InfoCatólica / Javier Tebas / Categoría: Sociedad

17.08.11

Tres años después, empieza lo bueno (I)

Quizás alguien, Dios le conserve la memoria, recuerde las crónicas peregrinas que mandé desde Sidney. Por entonces el boom mediático del “World Youth Day” quedaba demasiado lejos, y apenas llegaba por aquí alguna mención anecdótica en los grandes medios. Ya han pasado tres años. El tiempo vuela.

Por allí andaba yo husmeando cuando se hizo oficial lo de ahora. La próxima en Madrid. Que se preparen porque vaya tela el tinglado que toca organizar. Y será en el apartado de conclusiones cuando los criticones, que además vemos todo desde la barrera, pongamos la nota definitiva, pero parece que la diócesis de Madrid y la CEE han estado a la altura organizativamente.

Ayer llegué a Madrid tarde y me perdí la Misa inaugural. Vaya cronista, dirán. Pues sí, mal. Pero llegué a Madrid tras más de seis meses fuera, y mi querida ciudad de rutina urbana y madrugones, de estrés y atascos, de cañas y tapas, está completamente asolada. Una chica rubia, fuerte y gruesa cargaba en las inmediaciones de Atocha un mástil grande y pesado con la bandera de Alemania. Como si nada. Que no se cruce con los indignados, pensé, que de un guante desaloja un campamento.

Reconozco que me agobia cuando algo se convierte en monotema para los medios de comunicación. No es nada personal contra las Jornadas, ni mucho menos. Me pasa con el mundial, con Rajoy, Rubalcaba, Pepiño y Cospedal, o con cualquiera de esas noticias que te repiten hasta la saciedad. Y sí, comenzaré siendo sincero, me está pasando un poco con la JMJ.

Quizás por eso me propongo esforzarme en hacer de éstas crónicas algo más original. Una perspectiva completamente personal, la mía y la de aquellos con los que me cruce. A ver qué me cuentan.

Salgo solo a otear el terreno, porque solo es cuando más te interrelacionas con el personal. Iré de aquí para allá torrado por el sol de agosto, cocinado entre el asfalto de Madrid. No quiero ser condescendiente, ni ridículo, ni aplaudir con las orejas lo milagroso de todo esto. Que sí, pero no. Que esto es un acontecimiento increíble, positivo y magnífico. Pero como he dicho que seré completamente sincero desde el principio, llego un poco disgustado, dudoso, quizás discrepante con algunos aspectos de nosotros, los jóvenes católicos, y la que se nos viene encima. Me va a venir bien.

¡Hasta luego!

29.05.10

Mi estreno en la radio

Como ando terminando exámenes y no tengo tiempo de molestar con un artículo, aprovecho el blog para hacer un anuncio. Dios mediante, a partir del sábado 5 de Junio, empezaré, empezaremos, un programa local de fin de semana en radio Intereconomía Huesca.

Nada más que un rato para compartir una charla sobre lo divino y lo humano, que estén tranquilos las grandes figuras mediáticas de la radiodifusión, no les desbancaremos. Intentaremos simplemente aportar reflexiones interesantes, a nostros mismos, y evidentemente a quienes las quieran escuchar.

Agárrense, porque contaré con un emprendedor de la comunicación dificil de igualar, todo un pionero de la información digital, que además de dirigir infocatólica, se animará a probarse en los micrófonos. Y fuera modestias, el programa contará con un equipo humano dificilmente superable entre mis vecinos oscenses.

¿Por qué lo anuncio aquí si apenas habrá alguien de Huesca que conozca este blog?. Pues porque benditos avances, no cuesta nada subir el programa a una página web, y que se pueda escuchar aunque sea usted un misionero de Papúa Nueva Guinea.

Así que aquí dejo la página web donde se subirán todos los archivos a partir del 5 de Junio, y el permiso para criticar mis fallos de inexperto presentador con toda la dureza del buen criticón anónimo. Lo recibiré con mucho gusto.

http://www.cafedeverano.es

Javier Tebas
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12.05.10

María Visión, un fiasco

Vaya con la apuesta televisiva mejicano-episcopal “María Visión”, que piedra. Yo, con lo meapilas que soy, y no he tardado tres minutos en pasar el canal. La novedad prime-time es un telepredicador hispano, repeinado y trajeado, que vocaliza y gesticula sobremanera recitando un guión. Por mucho que explique el catecismo, por mucho que vocalice, los protestantes ya descubrieron hace diez años ese formato, que no engancha a nadie sin sanaciones en directo.

La nueva PopularTV llega estrenando un logotipo extraño, feo. Vaticinando en definitiva lo que va siendo, un proyecto carente de imagen corporativa moderna, lejano de la realidad social, y tendente a la auto-marginación. Disputará sus cuotas de audiencia con los concursos estafa (sí, son una estafa, no llamen), la teletienda 24 horas, o el tarot. Quizás he sido demasiado generoso con lo del tarot.

Desde la bendita diplomacia jerárquica, impidieron transmitir sin complejos una visión católica de la actualidad, la cultura y la sociedad. A cambio nos brindaron una PopularTV tibia, sumisa y poco molesta, que mezclada con indigestas películas de los años 40 vendió poquito en la audiencias.

Todo esto en beneficio de Intereconomía, tomando terreno con su estilo propio. Tiene sus momentos buenos. Aunque su servilismo pepero va en un ascenso preocupante. Y entre el telepredicador, o tragarte los discursos electorales de los líderes del PP mientras son adulados hasta la saciedad. No sabe uno, tan ultra como yo, con que quedarse.

Javier Tebas
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Comentario de InfoCatólica:
Este artículo de Javier Tebas se refiere al fallido intento de MaríaVisión de emitir en España, no a la calidad de sus emisiones en México.

5.05.10

Adiós la Misa en actos oficiales militares

Hay una ley física impepinable, que no admite discusión. Todo suceso o consecuencia viene originado por una causa. Esto, la relación causa-efecto, también enunciado como “teoría de la causalidad” (para los más eruditos), nos trae la clave para afrontar los efectos de nuestra nefasta actualidad.

Podemos perder el tiempo describiendo minuciosamente la perversidad de la consecuencia, podemos filosofar y dejar ríos de tinta en su análisis. Pero sin buscar la causa, nuestras divagaciones quedan cojeando.

Digo esto en general, pero lo traigo al terreno para hablar sobre la nueva iniciativa de nuestros iluminados gobernantes. El Ministerio de Defensa suprime de los actos militares oficiales la Santa Misa.

Abordando el análisis causa-efecto, ¿cuál es la causa de esta consecuencia? La causa somos nosotros. Los católicos. Después de asumir la demonización de que el Estado tenga una confesión acorde a su propia identidad, a su tradición y al espíritu de su nación. Después de comernos –en la práctica- el Estado laicista, o lo que es lo mismo, confesionalmente agnóstico. Hemos tragado progresivamente con las falacias de la “no imposición”, de la religión recluida en la vida privada, de la neutralidad espiritual de cualquier realidad colectiva. Nada más lógico que de aquella causa, ésta consecuencia.

Podemos rebajar la Tradición al estatus de “folclore ritual que se lleva haciendo muchos años”, para apelar contra el fuego a discreción que venimos recibiendo. Eso es lo que vienen haciendo la gran mayoría de opinadores de público católico. Pero esa actitud no deja de ser sumisa, acomplejada, una excusa contraproducente y poco fundamentada para salir al paso.

Podríamos sin embargo tomar el toro por los cuernos, es decir, el efecto por la causa, y empezar a no tener miedo. Chesterton dijo que la Tradición es la más perfecta de las democracias, porque votan hasta los muertos. Una nación centenaria, que nace en torno a la fe, es una realidad colectiva de contenido espiritual. Es natural e irremediable que las instituciones que viven para su defensa, se impregnen de la realidad espiritual de la nación, indiscutiblemente católica. Y como tal, lo expresen.

Las expresiones públicas e institucionales de catolicismo, no lo son por derecho de costumbre, sino que lo son por coherencia con aquello que -les guste o no a algunos- irremediablemente somos. Porque no somos las encuestas, las fluctuaciones de opinión de los que vivimos hoy completamente manejados. Somos más, mucho más, y si no lo decimos ahora, con contundencia, pronto dejaremos de serlo.

Javier Tebas
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22.04.10

La cuestión de fondo del velo islámico

El velo islámico de la mediática niña de Pozuelo, ha levantado un debate difícil. Mientras se asume con normalidad la existencia de más de 600 mezquitas en España, nos escandaliza el velo, una consecuencia lógica más de la importación de la cultura islámica a nuestro país.

Quizás por morbo, cercanía, o porque nos impactan más las impresiones estéticas, el revuelo se ha provocado a raíz del uso del velo. Pero el fundamento de la cuestión va mucho más allá. El origen de la controversia, que no conseguirá arreglar Zapatero con su alianza de civilizaciones, radica en la imposibilidad de asumir determinados aspectos sociales del islam en la sociedad occidental.

El multiculturalismo nos propone como dogma la idea de que todas las religiones y culturas son igual de buenas, y de que su convivencia e integración no solo es posible, sino que es necesaria. Pues no. Asumamos que muchos de los preceptos culturales, sociales y tradicionales de la religión islámica son incompatibles con nuestros valores cristianos.

El velo es un resquicio cultural heredado de los pueblos semíticos, cubrir el pelo se ha convertido en muchas ocasiones en una tradición casi más estética que de sometimiento (no hablo del burka, sino del velo). El origen parece ser evitar la atracción sexual que sugiere una melena femenina (qué imaginación tienen algunos). Pero hay aspectos que para mí son mucho más denigrantes para la mujer; se acepta la poligamia, mientras el adulterio de una mujer se considera extremadamente grave y se fomenta el sometimiento violento de la mujer al hombre.

Vayan a clase con velo o sin él, me preocupa más el fondo de la proliferación del islam en España en detrimento de nuestros valores tradicionales católicos y occidentales. Me preocupa más la ley de libertad religiosa que se está gestando, y el hecho de que nuestras instituciones equiparen el islam a la fe Católica.

Entregamos (PP y PSOE) terrenos públicos para la construcción de mezquitas, subvencionamos asociaciones islámicas, nos deshacemos en loas al multiculturalismo y al islam, a la integración y a la alianza de civilizaciones, y cuando nos damos de bruces con su puesta en práctica de sus costumbres sociales. ¡Escándalo! ¿Nadie sabía de que iba la cosa?

Javier Tebas
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