Telebasura: ahora a por la Educación

Sospecho que mi generación es de las últimas, sino la última, que ha crecido con una televisión que no nos idiotizara completamente. Puedo escribir mal “Motu proprio” pero al menos no soy un analfabeto completo…

En España nos hemos empeñado en acabar con eso. La televisión se ha convertido en una máquina de idiotizar a marchas forzadas a la masa, y en buena parte lo está consiguiendo. Y la receta del éxito apareció con los realities, con mención especial al infame “Gran Hermano". Siempre me he jactado de ser un no-espectador de ese programa. Recuerdo, eso sí, sus comienzos en nuestro país: Nadie lo veía, pero todo el mundo sabía qué se cocía en ese horno. Hoy veo con horror como en Antena 3 intenta reflotar un género caduco con un reality basado en una clase de 1963. ¡Toma nísperos, Pascuala!

El canal en su web lo presenta de la siguiente manera.

MUY PRONTO, en Antena 3 estrena Curso del 63, un docu-reality en el que un grupo de jóvenes de hoy conviven bajo los valores culturales y normas educacionales propias de los años 60.

Un concepto, en teoría neutral, pero que rápidamente van a manipular. Hurgamos un poco entre la basura que se nos presenta como “docu-reality":

¿Se enfrentarían a la autoridad o la aceptarían de buen grado? ¿Qué puede surgir de este encuentro? ¿Es lícito cuestionar el principio de autoridad, aunque no se esté de acuerdo con una decisión? ¿Están los jóvenes de ahora acostumbrados a conseguir lo que quieren en cuanto presionan un poco? ¿Se rinden los jóvenes de ahora con demasiada facilidad? ¿Les falta autoestima o espíritu de lucha?

No se menciona el contenido del casting previo a este tipo de programas, solo que los alumnos han hecho un examen en el que han respondido cosas tan pintorescas como que “ha situado el Júcar en Galicia, Lérida en la provincia de Málaga o quien confunde el Ebro con el Guadalquivir. Y eso sin contar las faltas de ortografía. ¿Cómo es posible que chicos de su edad tengan tantos fallos?". Hipócritas… ¿Alguno duda que el criterio de selección no ha sido el de “cuanto más cazurro, mejor"? Pasa un poco como con el ya impotable cine español: no interesa hacer un reflejo de la sociedad; mejor exagerar un aspecto desviado. Eso sí, lo presentamos como un “docu-realidad", a ver si cuela.

Y nada se menciona de una asignatura de Religión (el canal no se distingue precisamente por tomar posiciones políticas), pero como cuaje el programa, no me extrañaría que pronto comiencen las mofas, por parte de los alumnos o de los propios profesores (veladas, guión de por medio) a contenidos o dogmas de la Iglesia. En eso sí que no hay miedo de tomar partido. Sobre todo para generar polémica. Tiempo al tiempo, give it time.

En España tenemos una historia, no la podemos cambiar, en la que la Iglesia sobrevivió a un régimen anticristiano al que siguió una dictadura. Bien. Esa dictadura, por lo menos, permitió la libre exaltación de la Santa Madre Iglesia, y a ratos la convirtió en signo característico del mismo, con eso de la “reserva espiritual de Occidente". Es una cosa que acepto, y que no me causa la menor vergüenza, porque la Historia es la que es, aunque a algunos políticos les dé por ahí.

Lo que no se debe permitir es la trivialización de una historia, a la que se mira sistemáticamente desde una perspectiva negativa en los medios. La última moda impuesta por lopolíticamente correcto Es curioso ver que las generaciones que se formaron en el curso del 63, o de los años 60, quizás no salieron disciplinadas, pero al menos sabían leer y escribir. En veintitantos años de democracia, de lo único que se habla de es LOGSE, LOE y demás leyes orgánicas que no han evitado que el sistema educativo en colegios públicos se haya ido por el fregadero. Yo que ellos, me cuidaría de criticar un sistema educativo, a todas luces, mejor que el actual. Pero claro. Unos tenemos vergüenza, y para otros el rating lo es todo.

3 comentarios

  
luis alberto henríquez lorenzo
Me parece interesante el artículo: uno de los peligros más contumazmente ciertos de la telebasura no es otro sino el hecho de que, a base de aparecer todos los días en la "caja tonta y entontecedora", se ha acabado colando en nuestras vidas, en nuesttos modelos de conducta y de relación interpersonal, en nuestras sobremesas; en definitiva, por desgracia en nuestras conciencias.
Así las cosas, y "al calor" del artículo que sirve de marco referencial a éste nuestro comentario, me atrevería a proponer, para los comentadores de estos blogs, que hiciéramos el esfuerzo de hacer algunos comentarios a propósito del fenémeno de la telebasura llamado a las cosas por su nombre, al pan pan y al vino vino. Porque el problema es de tamaña envergadura y gravedad que no valen ya medias tintas ni paños calientes, si es que algunas vez valieron. Considero que planteando las cosas con toda crudeza es más fácil alcanzar a aprehender la "descomunal desvergüenza" humana, espiritual y moral de la telebasura. Como si de una terepia psicoanalítica se tratara, consistente en la conveniencia de exteriorizar todos los lados oscuros y tétricos del interior de la psique humana... O lo que es lo mismo: podríamos "autoexorcizarnos" hasta sanar y expulsar de nuestro interior todo rastro de la maldad moral que haya podido ocasionar la telebasura, si no ahorráramos detalles a la hora de definir y delimitar los contornos del tremendo mal moral que ocasiona en las conciencias la telebasura.
Para tal faena mi bisturí diseccionador y analítico cuenta con tres programas televisivos de la desenfada factoría Tele 5, una de las principales vertedoras, si no la principal, de telebasura.
Veamos en primer lugar un programa que consiste en que chicos y chicas acuden al plató en busca de romances (romances que no hace falta mucha imaginación para suponer que en no pocos casos no pasan de ser rollos hormonales y pare usted de contar). Se eligen unos a otros, se hacen preguntas, se citan en la realidad... Los consejeros amorosos son el periodista deportivo Pipi Estrada y su ya ex pareja Miriam Sánchez, una ex actriz porno (Dios mío, lo que me cuesta a mí, cinéfilo empedernido, llamar actor o actriz a profesionales que se ganan la vida haciendo el mal llamado cine* pornográfico. Personajes además públicos de vida tan disoluta y profundamente inmoral o amoral como los dos citados, ¿qué clase de consejos pueden dar a los jóvenes de ambos sexos que acuden a ese programa de la factoría Tele 5, jóvenes que, puede que sean excelentes personas (solamete Dios conoce al detalle tales particularidades personales e intransferibles) perfo que, sólo por la forma como van vestidos y vestidas, demuestran más bien vivir del cuento de la imagen, del hedonismo, de la superficialidad, del vacío existencial y el egoísmo que prescinde de hecho de Dios.
Afirman que Pipi Estrada es un muy competente periodista deportivo... Sin embargo, su ex pareja Miriam Sánchez, ya sabemos que consejera del amor en ese programa y ex actriz porno, ¿puede realmente ser una buena consejera para parejas que desean vivir una afectividad cristiana, solidaria, abierta a la vida...?
Todas las personas pueden ciertamente arrepentirse de sus respectivos pecados, de su respectivos apegos al vicio, etcétera, pues solamente hay un pecado que ni el mismísimo Dios puede perdonar, a saber, el pecado contra el Espíritu, es decir, la firme decisión de no arrepentirse, esto es, de rechazar la misericordia de Dios. Sin embargo, de una persona que públicamente en modo alguno ha manifestado ese arrepentimiento ¿se pueden esperar buenos consejos para el bien de la armonía matrimonial, por ejemplo? En fin, no sé si apostillar un "por favor, seamos serios".
Un segundo programa. Este es de sobremesa. En él varios disce periodistas despotrican cuando no novelerean contra otros tantos famosos y famosas de vida regalada, fácil (vamos, vividores, gentes que desean vivir del cuento, vendedores de su cuerpo y de su intimidad...). Ahí todo es insulto, desfachatez, comentario soeces, farándula y superficialidad, inmoralidad sexual... De vez en cuando acuden a ese programa de sobremesa un cubano llamado Dinio y dicen que su actual pareja, una pornógrafa (ya saben lo que cuesta decir actriz porno) llamada María Lapiedra, que en su momento contrajo matrimonio ¡por la Iglesia (siendo ya actriz porno, ojo al dato)! con un cineasta del porno, un tal Ramiro Lapiedra.
En ese programa han llegado a pasar imágenes de ese tal Dinio y María Lapiedra en plena práctica de sexo al aire libre. Cobran miles de euros por esas exclusivas. Viven de manera regalada y aseguran que placentera vendiendo su alma al Diablo...
Un tercer programa. Este es emitido en horario nocturno. Se trata de un concurso en el que para conseguir premios en metálico se han de contestar a preguntas muy comprometedoras, muy íntimas: muchas tienen que ver, ni que decirlo habría, con la vida sexual del concursante. Como testigos no solamente todas las personas del público expectador sino familiares íntimos, por lo general la madre o padre, el esposo o la esposa, aparte de algún hermano o amigo íntimo. Ni que aclarar que la impresión que se tiene al ver un programa así es doble: la de que por el dinero no importa en exceso el desnudar públicamente la intimidad (cosa que está, por cierto, de moda en Internet en páginas sociales como "Facebook" o "Twitter"), y la de que, por ende, el fin justifica los medios. Así que mucho maquiavelismo y muy poco o muy nulo humanismo de inspiración cristiana.
Como conclusión, lo que sigue: en verdad todas las personas, por nuestra condición de falibles y de frágiles, somos en potencia y en acto pecadoras. No obstante, sin arrepentimiento de esas faltas morales no hay camino de conversión posible. Pero ajenos completamente a toda sensibilidad proclive a la conversión y al cultivo de los valores humanos y espirituales, canales televisivos como Tele 5 no buscan en modo alguno la "conversión de vida" de sus potenciales y reales espectadores; busca el permanente estado de diversión en claves de superficialidad, materialismo, hedonismo, egoísmo y hasta decadencia neopagana.
Hace décadas el hoy superinstalado en el sistema Teddy Bautista cantaba una exitosa canción que decía "Dicen que anda suelto Satanás". Hay que vivir muy despistado para ignorar que hoy día anda más suelto que nunca; incluso, a menudo se acaba colando por los intersticios mismos de la Iglesia, en la que día a día que pasa son más las comunidades y agrupaciones eclesiales diversas que, desde luego, en función de los hechos, que son los que cantan,no parecen muy decididas a hacer realidad aquella exhortación a que nos invitan los Hechos de los apóstoles, a saber, "los paganos admiraban a los creyentes en Cristo por la manera en como estos se amaban y lo tenían todo en común".
Quien estas líneas escribe está muy distante de ser modélico en la vivencia del ideal cristiano al que nos invita la cita de los Hechos de los apóstoles; empero, no puede dejar de alucinar cuando cree descubrir en algunas comunidades cristianas, alguna de ella muy próxima a él mismo, actitudes de cátólicos no precisamente caritativas, generosas, respetuosas...
Con todo, siempre estará presente aquello otro del Evangelio: "Hipócrita, no mires tanto o siempre en primer lugar la paja en el ojo ajeno sino que mira muy en primer lugar la viga que tienes en tu ojo".
LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
21/09/09 10:13 PM
  
Miki V.
Don Luis Alberto, le agradezco su exhaustivo comentario: cierto es que hay gente más responsable que otra en el mundillo televisivo de la propagación de telebasura, pero hemos llegado a un punto en el que ya da igual: todos juegan a lo mismo.

Lo que sí le voy a pedir son dos cosas: lo primero, que no sea tan extenso, que un comentario bueno es como un chiste: si breve, dos veces bueno. Y lo segundo es que no sea tan gráfico con los ejemplos. Ya sabemos de sobra que la gentuza que se presta a esos programas no respeta ni los sacramentos, pero bueno, ya hablar de actores porno y demás fauna urbana es algo de la que puedo prescindir tranquilamente.

De todos modos, le vuelvo a dar las gracias por su intervención.
21/09/09 10:48 PM
  
luis alberto henríquez lorenzo
De acuerdo con su petición. Con todo, en verdad no he pretendido ofender nombrando a esas personas que se dedican a la pornografía sino que, como bien procuro decir en el comentario, lo que pretendo es llamar a las cosas por su nombre para que se vea o aprecie hasta qué grado o extremo llega la "maldad" de los realizadores de esos programas de telebasura que, ni cortos ni perezosos, se permiten traer a los platós de su televisión a personas sin dudas hijas de Dios, pero de una vida moral realmente indigna y vergonzante. Creo que detrás de mis palabras hay como un grito de sorpresa que trata de balbucear: "Pero Dios mío, ¿no se dan ustedes cuenta de lo que están haciendo?, ¿hasta tal extremo llega el neopaganismo y el vacío axiológico de sus vidas?
Por lo que toca a la extensión de mis escritos, reconozco que soy muy barroquizante cuando escribo: me cuesta ser concreto, ser preciso y exacto con pocas palabras; suelo dar rodeos...
En fin, saludos en Cristo y en su Iglesia.
LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
23/09/09 3:37 PM

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