Turismo y ecología

Cuando el verano llega a su fin y el otoño aparece puntual, tiene lugar, el dia 27, el sábado próximo, la Jornada Mundial del Turismo. Con este motivo, el Pontificio Consejo para la pastoral de los emigrantes e itinerantes ha publicado un comunicado que se titula: El turismo afronta el reto del cambio climático.

Tras anunciar la colocación en el Vaticano de una planta fotovoltaica con paneles solares, que aportará a la Santa Sede una cantidad de energía equivalente a una significativa cuota con respecto al total de su consumo, el documento afirma que el turismo es uno de los vectores del actual cambio climático, puesto que contribuye al proceso de calentamiento de la tierra. Se apunta que hoy son más de 900 millones las personas que emprenden viaje de turismo al extranjero, despalzándose en avión, barco o automóvil, utlizando carburantes contaminantes y alojándose en hoteles, con equipos de aire acondicionado, que causan emisiones de gases nocivos.

El documento romano propone cultivar la ética de la responsabilidad por parte de todos. Por esto afirma: “Asimismo, concretamente, deseamos la contribución de todos, y también, por supuesto la de los turistas, en el ciclo de la tierra en la que vivimos, para que se preste atención a los comportamientos y acciones concertadas, que acarreen menos daños posibles al planeta”.

El turista con su actitud puede de hecho contribuir a mantener en vida el planeta y a frenar el incremento gradual de un cambio climático, que nos alarma. En esta lógica ecológica es muy importante regresar al sentido del límite, contra el desarrollo insensato y a toda costa, escapando de la obsesión de poseer y de consumir. El sentido del límite se cultiva también cuando se reconoce la existen del otro y la trascendencia del Creador con respecto a sus criaturas.

Con la crisis económica actual se ha notado durante el verano la bajada del turismo interior y foráneo. A pesar de todo, a los seres humanos nos agrada descansar contemplando la obra creadora de Dios. Por lo tanto el riesgo de contaminar no se detiene. Y debe pararse para que dejemos esta tierra a nuestros sucesores en las mejores condiciones posibles de habitabilidad. Esta es la ecología cristiana, que también existe.

Tomás de la Torre Lendínez

2 comentarios

  
sembrador
Me gusta el articulo. Nunca habia visto algo parecido sobre la ecología cristiana que veo que tambien existe.
23/09/08 11:13 AM
  
moromuza
Esto es un buen post. Me alegra encontrarme con alguien que sabe conciliar la fe y la ecología. Siga así
23/09/08 11:15 AM

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