¡Hoy llega Pedro!

¡Y nos regocijamos en el Señor! Hoy el sucesor de Pedro, después de 28 años de la visita de su predecesor Juan Pablo II, vuelve a nuestra tierra catalana para confirmarnos en la fe.

En el marco incomparable de la Sagrada Familia, viva catequesis en piedra, retablo litúrgico de fe, expresión de nuestro genio cristiano, viene el Papa a hablarnos de la familia. Y de cómo podemos y debemos evangelizar a esta sociedad, transmitiendo la fe de Jesucristo al hombre contemporáneo para empaparlo de Dios, valiéndonos en esta ocasión del arte como instrumento. Viene a sacudirnos de nuestros letargos, a advertirnos de los peligros de la secularización y del laicismo, que arremeten contra el hombre y su conciencia. Desde Santiago viene a recordarnos que la fe de la Iglesia de Jesucristo ha creado Europa. Que la ha engendrado y forjado. Que la Iglesia ha dado dimensión y sentido a la cultura europea y occidental. Que no han sido “las culturas diversas” las que han hecho la Iglesia. Que, como dijo León XIII en la Rerum Novarum , “ la comunidad civil de los hombres ha sido renovada profundamente por los principios cristianos: y en virtud de esta renovación, el género humano ha sido promovido a su más alta nobleza; más aún, ha sido apartado de la perdición y rescatado para la vida y ha sido elevado a tal perfección, que ni la hubo mayor antes, ni la habrá en los tiempos venideros” .

Viene el sucesor de Pedro a visitar la Obra del Niño Dios para hablar del compromiso de los creyentes en la defensa de la Vida como derecho inalienable de la persona. Para acariciar y llevar su bendición a aquel centenar de chicos y chicas cuidados por religiosas celosas de su vocación consagrada. Todos ellos no estarían aquí si en la prueba de la amniocentesis, y protegidos por las inicuas leyes de los políticos que nos desgobiernan, se hubiera detectado su minusvalía.

Viene a esta Cataluña plural y de mezcolanza que lleva una multisecular historia a sus espaldas. La que ahonda sus raíces en la fe y siente como necesaria la tarea de la Nueva Evangelización. Pero viene también a la Cataluña secularizada que quiere crecer de espaldas a Dios, sin darse cuenta de que Cataluña será cristiana o no será.

El Santo Padre va a presidir una liturgia impecable en medio de una diócesis que ha sido la cuna y la punta de lanza de todas las desviaciones litúrgicas contemporáneas posibles: en la que su Motu proprio “Summorum Pontificum” encuentra indiferencias y obstáculos así como enemigos enconados entre muchos obispos y sacerdotes.

Viene a una tierra donde los colegios de congregaciones religiosas son victimas de una autosecularización jamás conocida; y presionadas por las leyes de concertación escolar, se están convirtiendo en centros amorfos sin mensaje cristiano.

Viene a una Cataluña donde la mayor parte de las enseñanzas de su Facultad de Teología necesitan ser cribadas y tamizadas fuera de ella por profesores de recta doctrina, si deseamos que los futuros sacerdotes y laicos sean formados en la fe de la Iglesia.

Viene a una tierra donde la religiosidad popular, la del pueblo sencillo, se ha visto perseguida en los últimos decenios por buena parte del clero, que ha venido otorgando certificados de licitud de unas u otras tradiciones según el origen geográfico de los fieles.

Viene a una Cataluña donde el progresismo laicista en alianza con múltiples ideologías que le son acreedoras, ha hecho estragos en el tejido social de su pueblo. Donde la doctrina social de la Iglesia se ha visto inmersa en un vacío moral creado por muchos eclesiásticos y por políticos presuntamente “creyentes”.

Y aún a pesar de eso, nosotros le aguardamos con esperanza y con corazón libre de prejuicios. Queremos ser protagonistas de ese Encuentro, testigos privilegiados de esa Presencia que se esconde tras su ministerio. Queremos recibirle con los brazos abiertos y la mente despierta. Porque nos trae la Verdad, nos trae la Justicia, nos trae la Belleza, nos trae la Bondad.

¡Viva el Papa!

El Directorio de Mayo Floreal
de Germinans Germinabit