Propuesta de indulto de los obispos

Para no dejar trunca la entrada anterior, este es el enlace a la propuesta de indulto que los obispos chilenos entregaron al Presidente de la República.

Debo decir que me dejó muy contento que hayan seguido adelante con esta actividad, a pesar de que nadie la apoyaba. Aún si no sale nada en concreto de la proposición, se mostró que la Conferencia Episcopal es capaz de plantearse ante el gobierno con independencia de los respaldos políticos.

El documento presentado hace incapié en la clemencia y el perdón, como base de la paz, mensaje que será resistido por nuestro país, pues hace 20 años venimos escuchando que perdonar equivale a olvidar o respaldar los horrores cometidos.

Hay que destacar además que los obispos hayan abordado expresamente el tema de los condenados por violaciones a los derechos humanos. Dice la declaración:

4. No sería completa la “mesa para todos” si no considerásemos en esta petición a quienes cumplen penas por delitos contra los derechos humanos cometidos durante el Régimen Militar. Es un tema que debemos poner sobre la “mesa de todos” para conversarlo con la seriedad que corresponde, especialmente en el Parlamento de la República. No olvidemos que no todos ellos tuvieron igual responsabilidad en los crímenes que se cometieron. A nuestro parecer no cabe ni un indulto generalizado ni un rechazo general del indulto para todo ex uniformado condenado. La reflexión debe distinguir, por ejemplo, el grado de responsabilidad que le cupo a cada uno, el grado de libertad con que actuó, los gestos de humanidad que tuvo y el arrepentimiento que ha manifestado por sus delitos.

A pesar que durante los años de la dictadura, la izquierda encontró en la Iglesia un árbol donde refugiarse (Mt 13:32), aún así se acusa a los obispos de “derechistas”, y en ese contexto habría sido más fácil pasar en silencio el tema y dejar en manos de los políticos decidir si las mismas reglas se aplicarían o no a los que violaron los DDHH. Han optado por no hacerlo así y decir que no cabe negar el indulto “en principio” a los uniformados, y ese es un acto de valentía y coherencia con lo que se está planteando.

Las reacciones han sido mayormente negativas, como era de esperarse, cada uno defendiendo lo que cree que es su feudo, pero la tarea se hizo, y eso es bueno.

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