Roser Bofill i Portabella o como la Alta burguesía de Barcelona nos da clases de cristianismo de base

La aristocracia intelectual iluminada o la verdad à la mode de París

 La propietaria de Foc Nou, Roser Bofill i Portabella tiene un año menos que Jordi Pujol y Albert Manent. El año que viene le felicitaremos su octogésimo cumpleaños. Ya le enviaremos un “pastís” (tarta).

La futura homenajeada estudió periodismo en el C.I.C. [Centro de Influencia Católica] el centro educativo que aglutina la antigua escuela Virtelia por donde pasaron los jóvenes del nacional-catolicismo catalán de la zona alta de Barcelona de los años cuarenta (Pujol y compañía).

El C.I.C. como conjunto fue fundado por Maria Rosa Farré i Escofet en 1950 y en su sede nació Cristians pel segle XXI después que la Farré y la Bofill fueran a tomar chocolate [suizo] en una granja de la calle Madrazo. Fruto del cristianismo de tertulia de estos personajes de la alta burguesía, las dos señoritas pusieron todas sus activos al servicio de la nueva asociación, un ariete para cargarse a Don Ricardo y cualquier tentativa del Vaticano de continuar por la vía de no reírle las gracias al nacional-progresismo eclesial. Mucho debe la poltrona de Sistach a la movilización de estas dos señoras.

File:Salon de Madame Geoffrin.jpgLa Bofill es desde 1956 directora (un ejemplo recomendable de renovación editorial) de la revista El Ciervo conjuntamente con su fallecido esposo Don Lorenzo Gomis i Sanahuja. También es propietaria, fundadora y editora de la revista Foc Nou (1973). Esta señora de la clase alta de Barcelona, para entretenerse entre horas, mantiene dos publicaciones plataforma del “catolicismo” progresista en Barcelona con ínfulas de intelectualidad. Las rendas inmobiliarias se complementan con las ayudas de la Generalitat a la prensa catalana. Si se dedicara al patchwork o a la peluquería de gatos nos saldría la broma mas barata.

Candidata a las elecciones al Parlament de Catalunya por el PSC-Ciutadans pel Canvi, su apoyo al esnobismo frívolo maragalliano de clase alta le valió la recompensa de una Creu de Sant Jordi en 2006.

La Bofill es un ejemplo típico de la fascinación de los hijos de la alta burguesía católica de los países mediterráneos por el marxismo, un sarampión contraído en la década de los años cincuenta. Hijos de una tediosa y aburrida vida burguesa que les cubría las espaldas, e influenciados por un cristianismo cada vez mas gnóstico (deshumanizado e ideologizado) se sintieron llamados a un sacerdocio social, la redención de los demás, sin tener que dejar de vivir en Faubourg-Saint Honoré o la calle Ganduxer. Nuestra Bandera Roja de Misa.

Nuestra Bofill, remozada Catherine de Rambouillet en versión “pa amb tomàquet” (pan con tomate), se sentiría a gusto entre aquellos “preciosos” de la Preciosité francesa del siglo XVII que se caracterizaba por su voluntad de distinguirse de los demás por la pureza de su lenguaje, por la elegancia del porte, costumbres y galantería hasta el punto que, por pesados, recibieron el certero dardo de Les précieuses ridicules de Molière. Pero nuestra femme, en vez de ejercitarse con perífrasis hiperbólicas y versos ditirámbicos, le dio por ir a aleccionar con las luces de una supuesta ruptura conciliar al rudo y ensotanado clero de entonces. El Ciervo, de maquetación claustrofóbica, y la más cutre Foc Nou, fueron y son sus salones literarios donde sirve chocolate a los intelectuales à la mode .

La Farré y la Bofill no rivalizaron como lo hicieron en el siglo XVIII Marie-Thérèse Rodet Geoffrin (con quien guarda un prodigioso parecido –ver FOTO-) y Marie Anne de Vichy-Chamrond, las animadoras y organizadoras de las dos tertulias de intelectuales más elitistas y famosas de la Francia des lumières . Los amplios salones de las mansiones de estas dos damas parisinas se convirtieron en lugares de reunión de pensadores y artistas. En los dos foros, con reserva clasista del derecho de admisión, se respiraba un alo de pedantería elitista, frivolidad en la discusión y cierto libertinaje lascivo, trazos de algunos de los enciclopedistas y philosophes de la época, especialistas en ridiculizar las enseñanzas tradicionales de la Iglesia Católica. Y todo ello en el París mas in de la monarquía absolutista y fastuosa de los Luíses. Los precedentes con peluca de la disoluta gauche divine barcelonesa de los franquistas años sesenta.

El aristócrata Voltaire era el invitado de lujo de las tertulias del salón de su amiga Marie Anne de Vichy-Chamrond, nacida esta en el seno de una familia noble pero poco adinerada (tiro de Wikipedia) . Educada en un convento benedictino de París, a los 22 años se convierte por matrimonio en marquesa Deffand, aunque nunca llegó a querer a su marido y lo acabaría abandonando para poder disfrutar de una vida más libre. Famosa por su belleza, su espíritu audaz y su carácter, pronto se vio rodeada de aduladores y comenzó a llevar una vida disoluta repleta de aventuras amorosas. Rumores, comidillas de la corte y retratos de personajes célebres alimentaron sus epístolas, escritas con un espléndido estilo, vivo, mordaz y picante, tal y como eran las conversaciones del salón de tertulia.

El salón de la libertina Marie Anne de Vichy-Chamrond, donde con fruición se leía la obra de Voltaire, fue continuado por su sobrina Jeanne Julie Eleonore de Lespinasse, amante del noble José Maria Pignatelli de Aragón y Gonzaga (+1774), III duque de Solferino y viudo de María Ignacia del Pilar Abarca de Bolea y Fernández de Híjar.

El ducado de Solferino, paso por falta de descendientes, a un hermano de Don Josep Maria, Juan Domingo Pignatelli de Aragón y Gonzaga (1757-1819), abuelo de Maria de la Concepción Pignatelli de Aragón y Bellonio (1824-1858) , IX duquesa de Solferino, esposa del catalán Don Benet de Llança Derrocada y de Esquivel (1822-1863) .

Una hija de este matrimonio casó con el banquero y uno de los fundadores de la Compañía Madrileña de Teléfonos Don Manuel Maria Pascual y de Bofarull (1849-1911), bisabuelo de Doña Roser Bofill. Manuel Maria Pascual y de Bofarull fue presidente de la Junta Diocesana de Acción Católica de Barcelona. San Pío X le nombró primer Marqués de Pascual en 1905 por su fidelidad a la Santa Sede y protección al catolicismo y a las obras de caridad. Junto con su amigo Luís Martí Codolar, otro financiero de Barcelona, formó parte de los protectores del legado y fundación de los salesianos en Barcelona. Su hermano, Sebastián Pascual y de Bofarull casó con una nieta de Doña Dorotea de Chopitea.

La burguesía financiera, la pasta que paga el megáfono.

El Gatopardo también paso por Barcelona y Don Calogero Sedara por Reus. La aristocracia ochocentista recuperó patrimonio por el matrimonio.

 (1) Josep (de) Bofarull y Gavaldà , hijo de un tonelero, es el ejemplo paradigmático, en la ciudad de Reus, del paso de un “menestral” a la burguesía mercantil para, finalmente, ser nombrado por Carlos III Ciudadano Honrado de Barcelona (1760), Caballero del Principado de Cataluña (1772) y Noble (1774). Alcalde de Reus, hizo construir el Palacio Bofarull de la capital del Baix Camp. El mejor pintor catalán del paso del setecientos al siglo XIX, Pere Pau Montanya decoró el gran techo (1788) con escenas que hacen referencia al comercio y a una glorificación de la monarquía borbónica.

(2) Don José de Bofarull y Miquel (Reus 1734-1809), hijo del anterior casó en 1760 con Maria Morell de Miró, de Reus.

(3) Don Francisco Policarpio de Bofarull y Morell (1771-1845), ya lució sable y acabó como coronel de los Ejércitos de Su Majestad y miembro de la Real Maestranza de caballería de Ronda. Fue regidor decano de Reus de 1813 a 1815 cargo explicable entonces por su afinidad con el absolutismo de Fernando VII. Casó con Maria Antonia de Plandolit y Gustà , hermana del canónigo José Ignacio de Plandolit y Gustà. Todos ellos de la familia de Don Josep de Plandolit, comerciante de telas, noble desde 1824, concejal del Ayuntamiento de Barcelona, diputado a Cortes (1834) y destacado miembro de la Junta de Comercio de Barcelona como su padre Francisco Plandolit. Los hijos de Josep de Plandolit, Josep Rafael y Pere Josep de Plandolit y Matamoros, comerciantes, armadores e inversionistas, formaron parte de los banqueros socios y miembros de la junta de Gobierno del Banco de Barcelona.

(4) Doña Maria de la Asunción de Bofarull y de Plandolit , nacida en Reus, casó el 23 de mayo de 1842 en la parroquia de San José de Barcelona con Don Sebastián Antonio Pascual y Inglada (Vilanova y la Geltrú 1807-Bagneres de Luchon 1872; ver foto), abogado instalado en Tarragona hasta su paso a Barcelona hacia los años cuarenta del siglo XIX. Hijo de los consortes Manuel Pascual y Pascual de Vilanova y la Geltrú y de Francisca Inglada y Barreras, Sebastián Antonio Pascual fue diputado liberal moderado (1850, 1864 i 1865) en Madrid, comerciante y unos de los banqueros fundadores del Banco de Barcelona (1844, el primer banco privado de España) junto a los Girona, los Plandolit, los Serra (Josep Maria Serra esposo de Doña Dorotea de Chopitea) y otros destacados financieros barceloneses. Hasta su muerte, Don Sebastián Antonio Pascual y Inglada fue el director del banco. En 1850 había entrado en la Güell y Compañía con 15.000 duros. Como han historiado Yolanda Blasco y Carles Sudrià en El Banc de Barcelona, 1844-1874. Història d’un banc d’emissió , Pascual f ue uno de los coleccionistas de Arte más importantes de la Barcelona de su época. En su inventario post-morten figuran mas de mil cuadros, grabados, acuarelas, dibujos, miniaturas o estatuas ( Rembrant, Rubens, Van Dyck, el Greco, Ticiano…).

(5) Del matrimonio Pascual-Bofarull nació Don Manuel Maria Pascual y de Bofarull , bisabuelo de Doña Roser Bofill, quien, como hemos visto, casó con la hija de los duques de Solferino para ser padres de Doña Maria de la Soledad Pascual y de Llança Derrocada.

Los retoños del herbolario de Viladrau y la aparición estelar de la Bruixa Pixanera

Doña Maria Soledad Pascual y de Llança Derrocada , segunda marquesa de Pascual, casó con Ramon Bofill y Galtés (1858-1931), hereu de los mansos Noguer y Martí de Viladrau y primo hermano del famoso poeta noucentista Jaume Bofill y Matas (1878-1933; Guerau de Liost), hijo de Joaquim Bofill i Noguer, amigo desde la infancia del canonge Jaume Collell.

Ramon Bofill y Galtés, abuelo de Roser Bofill, era primo segundo de Jaume Bofill i Ferro, el heredero de ca l’Herbolari de Viladrau (la rama originaria de la familia aunque no tan acaudalada), donde se refugió durante la Guerra Civil Marià Manent y su familia, incluido Albert Manet i Segimon.

Después de la Guerra ca l’Herbolari de Viladrau se convertiría en un cenáculo literario (entre ellos los Manent). Roser Bofill es la directora de la Fundació Jaume Bofill i Ferro para la Publicació i estudi de l’obra del Sr. Jaume Bofill i Ferro, i la promoció i el foment dels estudis sobre la comarca del Montseny i del poble de Sant Martí de Viladrau en els seus diversos aspectes de los estudios del Montseny (subvenciona l’ Associació d’Amics del Montseny i su revista Monografies del Montseny ).

Don Santiago Bofill y Pascual , tercer marqués de Pascual, fue presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Barcelona. Casó con Doña Mercedes Portabella y Buxens.

Don Santiago Bofill y Pascual era primo segundo del filosofo Jaume Bofill y Bofill (1910-1965), hijo del poeta Bofill y Mates. Filosofo tomista, catedrático de Metafísica y discípulo del jesuita Ramon Orlandis Despuig y cofundador de Schola Cordis Iesu, sección del Centro del Apostolado de la Oración de la iglesia del Sagrado Corazón de la calle de Caspe de Barcelona, Bofill y Bofill fue decisivo en la fundación de la revista Cristiandad. En mayo de 1969 José María Vilaseca Marcet (1919-1995) y su esposa Teresa Roca Formosa constituyeron la Fundación Jaime Bofill, que después caminó por un camino bien distinto al que era de esperar por el nombre que adoptó.

Roser Bofill y Portabella, hermana de Don Antonio Maria Claret Bofill y Portabella, marqués de Pascual-Bofill, casó con Lorenzo Gomis Sanahuja.

Nuestra Bandera Roja de Misa.

Con todo ello queda bien claro que cuando Doña Roser Bofill se queja de la jerarquía carca y habla de cristianismo de base, habla de algo propio, de algo que lo lleva en la sangre tras decenas de generaciones explotadas por los poderosos. No tan claro es qué lugar ocupaban sus antepasados en esta (su) dialéctica histórica marxista.

Carles Maria Ignasi Puigdessàlit-Juventeny y Codony de Recolons, XIXº barón de Bellull-Montgrony