Quinta carta denuncia

Queridos amigos:

Sabemos que tenéis trabajo para dar y vender tal y como esta nuestra Diócesis y nosotros todo lo que hemos conseguido en beneficio de nuestra Parroquia con el piso-patera-prostíbulo desalojado ya, ha sido gracias a vosotros que habéis tocado muchísimo al Cardenal, y ¡no os imagináis como está Brustenga!
Nos han echado al Vicario como ya sabéis por el capricho de Brustenga, pero esperábamos que trajeran otro Vicario, pues nos hemos quedado con Brustenga y Visa, es decir en cuadro. Visa cada vez más incapacitado para celebrar y Brustenga que tal y como está la comunidad de indignada con él, pasa de todo y de todos. Hemos enviado una carta al Cardenal, al Obispo Auxiliar, al Vicario General y al Vicario Episcopal Jesús Sanz exponiendo las quejas de la comunidad y las carencias que tenemos con estos sacerdotes.
He aquí algunas muestras:

1.-Una feligresa hace unas semanas le dijo a Brustenga que quería confesarse, a lo que Brustenga le respondió que se esperase a Navidad al Acto Penitencial comunitario, a lo que la señora le dijo que no quería esperar a Navidad y que se quería confesar individual como siempre. Brustenga le dijo que
se podía ir que ya estaba confesada, echó a la señora de la sacristía y esta no daba crédito de como el Rector no quisiera confesarla. La señora ha dejado de venir a la Parroquia. ¿Se le puede negar la confesión a un feligrés?


2.- Antaño cuando alguna persona de la comunidad teníamos algún problema, inquietud, mal momento, enfermedad podíamos hablar con Mn. Portabella o el Vicario Mn. Jordi Fabregas o Mn. Vicente Araque, siempre estaban a disposición, o si no el día que hay despacho parroquial podiamos ir y hablar con ellos. Desde que llegó Brustenga el despacho lo lleva una señora y él nunca está. Esto viene porque una señora pidió hablar con el Rector, a lo que Brustenga le respondió que él no tenía tiempo, que está muy liado y que mejor que hable con una amiga. La señora se ha ido de la Parroquia y ahora va a la Parroquia de los Desamparados.

3.- Otra señora que el curso pasado asistía a unas plegarias que hace Visa, nos dijo ayer que este curso no irá porque se pone muy nerviosa con Visa, cuando se ahoga y no puede hablar y apenas hacen nada por su enfermedad.

4.- En la misa funeral por la madre de mi amiga que hace dos semanas celebró Mn. Visa y que tuvo lugar el miércoles, día en que la misa es en castellano y como Visa dice que no sabe hablar castellano la hizo no sabemos en qué lengua porque no se entendía nada. Bueno, pues tuvo que celebrar sentado, no podía leer el Evangelio, ni pudo dar la comunión. Ya os podéis imaginar como saló la familia diciendo qué curas hay en esta Parroquia. Mi amiga se sintió fatal lloraba dice que no nos merecemos esto. Se ha ido a la vecina parroquia de Santa Tecla.

5.- Un matrimonio que ha tenido un nieto y lo bautizarán en próximo mes a su hija le ha dicho Brustenga que tiene que traer el dinero por adelantado para poder bautizar al niño. Están indignados que la Parroquia no te bautice si no pagas antes. ¿Y si no puedes pagar? ¿Y se les parece poco lo que das? ¿no se bautiza? Todos los críos que viven en la Parroquia y de los que Brustenga y Visa son padrinos han sido bautizados gratis y por todo lo alto y con fiesta en la Parroquia. ¡Qué asco!

La Parroquia cada día está más vacía: la gente se ha ido o ha dejado de venir con todo lo que ha pasado con el Vicario Mn. Muñoz. A día de hoy están pidiendo catequistas pues no quieren colaborar con ellos por el ejemplo tan feo que han dado, ya que faltan de credibilidad cuando hablan de amor al prójimo.
Unos pueden tener la Fe bien cogida, otros cogida con pinzas y con estas cosas algunos tienen su crisis de Fe y se van, no los podemos culpar, no somos seguidores de sacerdotes somos de Jesús, pero los sacerdotes han de ser referente.

San Ramón necesita urgentemente un párroco que trabaje por y para la parroquia. Brustenga es un hombre que ha perdido la fe y el respeto por los que aún la conservamos. No podemos pasar el curso en estas condiciones y con estas carencias.
Hemos utilizado los conductos reglamentarios y hasta ahora sólo palmaditas en la espalda y buenas palabras de parte del Vicario Episcopal (muy atento por cierto) Y el Cardenal mudo, ajeno a todo, desentendiéndose de nosotros y de nuestras familias, como si nada le importase nuestra parroquia y nuestro barrio.
Por favor, no nos abandonéis, dadnos aún una mano. Un saludo, amigos

Atormentados feligreses de San Ramon de Collblanch