Un becerro bien cebado
Pero el padre dijo a sus criados: Pronto, traed la túnica más rica y vestídsela, poner un anillo en su mano y unas sandalias en sus pies, y traed un becerro bien cebado y matadle, y comamos y alegrémonos, porque este mi hijo, que había muerto, ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado. Y se pusieron a celebrar la fiesta (Lc 15, 22-25)
Con estas palabras narra San Lucas la alegría del padre ante la llegada del hijo que había pedido su parte de la herencia marchándose, a continuación, a tierras lejanas. En el blog Majao público seguimos con la interesante discusión sobre la fuente que utilizó el dúo Nácar – Colunga para la traducción de la Biblia. Esta vez le toca el turno al «becerro cebado» de la parábola del hijo pródigo, que en griego viene precedida de un artículo determinado, cosa que no puede tener la palabra latina porque el latín no posee dicho elemento, por ello, a la hora de traducir es necesario acudir al contexto para saber si es un artículo determinado o indeterminado. Por el contrario, el griego carece de artículos indeterminados.