InfoCatólica / La Esfera y la Cruz / Etiquetas: milagros

29.03.12

La probabilidad de un milagro

El breve relato de un hecho extraordinario, que quise compartir en la entrada anterior ha provocado una inesperada (al menos para mí) reacción de los escépticos residentes de Infocatólica. Uno de los comentarios señala:

Por tanto, estimado Pato, nos faltan demasiados datos para que podamos decir algo concluyente y ante este tipo de situaciones lo mas razonable es optar por la conclusion mas logica y nada milagrosa, un cumulo de circunstancias indujeron a dar por muerto a quien realmente no lo estaba. Mira que soy generoso y descarto el engaño o mala fe de los que cuentan el suceso.

¿Es esa la conclusión más lógica y razonable? Dado que ateos y creyentes llegan a conclusiones opuestas, y ambos se precian de ser razonables y lógicos, para responder esta pregunta se hace necesario analizar el proceso que cada uno emplea para llegar a su respuesta.

Comencemos con el escéptico. Normalmente esta posición se basa en la doctrina materialista, que parte de la base de que todo lo que existe es materia o energía, y niega la existencia de todo ser sobrenatural. Dado este supuesto, y por necesidad lógica, cualquier hecho que pueda atribuirse a la intervención de un ser sobrenatural, simplemente no puede existir, o, dicho de otro modo, un milagro tiene una posibilidad de 0, siempre y en toda circunstancia. Luego, ante un reporte de este tipo de eventos, buscamos explicaciones que justifique ese reporte y a la vez sean compatibles con nuestra visión del universo, como que se nos esté mintiendo, que se haya incurrido en un error al informar alguno de sus aspectos.

Lo interesante es que el materialista no necesita evaluar las supuestas pruebas que se le presentan, ni contar con evidencias de sus explicaciones alternativas. Su filosofía ya le ha dado la respuesta sobre la cuestión de los milagros ("la probabilidad es 0″) y cualquier dato que se le aporte será necesariamente rechazado, por incoherente con su visión del mundo. Esta es una respuesta razonable y lógica… en un universo materialista.

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27.03.12

Sacerdote presencia a un hombre volver a la vida

Quiero compartir con uds. esta historia de un evento extraordinario que le tocó presenciar al padre John Higgins, pastor de la parroquia Saint Raymond en California:

¿Quién no disfruta un buen asado con amigos? Cuando me invitaron a la casa de una joven pareja para la misa del grupo pastoral de los adultos jóvenes y el asado, empaqué mi kit de misa y partí. Llegue a las 6:00 pm con gran apetito y me dieron la bienvenida cerca de 15 jóvenes. Luego el teléfono sonó y todo cambió. Tuve que conducir cerca de 16 kilómetros hasta el hospital donde había una llamada de emergencia.

Conduje velozmente, pensando que la enfermera a cargo de la sala de emergencia, Anne, estaría esperándome. La conocía a ella y a su esposo de la parroquia. Cuando llegué pude ver a los paramédicos a los pies de la única camilla ocupada, así que me apuré y entré.

-Lo siento, padre John, llegó demasiado tarde. Se ha ido -dijo Anna, sonriendo.

Ella tenía mucha compasión, pero también entendía que yo había venido tan pronto como pude. Estaban quitando los cables de un anciano. Noté que estaba usando un escapulario pardo, uno de los antiguos de tela. Me acerqué y dije:

-Está usando un escapulario antiguo

Cuando lo toqué hubo un bip en el monitor, y luego otro. La enfermera, Anne, dijo:

-¿Qué has hecho?

-¡Nada! -le dije.

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18.08.10

Más milagros

Hablando acerca de los milagros, Kewois comenta:

Pero no sería muchísimo más convincente un milagro generalizado????

Imagina que el Papa diga que va a rezar por la cura del cáncer de TODOS los niños del mundo y que EFECTIVAMENTE se curan TODOS los niños del mundo.

Es lo mismo, sigues especulando acerca de lo que creerías si el milagro fuera un poco “más milagroso", pero la historia nos demuestra una y otra vez que la mente (¿o debería decir “el alma"?) humana no funciona así.

Ahora exiges uno “anunciado", y de esos también tenemos, como el milagro del sol, ocurrido en Fátima, pero claro, en ese caso también hay explicaciones como fenómenos atmosféricos y alucinaciones colectivas. Nada cambia.

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13.08.10

Pidiendo un milagro

Conversando acerca del milagro de la bomba, algunos visitantes dejaron comentarios del siguiente tenor:

Se salvan ocho religiosos jesuitas y mueren 80.000 personas, me supongo que nativos japoneses casi todas, ¿y a eso lo quieren llamar milagro?

o

Puestos a hacer un milagro, sería más lógico y fructífero que hubiera sido al revés, solamente 8 víctimas, o si quieren ninguna, y cientos de miles de supervivientes indemnes, pero no, eso nunca pasa, será una cuestión del reglamento milagrero celestial

Lo que me hace bastante gracia, pues implica que una criatura le esté dictando a su creador el cómo y el cuando de lo que hacer. De ahí que les contesté:

en mis oraciones de hoy pondré en conocimiento de la divinidad vuestros estrictos estándares en lo relativo a la confección de milagros. Hecho eso, sólo nos queda esperar que el creador esté a la altura de vuestra exigencia.

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6.08.10

El milagro de la bomba

El 6 de agosto de 1945, a las 8:15 de la mañana el bombardero americano Enola Gay dejó caer su bomba “Little Boy", que bajó hasta la altura de detonación predeterminada de 700 metros sobre Hiroshima, y explotó en un relampago cegador, creando una gigantesca bola fuego que vaporizó prácticamente todo y a todos dentro de un radio aproximado de una milla del punto de impacto. Se estima que 80.000 personas fueron muertas directamente por la onda expansiva, y hacia el fin de ese año, esa cifra había aumentado considerablemente, debido a las heridas y los efectos de la radiación. Más de dos tercios de los edificios de la ciudad resultaron completamente destruidos.

Pero en medio de esta terrible masacre, algo bastante notable ocurrió: había una pequeña comunidad de Padres Jesuítas viviendo en un presbiterio cercano a la iglesia parroquial, que se ubicaba a menos de una milla del punto de detonación, bien adentro del radio de devastación total. Y los ocho miembros de esa comunidad escaparon virtualmente ilesos de los efectos de la bomba. Su presbiterio permaneció en pie, al tiempo que los edificios al rededor, y virtualmente tan lejos como alcanzaba la vista, quedaron arrasados.

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