InfoCatólica / La Esfera y la Cruz / Categoría: Política y derecho

15.02.17

Libertad religiosa, de conciencia y de culto

A medida que Occidente se aleja más y más de sus raíces cristianas, los conflictos entre las élites sociales y la minoría cristiana se vuelven algo inevitable. El pastelero que no quiere atender una boda gay, o el médico que se niega a practicar un aborto, son apenas la punta del iceberg. En ese escenario, la libertad religiosa deberá luchar por su espacio en la sociedad, a pesar de ser un derecho fundamental, a medida que nuevos “derechos” parecen exigir que se la límite y restrinja. Sin ir más lejos, los llamados derechos sexuales y reproductivos, o el derecho al aborto, jamás han sido consagrados como fundamentales en los tratados internacionales, pero ya reclaman precedencia sobre la libertad religiosa.

¿Qué es entonces la libertad religiosa? Para entender bien en qué consiste y cuando se aplica, conviene comenzar por aclarar lo que no es.

En primer lugar, libertad religiosa no es el derecho a tener una religión, o un conjunto de creencias espirituales, o a no tener ninguna. Para eso, bastaría la libertad de conciencia, que impide al Estado perseguir a los que tienen una idea o la expresan, sin importar si versa sobre un asunto espiritual, filosófico, político o científico. Si quiero pensar que el cielo es rosa, que Trump es el anticristo, o que un feto no es un humano, tengo la libertad de hacerlo, sin importar lo absurdas que sean esas ideas. Otros pueden pensar que es igual de absurdo creer que un pan es el cuerpo de Cristo o que viviremos para siempre en el cielo, pero ese no es el punto. El punto es que no necesitamos libertad religiosa para proteger el derecho a pensar que Dios existe, basta con la libertad de conciencia. Aunque la libertad religiosa abarca el derecho a creer en Dios y a cambiar de religión, en el fondo es otra cosa.

Se equivoca Google, entonces, cuando le preguntamos por el concepto de libertad religiosa y nos responde con “el derecho de una persona a poseer la fe que desee, ser ateo o agnóstico”. No es eso.

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4.01.17

5 resoluciones de año nuevo para feministas

Querido feminista

En primer lugar, déjame decirte que personalmente simpatizo mucho con tu movimiento. Sé que viniendo de un católico fiel al Magisterio esa afirmación resulta sospechosa o ambigua, pero te aseguro que es así.

Mi cercanía con los postulados del feminismo proviene desde mi niñez, cuando mi madre divorciada nos sacó adelante a mi hermana y a mí prácticamente sin ayuda de una figura masculina. A ella le correspondió tomar parte en la defensa de los derechos humanos durante la dictadura, y su coraje moral fue lo que me acercó a la única institución que coherentemente defiende los derechos de todos los seres humanos: la Iglesia Católica. Sin dudas que su figura también influyó en que mi esposa fuera una abogada, con una exitosa carrera profesional y prestigiosa cartera de clientes. También espero que mis dos hijas tengan todas las oportunidades que nuestra sociedad otorga a los hombres.

Por esa simpatía de la que te hablo, me he tomado la libertad de proponerte 5 resoluciones de año nuevo o metas para este 2017, que les podrían ayudar a alcanzar sus objetivos y proteger mejor a las mujeres.

Para el año que comienza, los feministas podrían comprometerse a:

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15.10.15

Estado laico y feriados religiosos

De una carta al director, publicada hoy en el diario La Segunda:

Propongo […] que se declare que el 2 de febrero es el Día Nacional del Club Social y Deportivo Colo Colo. Es el equipo con la mayor hinchada del país y nada más justo que celebrar la preferencia mayoritaria, ¿verdad? Si el ejemplo parece absurdo, ¿por qué es más aceptable cuando se trata de una festividad celebrada por una religión específica que resulta ser mayoritaria en un momento específico?

Estoy seguro que el autor de este ejemplo considera que su posición es de lo más neutra y ecuánime. La verdad, sin embargo, es que tanto el ejemplo como la conclusión ("no debe haber feriados religiosos") surgen de premisas propias de las dictaduras ateas del siglo XX, y el más extremo materialismo.

La premisa que opera en este argumento es que la religión es una actividad privada de las personas, algo que los seres humanos hacen para pasar el tiempo. Lo mismo podrían dedicarse a ver TV, jugar World of Warcraft o confeccionarle un altar a Justin Bieber. Bajo esta idea la religión cabría dentro de la libertad común que tienen las personas para realizar cualquier actividad que no dañe a otro. El Estado, por su parte, no debería tener injerencia alguna en esas actividades, ni en favor ni en contra. Es la misma premisa bajo la cual los cristianos tienen “libertad religiosa” en China o en las naciones musulmanas: puedes ser cristiano dentro de tu casa, pero que no te vean actuando como uno en público.

Demás está decir que esto no es aceptable

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19.01.15

Gente que merece un puñetazo

Papa[10]A propósito del ataque terrorista a la revista satírica francesa Charlie Hebdó, el Papa Francisco nos ha regalado una de las frases por las que creo que será recordado:

Si el doctor Gasbarri dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal! […] no se puede insultar la fe de los demás. No puede uno burlarse de la fe. No se puede.

Si fuera por los periodistas, la libertad de expresión sería un derecho humano fundamental que no conocería ningún tipo de límites. Así les gustaría que fuera, y así lo dan a entender cada vez que alguien habla de censuras. Además suelen jugar la carta del temor, sosteniendo que cuestionar la libertad de expresión equivale a la peor táctica de los regímenes totalitarios.

Los abogados, en cambio, sabemos que esto es absurdo, que por regla general no hay derechos absolutos, y que la libertad de expresión es un derecho fundamental, pero cuyo ejercicio debe regularse y compatibilizarse con otros derechos igualmente fundamentales. Baste recordar un ejemplo clásico: nadie tiene derecho a gritar “fuego” en un teatro atiborrado de gente, so pretexto de ejercer su libertad de expresión, porque obviamente eso provocaría una estampida donde pueden resultar lesionadas y muertas muchas personas. La libertad de expresión debe desaparecer cuando están en juego la vida e integridad física de las personas.

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18.12.14

Racismo y pecado original

Racismo[7]Estos últimos meses la red nos ha traído varias noticias sobre crímenes ocurridos en los Estados Unidos, que tienen en común la acción de un ciudadano blanco en contra de uno de raza negra, con resultado de muerte.

Así tenemos los casos de Tryvon Martin en 2012, y de Michael BrownTamir Rice y Eric Garner en este año.

Esto ha vuelto a abierto el tema del racismo en los Estados Unidos, especialmente acerca de si es posible hablar de una sociedad donde no existe el racismo, –o “post  racista”–, cuando las leyes ya no contemplan ningún tipo de diferencia por razas e incluso persiguen activamente cuando los ciudadanos particulares intentan establecerlas; pero a la vez, en ese mismo país, ocurren hechos tan graves como estos, donde el factor racial es innegable, y otros muchos pequeños eventos de discriminación.

La respuesta que se nos propone es que, a pesar de que todos negamos ser abiertamente racista, la gran mayoría de nosotros los somos de una forma subconsciente; y por eso sería nuestro deber reprimir este rasgo de nuestra personalidad, y estar constantemente vigilantes a que este defecto no se exprese en nuestras ideas y actitudes hacia los demás.

¿No les suena haber oído algo parecido antes? ¿No les recuerda a algo esta conclusión?

Al menos a mí, me suena muy parecido a la enseñanza cristiana acerca del pecado original.

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