¿Ha sido removido el katejon?

En el arcón del imprescindible blog del Wanderer, se encuentra colgado un artículo con el que hay que batallar. Se llama Katejón, el Obstaculizante (descargar aquí). No es muy extenso, lo que no es óbice para que no sea enjundioso y, sobre todo, trampolín para posteriores debates, reflexiones y meditaciones. El autor es Rubén A. Peretó Rivas.

Katejón es la palabra que usa el apóstol de los gentiles para designar el obstáculo que detiene la venida del Anticristo. Los Santos Padres interpretaron dicho obstáculo como el Imperio Romano. San Agustín, por poner un ejemplo. Los doctores escolásticos igualmente interpretaron que el impedimento no era otro que el Imperio Romano. Santo Tomás de Aquino, por poner otro ejemplo.

El Imperio pasó, pero la fórmula katejon = Roma, no. El hoy Beato Newman así lo afirmaba. Según Newman, el poder del Imperio Romano llegaba hasta los días de su existencia. Efectivamente, como muestra el autor del artículo, se puede trazar un arco que tenga el Imperio Romano en un extremo y al Sacro Imperio por otro. Pero éste acabó tras la Primera Guerra Mundial, con la entrega de la corona por Carlos I de Habsburgo a los vencedores.

¿Entonces?

Es aquí cuando llega lo más interesante, porque se transfiere el objeto en el que recae la profecía, de Imperio Romano – físico a Imperio Romano – instituciones. De esta manera, la supervivencia del Imperio se podría ver en temas como la sacralidad de la vida, la monogamia, la procreación natural, la soberanía y la jerarquía religiosa.
El autor recorre cada uno de los puntos de manera somera. No hay que perderse en cuestiones de fechas, sino en lo general. Según el informe de Foreign Policy en el futuro – el informe habla del 2.035 – «sólo un puñado de fundamentalistas religiosos seguirá defendiendo que toda vida humana es sacrosanta desde la concepción hasta la muerte». Podemos decir que hoy en día, el aborto está socialmente aceptado y normalizado – por desgracia -. El tema de la utilización de embriones humanos como cobayas en temas de investigación genética es un tema en el que los gobiernos han empezado a legislar. Los niños medicamentos no son personajes de ficción.

Igualmente podemos hablar de un mejoramiento de la raza gracias a las técnicas abortistas, que eliminan a los subnormales.

¿Qué falta entonces? La eutanasia, que se encuentra a las puertas. En Holanda y Bélgica ya está instalado, en otras naciones, como España, el debate está lanzado.

Si nos trasladamos al campo del matrimonio, el divorcio hoy es un presupuesto fundamental en nuestras sociedades. Y las uniones de homosexuales son hechos. Es más, en Suiza se han adelantado con la aprobación de una ley de uniones incestuosas. Es la moral puesta patas arriba. En este punto, podríamos decir que el artículo se ha quedado antiguo.

Respecto a la cuestión de la procreación natural, podemos decir que se ha deslindado del matrimonio y de las relaciones sexuales. Hoy en día, es posible tener hijos sin mantener relaciones sexuales. Eso, claro está, el que los tenga, porque los países como España presentan graves defectos en su pirámide poblacional, de manera que dentro de no mucho tiempo habrá una gran masa de viejos.

Aborto – procreación – eutanasia: los tres pilares de control de la masa.

Siguiendo la línea por el autor vayamos por la soberanía. El informe Foreing Police habla de nuevas formas de soberanía, donde los estados nacionales compartirán su soberanía con otras entidades, que puede ir desde empresas, Bancos, ONG hasta grupos terroristas o carteles de la droga. Como refleja el autor:

El gobierno real estará en manos de una sinarquía capaz de controlar las decisiones planetarias. Ya en la actualidad vemos como los gobiernos aceptan las decisiones de la Organización Mundial del Comercio o de la Comunidad Económica Europea, porque, en conjunto, les beneficia un orden comercial internacional que esté regulado , aunque una norma concreta afecte al derecho de proteger a las industrias nacionales.

Por último la Iglesia. El dossier preconiza la desaparición de la Jerarquía eclesiástica en no mucho tiempo.

Decir que la Iglesia se encuentra en crisis, no es más que reflejar lo que ya han hecho los Papas Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Tan cierto como que la Iglesia es indefectible. Hasta que llegue la Parusía. Lo que no sabemos cuál será el estado entonces de la Iglesia. Como escribe el autor del artículo, Nuestro Señor se expresó en unos términos no muy halagüeños, como cuando habla del pequeño rebaño o se pregunta si encontrará fe cuando Él vuelva.

Extremismos integristas, «episcopolatrías», «papolatrías» e «Iglesia lenificada», Iglesia dedicada a la beneficiencia, olvido de lo sobrenatural y la eternidad son algunos de los términos con las que Rubén A. Peretó analiza la situación actual de la Iglesia. Yo me quedo con este párrafo, que explica el cambio producido en el discurso de ciertos hombres de Iglesia:

Vale la pena detenerse a analizar un poco más la profundidad de este cambio.
En el anuncio existe un término a quo, quien anuncia, y un término ad quem, quien es
anunciado. Dios que anuncia, y el hombre que se deja anunciar por Dios. Dios que
desciende al hombre y lo diviniza. Dios que se hace hombre para hacer al hombre
semejante a Dios. El diálogo en cambio, implica dos términos iguales, donde el
principio de la acción es compartido. Entonces, no es ya Dios que desciende al
hombre por medio de la Iglesia y lo diviniza, sino el hombre que asciende a Dios para
ser divinizado. La acción pertenece al hombre, quien pasa de la actitud pasiva y
contemplativa de ser divinizado, a la actitud activa de divinizarse.

Y de este modo, entonces, el lenguaje apropiado para este diálogo continuo
con el mundo es el de la sociología, pues el mundo ya no comprende o no acepta el
lenguaje que habla de lo sobrenatural o que habla de eternidad.
En definitiva, la perspectiva que la Iglesia católica desarrolló en las últimas
décadas indica que, si no se producen los ajustes necesarios, terminará por disolverse
en los ámbitos organizacionales propios de la temporalidad y, de ese modo, la
predicción del dossier que comentamos se cumpliría cabalmente.

Reitero lo dicho al principio: el artículo es sumamente interesante.

¿Ha sido removido el katejon? Ahora les toca a ustedes y, como dice mi compañero Bruno, quid vobis videtur?

9 comentarios

Algo parecido habló "Fray Rabieta" en su blog hace pocas semanas. Es un tema Realmente interesante.

Debemos guardar el Depositum Fidei, y para eso necesitamos Sacerdotes Santos y Fieles Santos.

Dios nos de esa gracia.

Saludos desde el exilio.
17/12/10 2:01 AM
  
Miles_Dei
Tres son las hipótesis que se han dado a lo largo de los siglos en la Iglesia:

-El orden civil (el imperio romano)

-Los predicadores evangélicos.

-San Miguel Arcángel.

Y aunque parezca raro, es la última la interpretación que parece más fundada pues hay que pensar con la mente apocalíptica judía compartida por San Pablo, que nos recuerda que la lucha espiritual no es contra la carne y la sangre sino contra los demonios que rigen este mundo. Principados y potestades. Es la que dan como más segura los padres dominicos de Salamanca en el comentario a la Biblia (Nacar, Cordero y otros).

Los ángeles de las naciones que las defienden del mal son una constante de la apocalíptica judía y lo más importante. Aparecen en el texto bíblico y llegan hasta el nuevo donde el mismo San Miguel es mencionado en combate contra Satanás disputando el cuerpo de Moises en esa extraña cita de Judas que no acaba de averiguarse de donde ha salido exactamente.

A favor de la tesis:

-Su santidad León XIII encomendó a la Iglesia a San Miguel en la institución de la famosa oración, por algo sería.

-Los garantes de regir el orden civil son los ángeles en la más recia tradición teológica católica. De ahí que hablemos de principados, dominaciones y potestades que son jearquías angélicas de dichas funciones que vienen avalada por el texto neotestamentario. En este sentido la permanencia del orden civil queda incorporada dentro del patrocinio angélico, al que se ha dejado de invocar oficialmente como pedía León XIII (esto es importante pues une el sentido que los Padres dificilmente percibían y entendían de un orden civil con el conocimiento de la apocalíptica judía que hoy conocemos en amplitud y la potestad angélica que rige el mundo visible y que la escolástica desarrolló en ese aspecto y hoy de nuevo ha sido abandonado).

- La vinculación a las principales apariciones marianas de este arcángel orando e intercediendo por los pecadores.

-La misma tradición que designa al arcangel Miguel como príncipe de la Iglesia y de las naciones (defensor de Israel en el judaismo).






17/12/10 11:26 AM
  
Miles_Dei
Hipótesis principales, quiero decir.
17/12/10 11:27 AM
  
Miles_Dei
Prdón por extenderme en otro punto (ya no intervengo más):

Por otro lado al ampararnos al patrocinio angélico nos libramos de la ilusión pelagiana de creernos nosotros mismos los artífices del obstáculo al anticristo lo que sería una especie de milenarismo y profundizamos en el sentido de la creación invisible, que no es un cuento para niños, sino un ordenamiento divino de personas angélicas que tienen sus funciones y vocaciones en la providencia.

Es muy fácil portarse como un pelagiano evitándolo teóricamente al añadir "por la gracia de Dios" al hablar. Pero si en la práxis se invoca el patrocinio angélico y se les trata aún en materia de conservación del orden civil y la armonía en la comunidad de los hombres, es mucho más difícil caer en el naturalismo que asola la Iglesia contemporánea.
17/12/10 11:33 AM
  
Miles_Dei
Tres son las príncipales hipótesis que se han dado a lo largo de los siglos en la Iglesia:

El orden civil (el imperio romano contemplado formalmente)
Los predicadores evangélicos.
San Miguel Arcángel.

Y aunque parezca raro, es la última la interpretación la que parece más fundada pues hay que pensar con la mente apocalíptica judía compartida por San Pablo, que nos recuerda que la lucha espiritual no es contra la carne y la sangre sino contra los demonios que rigen este mundo. Principados y potestades. Es la que dan como más segura los padres dominicos de Salamanca en el comentario a la Biblia (Colunga, Cordero y otros).

Los ángeles de las naciones que las defienden del mal son una constante de la apocalíptica judía y lo más importante. Aparecen en el texto bíblico y llegan hasta el nuevo donde el mismo San Miguel es mencionado en combate contra Satanás disputando el cuerpo de Moises en esa extraña cita de Judas que no acaba de averiguarse de donde ha salido exactamente.


A favor de la tesis:

Su santidad León XIII encomendó a la Iglesia a San Miguel en la institución de la famosa oración, por algo sería.

Los garantes de regir el orden civil son los ángeles en la más recia tradición teológica católica. De ahí que hablemos de principados, dominaciones y potestades que son jearquías angélicas de dichas funciones que vienen avalada por el texto neotestamentario. En este sentido la permanencia del orden civil queda incorporada dentro del patrocinio angélico, al que se ha dejado de invocar oficialmente como pedía León XIII (esto es importante pues une el sentido que los Padres dificilmente percibían y entendían de un orden civil con el conocimiento de la apocalíptica judía que hoy conocemos en amplitud y la potestad angélica que rige el mundo visible y que la escolástica desarrolló en ese aspecto y hoy de nuevo ha sido abandonado).

La vinculación a las principales apariciones marianas de este arcángel orando e intercediendo por los pecadores.

La misma tradición que designa al arcangel Miguel como príncipe de la Iglesia y de las naciones (defensor de Israel en el judaismo).

Ya hemos visto lo ventajoso de que la hipótesis angélica incorpore en sí el orden civil en cuanto a conformidad con la mente paulina, pero hay más ventajas.

Al ampararnos al patrocinio angélico nos libramos además de la ilusión pelagiana de creernos nosotros mismos los artífices del obstáculo al anticristo lo que sería una especie de milenarismo y profundizamos en el sentido de la creación invisible, que no es un cuento para niños, sino un ordenamiento divino de personas angélicas que tienen sus funciones y vocaciones en la providencia.

Es muy fácil portarse como un pelagiano evitándolo teóricamente al añadir "por la gracia de Dios" al hablar. Pero si en la práxis se invoca el patrocinio angélico y se les trata aún en materia de conservación del orden civil y la armonía en la comunidad de los hombres, es mucho más difícil caer en el naturalismo que asola la Iglesia contemporánea.


Luego hay muchas extensiones del asunto, como es el trato a los ángels custodios de cada persona. ¿Era San José María Escrivá el que saludaba siempre antes al custodio de una persona que le era presentada? ¿Y si esa práctica la adoptaran los políticos cristianos invocando a los custodios de sus colegas para que la elección del bien común sea la adecuada?

Y puede llegar hasta detalles de complexión como es el ministerio angélico, que cada día estoy más convencido que es el que ilumina hacía Cristo a los hombres de buena voluntad. No digamos nada de los niños asesinados en la gran tribulación de nonatos. ¿Recuerdan el escrito de Zuviría?

En definitiva que quizás la falta de armonía cada día más patente entre los hombres viene porque se ha olvidado la sencilla enseñanza de San Pablos sobre donde está la verdadera lucha y quienes son TODOS sus protagonistas en el mundo visible e invisible que colaboran en un todo orgánico a la gloria de Dios en su creación.
18/12/10 5:01 AM
  
Norberto
Isaac

Hoy no tengo el propósito de replicarte,sino de felicitarte por el día que se trata, ¡que Nª Macarena te acompañe!.
18/12/10 12:00 PM
  
Tulkas
De acuerdo con Milles_Dei.

Debe de ser por eso que en la Misa:

a.-No se nos recuerda todos los días que "no de carne ni de sangre, ni de voluntad de varón" hemos nacido.

b.-Que se han prohibido u ocultado, o ambas cosas, las preces leoninas.
18/12/10 12:08 PM
  
Isaac García Expósito
Norberto: ¡Viva!
18/12/10 4:14 PM
  
Fray Eusebio de Lugo O.S.H.
El Katejón de que aquí se trata es la autoridad política soberana cristiana. Es decir la monarquía tradicional cristiana que gobierna en Nombre de Cristo, respetando sus leyes. LOs herederos del Imperio Romano Cristiano fueron, en Occidente, el Sacro Imperio, y la monarquía francesa, y en Oriente, Constantinopla y luego, Moscú. Una vez eliminados los dos Imperios, Austria-Hungría y Rusia, ha empezado una época anticrística que acabará con el triunfo de Cristo y Su Iglesia, y la restauración del Orden por las autoridades civiles y eclesiásticas legítimas.
21/12/10 1:54 PM

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