La pregunta que todo pro-aborto debe responder
“¿Por qué castigamos a quien aborta sin la voluntad de la mujer?”
En medio de todo el ruido del debate sobre el aborto, hay un asunto sobre el cual todo el mundo está de acuerdo: es justo castigar a quien causa un aborto contra la voluntad de la mujer. Existe un bien jurídico que proteger en el embarazo, y que justifica que el aborto se castigue con una privación de libertad apenas inferior a la del homicidio. Esto solo tiene sentido si el niño que está por nacer es un ser humano con derecho a la vida.
En su afán por permitir que las mujeres maten a sus hijos no nacidos, el lobby abortista no se percatan que sus argumentos provocan una profunda incoherencia en las leyes penales, y con ello una injusticia enorme.
En efecto, para justificar el aborto, se insiste con gran vehemencia que el feto no es un ser humano, que no es nada más que un grupo de células sin ningún valor ni derecho. El problema es que, si esto es cierto, no solo la madre podría destruirlas impunemente y sin enfrentar consecuencia alguna, cualquier persona podría hacerlo. Si el feto no es más que un montón de materia biológica mientras no abandone el cuerpo de su madre, no hay razón para castigar el aborto contra la voluntad de la madre. Después de todo, nadie puede ser castigado por destruir algo que no tiene ningún valor.
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