InfoCatólica / Remedios Falaguera / Categoría: Las mujeres de San Pablo

1.12.08

FEBE y la corresponsabilidad de la mujer en la misión de la Iglesia

“Os recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia que está en Cencrea, para que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa que sea necesaria; porque ella ha ayudado a muchos (pobres y enfermos), incluso a mí mismo”.(Rom 16, 1-3)

Son muchos los que al leer estas palabras de San Pablo las interpretan para justificar no solo el derecho de la mujer a la ordenación sacerdotal, sino que las utilizan como texto imprescindible para reclamar un cambio en la postura de la Iglesia sobre el diaconado femenino.

Pero no. No se confundan. Aunque es verdad que para el apóstol la mujer y el hombre,”unidos todos en la misma dignidad de fondo”, por el hecho de ser creados por Dios a su imagen y semejanza, no seria justo esgrimir estas palabras para argumentar la igualdad de funciones.

Puesto que como afirma el apóstol, en el cuerpo de Cristo la diversidad no solo existe, sino que es necesaria: “En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas.
¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros? ¿Todos tienen el don de curar? ¿Todos tienen el don de lenguas o el don de interpretarlas?
Ustedes, por su parte, aspiren a los dones más perfectos. Y ahora voy a mostrarles un camino más perfecto todavía”. (I Cor 12, 28 – 31)

Leer más... »

24.11.08

BERENICE Y DRUSILA, mujeres seductoras

“Al día siguiente vinieron Agripa y Berenice con gran ostentación y entraron en la sala de audiencia, junto con los tribunos y los personajes de más categoría de la ciudad. A una orden de Festo, trajeron a Pablo”. (Hch 25, 23)

“Después de unos días vino Félix con su esposa Drusila, que era judía; mandó traer a Pablo y le estuvo escuchando acerca de la fe en Cristo Jesús”. (Hch 24, 24)

“Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honor; no con afecto de concupiscencia, como los Gentiles que no conocen á Dios: Que ninguno oprima, ni engañe en nada á su hermano: porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado.

Porque no nos ha llamado Dios á inmundicia, sino á santificación.Así que, el que menosprecia, no menosprecia á hombre, sino á Dios, el cual también nos dió su Espíritu Santo” (Tesalonicenses 4, 4-8)

Leer más... »

17.11.08

La abuela LOIDA

“Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro en ti también” (2 Timoteo 1,5).

“En cuanto a ti (A Tito, mi verdadero hijo en nuestra fe común), debes enseñar todo lo que es conforme a la sana doctrina.

Que los ancianos sean sobrios, dignos, moderados, íntegros en la fe, en el amor y en la constancia. (Tt 2, 1-2
)

Leer más... »

5.11.08

Eunice, trasmisora de la fe

“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor.


Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.(2Tim 1,1-5)


“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”. (2Ti.14-15)

Leer más... »

29.09.08

La llamada divina de las hijas de Felipe

left

“Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea; entramos en casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los Siete, y nos hospedamos en su casa. Tenía éste cuatro hijas vírgenes que profetizaban” (Hch 21, 8-9)

En este pequeño fragmento de la vida del apóstol, nos encontramos con unas jóvenes que han tomado un camino difícil. El espíritu de servicio y el afán apostólico de Felipe el Diácono, uno de los siete varones de buen testimonio elegidos por los Apóstoles (Hechos 6:5), debió ser un ejemplo extraordinario para sus hijas, puesto que dedicaron su vida por entero a servir al Señor y a predicar el Evangelio con “firmeza, aliento y consuelo”.

Para ello, no dudaron en aceptar de buen grado una entrega total a Jesucristo como único destinatario de su amor. Es más, la elección de estas cuatro jóvenes de entregar su cuerpo y su corazón al servicio de Dios y de los hombres les permite servir plenamente y de un modo específico e insustituible a las necesidades apostólicas de la incipiente Iglesia , y más aun, a la formación de los fieles que se acercaban a ella “de un modo total e indiviso” .

Leer más... »