Cómo entrenar a tu dragón

Por primera vez el estudio Dreamworks alcanza los niveles a los que nos tiene acostumbrados Pixar en los filmes de animación familiar, con esta adorable historia de un joven que intenta encontrar su lugar en el mundo.

Cómo entrenar a tu dragón

En las películar anteriores de esta productora, pienso en las sagas Shrek y Madagascar, siempre había guiños más o menos evidentes a los padres, con menciones que podían pasar desapercibidas a los niños, dependiendo de su edad. En la primera entrega de Shrek, esto se entendía como una forma involucrar a los adultos que iban a ver la película sólo por acompañar a los niños, pero luego de tantos años y cuando el cine de animación tiene ya su propio público, no tiene sentido insistir con ese truco. Es más, para quienes buscamos compartir un trozo de niñez con nuestros hijos, la posibilidad de encontrarnos con esos «chistes para los padres» sólo ayudan a destruir la posibilidad de disfrutar de la película, y uno termina apreciando el esfuerzo de Pixar y su insuperable trayectoria en este ámbito.

Afortunadamente, «Como entrenar a tu dragón» opta por distanciarse de esa tendencia, lo que permite disfrutarla de principio a fin como una historia de acción y aventuras que se sostiene por sus propios méritos y puede recomendarse a todos los públicos. Por los antecedentes de la compañía productora que mencionamos, sumado a que el protagonista fuera un joven en la pubertad y tuviera una débil relación con su padre, me hizo temer que el aspecto amoroso de relato, que se encuentra presente, fuera a tomar un giro incómodo. Sin embargo, rápidamente la relación entre el protagonista y su dragón toma la dirección del relato y lo conduce hasta una conclusión muy satisfactoria.

Ya que mencionamos al padre del protagonista, déjenme comentarles que hace tiempo que en los filmes familiares no veo una figura paterna que sea realmente positiva para la historia. Abundan en el género los padres que no escuchan a sus hijos, son abusivos hacia hacia ellos, ausentes o pusilánimes (Steven Greydanus anotaba que el Tarzan de Disney reunía a los 3), lo que siempre redunda en el tema de la rebeldía juvenil. Esta tendencia se nota desde películas de hace algún tiempo ya, como «La Sirenita» hasta las más recientes «Lluvia de Hamburguesas» y la española «Area 51». A estas alturas, nadie duda que la rebelión es uno de los tópicos favoritos de la modernidad, pero hay una preocupante falta de creatividad en la industria, si la única forma de mostrar lo malo del mundo, aquello contra lo cual es digno rebelarse, se identifica siempre con una figura paterna. Sobre todo cuando el padre juega un papel tan importante en desarrollo de la auto imagen (basta pensar que la escena más famosa de la historia del cine, Luke y Darth Vader en el pozo, gira en torno a ese tema).

Finalmente, no puedo dejar de anotar los evidentes ecos cristianos de la secuencia final.

Advertencia, a continuación se mencionan aspectos del argumento de la película que el espectador preferirá no haber conocido antes de verla.

El tema del héroe está inevitablemente unido al sacrificio final y la muerte. La historia de Hipo se ciñe estrictamente a ese cánon, y así somos testigos de su crecimiento y cambio, de un joven inseguro y rechazado hasta convertirse en una persona respetada y admirada, y una autoridad en el tema de los dragones. Pero su camino no estaría completo a menos de alcanzar la cúspide del heroísmo, enfrentándose en combate singular y venciendo la más grande amenaza que se cernía sobre su pueblo de vikingos. La lucha está muy bien desarrollada y resulta satisfactoria como clímax de la película, desde la tanto en la tensión progresiva que construye la escena, hasta su conclusióncon el héroe y su compañero cayendo exánimes hacia su muerte segura en un mar de fuego.

Mientras veía la película en el cine, no pude dejar de notar que si esta fuera una presentación que se desarrollara en un ámbito no occidental cristiano, la escena siguiente necesariamente debería mostrar los espléndidos funerales del héroe, un pueblo que prospera gracias a sus esfuerzos y un melancólico aprecio por parte de los que los rodearon en vida y no supieron apreciar su valor. En cualquier otra cultura este sería un epílogo completamente satisfactorio.

Sin embargo, aunque nuestros empresarios de la entretención se resistan con uñas y dientes, seguimos viviendo en una cultura cristianizada, y en ella tal desenlace no es aceptable, especialmente para una película dirigida a una audiencia infantil. Por el contrario, la secuencia que sigue sólo podría llamarse de «muerte y resurrección al tercer día», pues en ella nos enteramos que, luego del sacrificio definitivo, Hipo fue protegido del fuego por su leal dragón, y al cabo de unos días despierta en su casa, con sus fuerzas recuperadas, para abrir la puerta a una mañana llena de sol y alegría, y disfrutar de los frutos de su esfuerzo junto a su familia y amigos, y volver a cabalgar por las nubes.

Cualquier persona no cristiana podría acusar una trampa en esta conclusión, pues era claro, por el poder del enemigo y la forma de derrotarlo, que sobrevivir no era una opción. Incluso se podría argumentar que el aceptar la muerte es precisamente lo que permite reconocer un sacrificio heroico.

A nosotros, sin embargo, no sólo nos parece una resolución aceptable del conflicto, sino imprescindible si queremos abandonar la sala del cine con la sensación de haber disfrutado de una experiencia satisfactoria. Esa espectativa de que el héroe vence no sólo a sus antagonistas sino incluso a la muerte, sólo se explica si previamente la audiencia tiene la experiencia común de que es posible, es decir, si sabe que realmente hubo uno que murió y al tercer día resucitó.

En fin, una película perfecta para este tiempo pascual.

1 comentario

  
fernando
Siempre me han fascinado las historias de ciencia ficcion.

Sobretodo en las que habitan los heroes, ya en mi adultes lo relaciono mucho con el concepto de los martires, pues el heroe siempre, en un concepto loco y malintencionado, lo presentan desafiando la muerte, por entrega a los demas, de forma aveces insensata.

Sinembargo el concepto de sacrificio va mucho mas alla, no puede ser entendido sin el concepto de espiritu y glorificando el concepto de muerte como oscuridad.

Es algo mas tacito, concebido sin ruidos estridentes de heroe moderno, mas bien, muy silencioso y suave.

Ahi esta la fuerza del real sacrificio que demuestra estar al alcance del mas debil para ser puesto al servicio de quien mas lo necesita y mas temor tiene, el mas fuerte.
26/06/10 4:14 AM

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