que están gestionando nuestros obispos (no solo Sistach) el problema enquistado de los abortos en hospitales de cotitularidad eclesiástica, no da precisamente la imagen de que la Iglesia se respete a sí misma. Es que el problema lleva ahí decenios. No acaba de caerles encima a los obispos: llevan años y años conviviendo con él. Todos entendemos bien claro que al Islam no le ocurriría esto: porque ellos se toman su moral totalmente en serio, y por eso nadie se atreve a retarles en cuestiones fundamentales.

La Iglesia no trabaja con la hipótesis de que el sucesor de Sistach siga los pasos de éste en lo que constituye la piedra de toque de la pastoral. La Nueva Evangelización requiere una actitud nueva ante este problema capital: un problema que siendo uno entre muchos, tiene el singular carácter de piedra de toque. Por eso, ante la falta de evidencias puede preferir concederle a Sistach el bienio de gracia, en la razonable confianza de que le es mucho más fácil y provechoso ir a mejor, corrigiendo suavemente (la suavidad es lo suyo) el rumbo de lo más estridente.

¿Y nos parece bien en Germinans? Nos parece, como enunciamos en el título y por los argumentamos que hemos señalado, que podría ser una buena noticia para la diócesis y para toda Cataluña. Barcelona y Cataluña necesitan ser cristianizadas de nuevo; y nadie trabaja con la hipótesis de que el núcleo de esa nueva cristianización vaya a ser otro que la archidiócesis de Barcelona.

El Directorio de Mayo Floreal
de Germinans Germinabit