InfoCatólica / La Esfera y la Cruz / Categoría: Política y derecho

21.05.12

Serenidad

Con especial atención he seguido las reacciones a las declaraciones del Obispo de Alcalá de Henares para Semana Santa. Afortunadamente existe acceso a información suficientes como para que cada uno se forme su opinión al respecto, pero considero necesario destacar una parte de las declaraciones del arzobispo de Oviedo, mons. Jesús Sanz Montes, difundidas en Infocatólica:

Señala el señor arzobispo:

Igualmente manifiesto mi respeto solidario a las personas homosexuales que no quieren vivir en ningún infierno de escarnio y reprobación, ni en ningún infierno de falsedad. Son muchos los que piden ayuda –como hacemos los demás– para vivir serenamente la circunstancia en la que nos jugamos nuestra verdad, nuestra libertad, nuestra conciencia, y nuestra respuesta a Dios que nos ama de veras, como nadie, tal y como somos cada cual

En un diálogo muchas veces difícil por la importancia de las cuestiones involucradas, uno no espera menos de un sucesor de los apóstoles que palabras cargadas de cariño y comprensión, y en ese ámbito, es esencial recordar el valor de la serenidad, tanto en la vida personal como política.

A nuestros hermanos que deben vivir con la homosexualidad, debemos siempre recordarles que la Iglesia no es el enemigo a vencer, y que, al contrario, lo que deseamos para ellos es la tranquilidad de no temer nunca una discriminación, un trato injusto, un desprecio o una reprobación. La Iglesia también es madre de todos, y especialmente de los que sufren, sea por una injusticia, sea por una tentación, y como tal proclama el amor de Dios por todos.

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29.11.11

Nuevamente es aquella época del año...

… en que el lobby gay se apresta a aplastar y aniquilar toda disidencia, y castigar a quienes osen pensar que el sexo homosexual es algo menos que lo más maravilloso que le ha ocurrido a la humanidad desde la evolución del sexo.

Pareja lesbiana considera acciones contra pastelero de bodas cristiano

Un pastelero de Iowa que declinó proporcionar un pastel de bodas a dos lesbianas, a causa de sus valores cristianos, puede enfrentar una acción legal de la pareja.

El “matrimonio” entre personas del mismo sexo fue legalizado en Iowa en 2009 por la Corte Suprema estatal, y en 2007 la ley estatal de derechos civiles prohíbe la discriminación en base a la orientación sexual en temas de empleo, educación, casas y servicios públicos.

Mientras tanto, el Congreso Nacional se apresta a aprobar una ley contra la discriminación, que la define como “toda distinción, exclusión o restricción que carezca de justificación razonable, efectuada por agentes del Estado o particulares, y que cause privación, perturbación o amenaza en el ejercicio legítimo de los derechos fundamentales", y establece una acción ante los Juzgados de Letras para que cualquiera que se sienta discriminado recurra a los tribunales.

¿Cómo se resolvería un caso así ante los tribunales chilenos?

No es coincidencia que tanto los obispos católicos como los pastores evangélicos hayan manifestado su rechazo a esta nueva ley, ya que es precisamente este tipo de casos los que se llevarían a juicio, y donde la sola posibilidad de ser sancionado implicaría que un particular ya no podría actuar libremente, conforme a sus más íntimas convicciones.

Los proponentes de la ley apaciguan a los críticos, diciendo que corresponderá al juez decidir si la discriminación es razonable o arbitraria, pero lo cierto es que la ley no establece criterio alguno, de modo que más parece un cheque en blanco para quienes tengan el dinero y el tiempo para imponer a los demás su forma de pensar acerca de qué es discriminación, como ya ocurre en los Estados Unidos, Canadá y tantos otros países.

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30.03.11

Cuna de oro

Debo admitir que, en la entrada anterior, me tomé de un párrafo del Padre Cristian del Campo SJ para ventilar varias ideas que me venían molestando hace tiempo acerca de usar la igualdad como estandarte para las más diversas causas, pero sí hay un aspecto particular de su columna que quiero desarrollar en mayor profundidad, y es esta idea de que debemos combatir la desigualdad que se produce desde la cuna.

Un visitante toma este punto y comenta:

No es posible que hoy en día muchos niños y jóvenes no puedan desarrollar su potencial, no sólo porque sus padres tal vez no pueden pagar mejores colegios, sino incluso cuando sus padres son "bolsas de químicos" irresponsables. ¿Qué culpa tienen estos niños de los problemas de sus padres?

Y en el mismo sentido, el prestigioso columnista liberal Carlos Peña escribe:

Si usted poseyó una dotación inicial igual a la de su vecino, nada hay de malo en una desigualdad actual entre ustedes, si mientras usted decidió ahorrar su vecino prefirió malgastar sus recursos. Una desigualdad actual entre usted y su vecino, parece inadecuada, en cambio, si es resultado de una mayor dotación inicial que usted no merecía y que fue simplemente producto del azar natural o de la cuna.

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25.03.11

Des-Igualdad

Publicado en la columna Pobreza y Desigualdad, de Cristian del Campo SJ, Capellán de Un Techo Para Chile.

Creo que el problema no pasa sólo por malas políticas al respecto, sino que por un problema de fondo. Buena parte del fracaso nacional en la reducción de la desigualdad es consecuencia de la falta de consenso sobre la necesidad de reducirla. Así como hay muchos que creemos necesario disminuir las brechas, hay muchos otros que no consideran la desigualdad como un mal a combatir.

Ok, aquí nos declaramos culpables. Yo no quiero la igualdad, más bien me encantan las desigualdades y disfruto de algunas de ellas, por ejemplo, la que existe entre hombres y mujeres.

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24.01.11

Derecho a la salud

Un tema sobre el que tengo algunas dudas éticas es el de la salud, y tal vez los visitantes del blog me ayuden a resolverlas.

Partamos de la base que todos tenemos derecho a la salud. El Catecismo de la Iglesia Católica señala (Párrafo 2208)

El cuidado de la salud de los ciudadanos requiere la ayuda de la sociedad para lograr las condiciones de existencia que permiten crecer y llegar a la madurez: alimento y vestido, vivienda, cuidados sanitarios, enseñanza básica, empleo, asistencia social.

y (1908)

Ciertamente corresponde a la autoridad decidir, en nombre del bien común, entre los diversos intereses particulares; pero debe facilitar a cada uno lo que necesita para llevar una vida verdaderamente humana: alimento, vestido, salud, trabajo, educación y cultura, información adecuada, derecho de fundar una familia, etc.

Hablamos aquí de un verdadero “derecho a la salud", pues si la comunidad tiene la obligación de facilitar la salud de las personas, necesariamente el hombre tiene la facultad de exigir esa obligación, es decir, un verdadero derecho a ella.

El problema comienza cuando intentamos precisar exactamente qué podemos exigir racionalmente fundados en este derecho.

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