InfoCatólica / La Esfera y la Cruz / Categoría: Sobre el autor

16.06.14

InfoCatólica necesita vuestra ayuda

La internet nos ha cambiado a todos. Prácticamente no hay ámbito de la vida que no haya sido afectado por este maravilloso medio de comunicación, y una de las cosas más positivas es que ha puesto en contacto a mucha gente que quiere hacer cosas buenas, solo por el gusto de hacerlas, desde campañas de caridad hasta video juegos, pasando por clases y explicaciones sobre todo tipo de temas, películas, y trabajo que antes todos entendían que debía ser remunerado.

Ahora bien, esto también tiene su lado negativo, y es que nos hemos acostumbrado a recibir todo gratis: música, libros, instrucción, entretención, todo está disponible en la red en un flujo constante, de modo que si me encuentro con un lugar donde me piden una suscripción para acceder a los contenidos, simplemente voy a otro sitio donde pueda encontrarlos. Cuando a eso le sumas la idea popular de que el dinero y la religión no se juntan, es evidente que nadie está dispuesto a pagar por acceder un sitio web de contenido religioso. Si los planes de los editores de InfoCatólica era alcanzar la riqueza y la fama a través de esta iniciativa, lamento decepcionarlos.

Esto representa un grave problema, porque los proveedores de internet no dejan de cobrar sus tarifas por el honor de propagar el evangelio. Sé que suena extraño, ¿Quién no querría entregar su tiempo y recurso por la construcción del Reino de Dios? pero así es. Así que InfoCatólica necesita vuestra ayuda.

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18.01.14

300 entradas

blogEl software administrador de contenidos de InfoCatólica nos indica que esta es la entrada 300 en este blog, así que me pareció un buen momento para recapitular lo que ha sido este viaje que partió por junio de 2010 y ya se prolonga por casi cuatro años.

Primero, agradecer a Luis Fernando y el equipo editorial de InfoCatólica, por haberme invitado a participar de este proyecto. Sin tener ninguna referencia mía, aparte del blog que mantenía, confiaron en este chileno para publicar en su sitio, sin ninguna condición ni censura. Básicamente me dijeron “sigue haciendo lo mismo”, y gracias a ellos pude acceder a la enorme cantidad de lectores de InfoCatólica.

¿Se han fijado en la calidad de los bloggers de InfoCatólica? Sacerdotes con libros de teología y vasta sabiduría pastoral, autores de ficción y ensayos, vaticanistas de renombre mundial, catequistas y profesores de religión, especialistas en liturgia, y todo eso sin mencionar los artículos de la sección Opinión. Se los puedo decir con franqueza, porque también se lo he comentado a Luis Fernando: en este ámbito me siento en clara desventaja.

Segundo, agradecer a los lectores. Los blog fueron la primera oleada de la web 2.0, aquella de contenidos generados dinámicamente, por los propios usuarios y a cada momento, en oposición a las páginas estáticas de la primera web, tendencia que no ha hecho más que profundizarse con servicios como facebook primero, luego twitter y similares. En este contexto, un autor no puede menos que agradecer que los visitantes a su sitio se den el tiempo para detenerse un momento, y leer un artículo de más de 800 palabras, no siempre escrito en el español más claro y a veces con errores de tipeo, y acerca de temas polémicos.

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9.09.13

Cómo pedir disculpas

Unos días atrás, una amiga me comentaba de una situación institucional complicada, donde preveía que el colegio donde ella trabaja tendría que eventualmente pedirle disculpas a los padres por las conductas de los profesores, a lo que yo le comentaba de diversas páginas que relataban diversos pasos para una disculpa efectiva.

Para ella he preparado este documento, resumiendo y mezclando los consejos de diversas páginas, pero antes de terminarla, quise compartirlas con Uds. por si tenían alguna sugerencia. Pero antes, comencemos por los errores más comunes al momento de ofrecer disculpas.

1. “Lamento profundamente si alguien se sintió ofendido…”

Es habitual, sobre todo entre los políticos, que se usen frases similares a estas para disculparse, donde la clave está en el condicional “si", que termina por hacer responsable a la víctima de la situación. Por ejemplo “Lamento profundamente si decepcioné a los votantes…” o “Lamento profundamente si puse demasiada presión en los jugadores…".

Este tipo de frases, lejos de ser una disculpa, no hace más que enfocar la situación en otro, en el que se “sintió” ofendido, por ser demasiado sensible; en los votantes, por haber esperado que sus políticos fueran honestos; o en el equipo que no pudo soportar mi ritmo de trabajo.

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17.08.13

Memoria

El martes de esta semana, la menor de mis hijas, de cuatro años, estaba con dolor de oídos, producto de un resfrío y un invierno un poco más agresivo que de costumbre. Por la tarde ya se quejaba constantemente por el dolor y tenía algo de fiebre, así que le dimos Ibuprofeno y se puso a dormir cerca de las seis.

Cuando despertó alrededor de las nueve de la noche, ya se sentía mejor y le dijo a su niñera que la señora del cuadro le había dado un beso en el pie, y le había dicho que estuviera tranquila, que se iba a mejorar.

El cuadro que mi hija tiene en su habitación es la imagen de la Virgen que pueden ver en esta entrada.

Es cierto que ella estaba durmiendo, pero también es verdad que cuando la bautizamos, fue especialmente consagrada a Nuestra Señora. Sólo dejo esto aquí, para memoria.

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20.03.12

Letanías de la humildad

Jesús manso y humilde de Corazón, -Óyeme.
Del deseo de ser lisonjeado, -Líbrame Jesús.
Del deseo de ser alabado, -
Del deseo de ser honrado, -
Del deseo de ser aplaudido, -
Del deseo de ser preferido a otros, -
Del deseo de ser consultado, -
Del deseo de ser aceptado, -
Del temor de ser humillado, -
Del temor de ser despreciado, -
Del temor de ser reprendido, -
Del temor de ser calumniado, -
Del temor de ser olvidado, -
Del temor de ser puesto en ridículo, -
Del temor de ser injuriado, -
Del temor de ser juzgado con malicia -

Que otros sean más amados que yo, Jesús dame la gracia de desearlo.
Que otros sean más estimados que yo, -
Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse, -
Que otros sean alabados y de mí no se haga caso, -
Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil, -
Que otros sean preferidos a mí en todo, -
Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda, -

Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo.

Amén.

Del Cardenal Rafaél Merry del Val

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