InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Nueva Evangelización

6.08.08

Otra caída del caballo

Al leer la experiencia de Victoria, otro lector, Cruz, ha querido enviar su propia experiencia de conversión.

No deja de maravillarme los caminos humanamente tan extraños que Dios usa para conducirnos a él: una asociación gnóstica, las cartas de San Pablo leídas a palo seco, las exigencias de un cura, un pobre catequista primerizo que hablaba fatal…

El que quiera seguir siendo ateo o agnóstico no puede bajar la guardia ni un segundo. Dios se sirve de absolutamente todo.

Escuchando estas dos experiencias no puedo evitar alegrarme al pensar que, pase lo que pase, al final la Victoria será siempre de la Cruz de Cristo.

……………………………..

Leer más... »

4.08.08

Hace 32 años encontré un tesoro

Una lectora, Victoria, me ha enviado este relato de su conversión y vuelta a la Iglesia.

Lo que más me ha gustado es su experiencia de que Dios no exige, para querernos, que seamos perfectos y “buenos", sino que nos ama como somos y es su misericordia y su presencia en nuestras vidas lo que nos cambia, para librarnos de la esclavitud del pecado.

También me ha llamado la atención la acción del Espíritu Santo que, como a San Pablo en el camino de Damasco, hizo que la vida de Victoria diese un giro completo.

Espero que les guste.

Leer más... »

18.07.08

No confundamos la salida con la llegada

Madrid es una ciudad bastante aficionada a correr. No me refiero a los coches (aunque también es cierto), sino a las carreras de atletismo. A la antigua usanza, con un pie delante de otro y mucho sudor y esfuerzo.

Quizá la más popular de las carreras que tienen lugar en Madrid es la San Silvestre Vallecana, llamada así porque se corre el 31 de diciembre, el día de San Silvestre, papa del s. IV. En esta carrera, que atraviesa una buena parte de la ciudad, suelen participar unos 15.000 madrileños. Los lectores que la hayan visto o hayan participado en ella conocerán bien la aglomeración que supone una multitud de quince mil personas saliendo todas del mismo sitio y corriendo unas junto a otras.

Voy a proponer a los lectores un experimento. Imagínense que un año, por una confusión, en lugar de que todos los corredores saliesen del mismo sitio y corriesen en la misma dirección, unos empezasen por el principio y otros por el final, cada uno corriendo en su propia dirección. Sería el caos. No es fácil imaginar los detalles, pero, sin duda, ese día tendrían trabajo extra la policía, intentando solucionar los altercados entre corredores, e incluso las ambulancias, por los accidentes que se ocasionarían al chocar unos participantes con otros.

Con esta imagen en mente, me ha parecido muy afortunada la comparación que ha hecho Benedicto XVI en Sidney del ecumenismo con una carrera. Es un símil que ha utilizado en un encuentro ecuménico que tuvo lugar el otro día, con representantes de otras confesiones cristianas, en la cripta de la catedral de Santa María de Sydney.

Leer más... »

3.07.08

Una catequesis con ocho siglos de antigüedad

Una cosa que me llamó bastante la atención en el viaje que realicé hace poco tierras danesas y que no mencioné en un artículo anterior sobre el tema es que muchas iglesias y catedrales protestantes de Dinamarca son hoy más católicas que nunca.

Como sucedió en otros países, con el triunfo del Protestantismo que rechazaba las imágenes y el culto a la Virgen o a los santos, se destruyeron o vendieron las imágenes y retablos de las iglesias y se cubrieron de pintura los frescos. Los teólogos protestantes, que creían que la naturaleza humana era totalmente depravada y no podía hacer nada bueno por sí sola, desconfiaban de las imágenes y las asociaban a la idolatría. Esa es la razón (junto con la ausencia del Santísimo) por la que las iglesias protestantes suelen ser tan tristes, con las paredes totalmente desnudas.

Leer más... »

29.06.08

El País, el Camino Neocatecumenal y Balaam

Supongo que los lectores conocerán la preciosa historia de Balac y Balaam, que se relata en el Libro de los Números. Balac, era rey de Moab, un pueblo enemigo de Israel. Cuando este rey vio que, con la ayuda de Dios, los hebreos vencían a sus enemigos y nadie podía contra ellos, decidió que necesitaba algo de ayuda “sobrenatural”.

Así pues, el rey de los moabitas contrató a Balaam, un adivino, para que viniese desde la tierra de Aram, echase una maldición a los israelitas y así poder vencerlos. Balaam, a pesar de que no veía la cosa nada clara, terminó por aceptar el encargo y subió a un monte desde donde veía al pueblo de Israel acampado. Sin embargo, cuando iba a maldecirlos, Dios quitó de su boca la maldición y puso en ella una bendición, de manera que las palabras que pronunció fueron: “Qué hermosas son tus tiendas, Jacob, y tus moradas, Israel… el Señor, su Dios, está con él… es como un león que se acuesta y nadie se atreve a hacer que se levante… bendito el que te bendiga, maldito el que te maldiga”.

Leer más... »