El mejor obsequio: amor a manos llenas

Debido a una pequeña intervención quirúrgica en el brazo no puedo utilizar fácilmente el teclado del ordenador. Ahora bien, esta pequeña-gran dificultad no me impide regalarles este artículo de una gran amiga. Como dice ella misma: Ui les àvies si en fem de disbarats…! ( ¡Hoy las abuelas sí que hacemos disparates…!)

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El mejor obsequio: amor a manos llenas

Me dice el corazón que en tiempos de crisis podemos favorecer la austeridad de los hijos y facilitar que aprendan a valorar mejor los bienes que perduran.

Os hago una confesión. Al comienzo de ser abuela sólo pensaba en qué regalo le gustaría más a mis nietos. Si para mí me dolía gastar dinero, para mis nietos no tenía ningún remordimiento en comprar y perder el tiempo para elegirles ropa y juguetes.

La primera vez que les hice sentarse en el sofá diciéndoles que tenía una sorpresa para ellos y les iba dando los paquetes, ellos rieron mucho y yo estaba muy excitada; la segunda vez noté una mirada especial por parte de los padres, y la tercera intuí que estaban un poco molestos… ¡Los nietos estaban felices, claro! La cuarta vez mi hijo me dijo que no lo volviera a hacer más.

Le agradecí mucho que me lo dijera. Todavía no había enloquecido, pero casi.

En ese momento reconocí que los estaba maleducando, y al mismo tiempo hacía que mis nietos asociaran la llegada de los abuelos con los regalos.

Ahora que han pasado los años puedo decir que aquello de parecer un mago que sacaba todo de la bolsa lo hacía porque veía mucha alegría, pero al mismo tiempo había una gran parte de satisfacción personal. Podríamos decir que lo que yo no había tenido quería que lo tuvieran ellos; en términos psicológicos diríamos que me estaba proyectando en ellos. También, sin tener la intención, organizaba un tiempo en casa de mis hijos en el que yo tomaba demasiado protagonismo.

En resumen, en la cuestión del consumo responsable los abuelos tenemos un buen papel, un papel que podemos asumir haciendo un favor a nuestros hijos y ahorrándoles el tener que dar sermones; los abuelos tenemos fama de hablar mucho, entonces, aprovechemos las palabras para hacer que valoren a sus padres por la dedicación y el amor que les regalan a manos llenas, el tiempo de ocio que viven con ellos —algunos incluso han dejado de lado las aficiones personales que tenían—, la formación que reciben en la escuela, los maestros que tienen o las actividades extraescolares, que cuestan dinero —que salen del trabajo del padre y de la madre—, la ropa, la alimentación y otros privilegios, que es fácil encontrar en su vida y que no tienen nada que ver con la de personas desnutridas que llegan en pateras y que ven en las noticias de la televisión.

Todo este discurso no debe hacerse de golpe, pero en pequeñas dosis les puede ayudar a ser más austeros y a valorar el afecto y el cariño de los que les rodean. El amor es un bien perdurable.

Victoria Cardona
Orientadora familiar y escritora
www.vidadefamilia.org

*editado también en Cataluña Cristiana

2 comentarios

  
María Lourdes
Antes que nada, espero que se recupere muy pronto y que el Señor y Su Ssma. Madre le acompañen mientras tanto y siempre.

No tuve nunca mucho contacto con mis abuelos porque ellos vivían en otros países, pero mis hijos sí ven bastante a sus abuelos, aunque no viven en la misma ciudad. Lo que más les gusta es el tiempo que pasan los abuelos jugando con ellos y dándoles su atención. Claro que les gustan los regalitos, pero más que nada suelen hablar sobre lo que hicieron con los abuelos, sintiéndose amados estando con ellos.

Mi esposo y yo agradecemos que nuestros padres nos pregunten con frecuencia si nuestros hijos pueden hacer ciertas cosas o si pueden darles ciertos regalos antes de dárselos a sus nietos, respetando siempre nuestras decisiones aunque ellos tengan más experiencia educando a niños. Ese apoyo nos ayuda mucho.

Muchas gracias a Victoria Cardona por el artículo y a Reme por compartirlo.
14/05/09 2:49 AM
  
Ana
Los abuelos de ahora no lo tienen ´facil, son abuelos canguro, cuidan de los niños en horario laboral, los están criando pero los responsables son los padres, yo por lo que veo en mi casa les doy mucho valor por el esfuerzo que hacen en seguir los criterios de los padres que son los primeros educadores
14/05/09 6:06 PM

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