20.10.08

La fe católica necesita defensa

Como no puedo estar en el chat de Eleuterio Fernández esta noche, dejo mis pensamientos sobre el asunto. ¿Necesita la fe católica defensa?. En este punto parto del mismo evangelio, cuando Jesús exponía a las gentes la buena noticia de salvación, siempre contaba con argumentos imbatibles, por ejemplo, en el texto de la misa de ayer sobre el impuesto al César. Para mí el mismo Cristo era ya el primer defensor de su propia doctrina.

Mirando, a los apostóles, en sus cartas o en los Hechos, también son unos defensores acérrimos de la enseñanza del Maestro. Cuando los discipulos le dijeron a Jesús que enviase fuego del cielo, se demuestra el afán que tenían de defender su fe.

En la Iglesia naciente, los apostóles defienden la fe no solamente contra los paganos, sino tambien contra los propios judaizantes. El capítulo quince de los Hechos es la mejor evidencia. En el encuentro con la cultura pagana, la Iglesia primitiva produce a los Padres Apologetas, verdaderos maestros de la doctrina defensora contra los ataques del paganismo. Un ejemplo, la férrea defensa que hacían los mártires de su fe ante los tribunales romanos, aunque sabían que su destino seguro iba a ser la muerte.

La Patrística está llena de escritores eclesiásticos que se enfrentarán a la herejía con contundencia. Valga como ejemplo a San Agustín defendiendo la gracia de Dios contra Pelagio, a quien consiguió que fuera condenado en su correspondiente momento.

Los concilios provinciales, regionales y ecuménicos son una forma perfecta para arrinconar y condenar los falsos contenidos de la herejía que buscaba dividir el rebaño eclesial.

Con la concepción del Magisterio de la Iglesia y de la Tradición, toda la vida de la Iglesia hasta el Vaticano II, está plagada de personas, escritoras, oradores, defensores, y buscadores de una defensa fuerte de la fe cristiana contra quien deseara atacar el Símbolo de nuestra fe, que es el Credo.

Es verdad que siempre han existido los pensadores, que han buscado vivir en la linea tangente de la fe y la herejia. Es verdad que muchos son unos osados y se han salido por la curva del camino cayendo por el barranco abajo. También es verdad que la Iglesia, Madre y Maestra, ha dialogado, rogado y pedido la vuelta a la fidelidad al Magisterio eclesial. En algunos casos se ha conseguido. En otros no. Aquí yace la libertad de los pensadores.

A quienes si disienten en algo de la fe, la moral, o las costumbres, los medios de comunicación han soplado para agrandar la última tontería salida de algunas mentes productoras de división, más que de unidad en torno al rebaño y al único pastor.

La historia nos demuestra que todos en el pecado llevan la penitencia. Y así debe ser. Por lo tanto, la fe católica siempre necesita defensa, por supuesto que sí.

Tomás de la Torre Lendínez

19.10.08

Una reunión pobre

Desde el lunes veinte de octubre se reunen los obispos andaluces en Córdoba. Asistirán todos los residenciales, algunos con jubilación presentada, como el de Guadix, el antiguo de Málaga como administrador apostólico, y faltará Jerez de la Frontera al haberse marchado el último al arzobispado castrense.

Dedicarán el primer día a conocer un informe sobre el anteproyecto de ley andaluza de Derechos y Garantías de la Dignidad de la persona en el proceso de la muerte, en castellano: el asunto de la muerte digna organizado por el gobierno del régimen andaluz. Habrá, también, un amplio espacio de reflexión sobre la misión eclesial de las Cáritas diocesanas y su adecuada coordinación mediante Cáritas regional. Finalmente se analizará la situación preocupante de las clases de Religión al inicio del presente curso escolar.

En la Catedral de Córdoba concelebrarán una Eucaristía por el eterno descanso del alma de monseñor Cirarda, antiguo obispo cordobés.

El martes a los obispos andaluces se unirán los superiores mayores de las órdenes y congregaciones presentes en la comunidad autónoma, para celebrar juntos el séptimo encuentro. Abrirá la sesión el cardenal de Sevilla con una ponencia sobre las comunidades de vida consagrada y la pastoral diocesana. Se pasará luego a un coloquio moderado por el provincial de los padres claretianos. Todo acabará con la concelebración de la Eucaristía.

Viendo este programa de trabajo se puede calificar de pobre. En la Iglesia del Sur de España existen unos problemas acuciantes, como la incidencia de la crisis económica, la calidad de la enseñanza, el deterioro moral de la sociedad, el nacimiento, en Sevilla, del bebé medicamento vendido como un avance científico por las autoridades del régimen, el aumento progresivo del paro obrero……Solamente el conocer un informe sobre la ley de eutanasia es pisar el suelo, pero llegan demasiado tarde, porque la sociedad andaluza ya la han anestesiado para que vea bien lo que es un atentado a la vida. Y con la próxima normativa sobre residencias de personas mayores tendrán que cerrar más un centenar de las que están actualmente en uso. Una prueba más del intervencionismo del régimen en esta tierra.

Pregunto: ¿dónde están los obispos andaluces de ahora?, ¿qué piensan los obispos andaluces de ahora?, ¿qué escriben los obispos andaluces de ahora?, ¿por dónde orientan los obispos andaluces de ahora?.

Tomás de la Torre Lendínez

18.10.08

Domund paulino

El Papa Benedicto XVI ha escrito un documento con motivo de la Jornada Misionera Mundial, el conocido Domund, cuyo lema es: Como Pablo, misionero por vocación.

Al comienzo del mensaje, el Santo Padre afirma que la humanidad tiene necesidad de liberación exponiendo la realidad humana y eclesial actual. Y se pregunta. “¿Qué será de la humanidad y de la creación?, ¿hay esperanza para el futuro, o mejor, hay un futuro para la humanidad?, ¿cómo será ese futuro?.

Las respuestas las encuentra el Papa en San Pablo, quien había comprendido muy bien que sólo en Cristo la humanidad puede encontrar redención y esperanza. Por ello entendía, de modo imperativo y urgente, la misión de anunciar la promesa de la vida en Cristo Jesús, nuestra esperanza, para que todas las gentes pudieran beneficiarse de la misma herencia y ser partícipes de la promesa del evangelio. San Pablo era consciente que la humanidad siempre está privada de Cristo, está sin esperanza y sin Dios en el mundo. Efectivamente quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas en el fondo está sin esperanza, sin la gran esperanza que sotiene toda la vida.

Más adelante, el San Padre afirma que la misión es cuestión de amor, y que debemos evangelizar siempre. Lo dice muy claro: “Mientras continúa siendo necesaria y urgente la primera evangelización en no pocas regiones del mundo, la escasez de clero y la falta de vocaciones afligen hoy a muchas diócesis y a institutos de vida consagrada. Es necesario insistir en que, aún en medio de dificultades crecientes, el mandato de Cristo de evangelizar a todas las gentes continúa siendo una prioridad".

Una vez más, el Papa vuelve a San Pablo, quien afirma que no es motivo de gloria predicar el evangelio, sino deber y gozo, pues él se sentía prisionero de Cristo para los gentiles, sabiendo que podrá contar, en las dificultades y en las pruebas, con la fuerza que procede de El.

El Papa se dirige a todos afirmando que estamos llamados a tomar parte, de manera cada vez más relevante, en la difusión del evangelio por todo el mundo. Por lo tanto, debemos ser testigos con nuestra vida de que los cristianos pertenecen a una sociedad nueva, hacia la cual están en camino y que es anticipada en su peregrinación.

Casi en la terminación Benedicto XVI indica: “La colecta, que esta Jornada Misionera Mundial se hace en todas las parroquias y comunidades, sea signo de comunión y de solicitud reciproca entre las Iglesias. En fín, intensifíquese cada vez más en el pueblo cristiano la oración, medio espiritual indispensable para difundir entre todos los pueblos la luz de Cristo, luz por antonomasia, que ilumina las tinieblas de la historia".

Tomás de la Torre Lendínez

17.10.08

Juan Pablo II, a treinta años

Justamente ayer tarde se cumplían treinta años de la elección de aquel Papa, de voz fuerte, de altura humana, de sensatez espiritual, amigo de Dios y amigo del hombre, quien tomó el nombre de Juan Pablo II y dirigió la nave de San Pedro durante más de cinco lustros.

Aquella tarde del 16 de octubre de 1978, ante todo el mundo, en el balcón de la logia, apareció un hombre llegado del Este, que afirmó: “No tengáis miedo. Abrid vuestras puertas a Jesucristo". A partir de ahí comenzó un pontificado marcado por el acercamiento del Papa a todos los seres humanos, realizando más de un centenar de viajes a la mayoría de los países de los cinco continentes.

En la última visita que Juan Pablo II hizo a España en 2003, pude estar en el encuentro de Cuatro Vientos. Fue algo que todos los presentes lo han contado según el Espíritu Santo le ha sugerido. Yo ví a una persona ya en el declive de su vida, pero lleno de la vida de un más allá, sabiendo vivir sus dolores y cruces de acá sin esconderlas a una sociedad que huye y tapa el dolor, porque le recuerda la cercanía de la muerte de cada cual.

Miraba a Juan Pablo II y lo veía en otro día y en diferente lugar. Fue el 5 de noviembre de 1982, en su primera visita a España, cuando en el polígono de Almanjayar, de la capital granadina, estuvimos escuchándole hablar de los educadores a los educadores. De Andrés Manjón, fundador de las escuelas del Ave María, de Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana, y del padre Gras, fundador de las Hijas de Cristo Rey.

Entonces era un hombre ágil, que habia pasado un año antes por el quirófano para salvarse de la muerte de las balas que le habían disparado en la plaza de San Pedro. Todos los educadores recibimos el aliento de un gran educador y pedagogo de la fe cristiana, quien llegó a decirnos que siempre tuvieramos como único modelo al Divino Maestro Jesús de Nazaret en la misión formadora y educadora.

Cuando han pasado treinta años de su elección como sucesor de San Pedro, es interesante que cada quien recordemos los momentos que este singular Papa nos ha dejado en la propia experiencia espiritual, intelectual, moral y pastoral. Es una forma de desear verlo pronto elevado a los altares, como pedia el pueblo en su entierro: !Santo, súbito¡.

Tomás de la Torre Lendínez

16.10.08

El miedo a la libertad

Nos desean mudos. No quieren que estemos en ningún medio de comunicación. Nos atacan, pero no nos rematan. Nos acosan, pero revestidos con piel de ovejas del rebaño estabulado y manipulado. Tienen un miedo horroroso a la libertad de expresión. La opinión pública siempre es suya, no admiten la pluralidad en el debate de la sociedad y sus individuos. Nos califican de “dogmáticos” y “doctrinarios” cuando ellos se proclaman los más respetuosos de todos y de todo.

Eso sí, cuando alguien les pone el dedo en la llaga que más les duele entonces organizan una cacería en toda regla: hoy al cardenal de Madrid por su intervención en el Sínodo de obispos. Ayer fue o fueron equis. Mañana les cotará a otros. El caso es que no deje de funcionar la picota como en la Edad Media.

Por esto me alegro del nacimiento del blog de Alerta Católica, quien en su presentación deja claro marcado el campo de sus actuaciones y próximas publicaciones. Además, me llena de satisfacción que sean laicos sus componentes, para que tengan la máxima libertad de investigación, de rectificación, de comunicación a quien proceda, y de publicación en Religión en Libertad.

Porque, insisto en el miedo a la libertad que existe dentro de la propia Iglesia para poner negro sobre blanco. Se necesita Alerta Católica. Bienvenida.

Y todos nos necesitamos, porque los lobos con piel de oveja, estén dentro o fuera de la Iglesia, tambien tienen mucho miedo a la libertad de los que expresamos y señalamos lo que les puede hacer mella en sus conceptos borreguiles. Siempre he pensado las palabras del Señor Jesús sobre la sagacidad de los hijos de las tinieblas y la candidez de los hijos de la luz, que se complementa con la comparación de la sencillez de las palomas, y la sagacidad de las serpientes.

Más que les pese, más que se hagan barata publicidad, más que quieran buscar nuestra mudez, aquí seguiremos a la sombra de este Olivo, el arbol bíblico, testigo mudo del miedo de Jesús en la noche del Jueves Santo cuando sudó sangre y pidió al Padre que le apartara la responsabilidad de beber el caliz que iba a beber. Jesús aguardó en el monte de los Olivos a Judas, el traidor y toda la patulea de gente que acudieron con armas y palos a la caza de un bandido, que se entregó a aquella turba recibiendo un beso del traidor, que lo habia vendido por treinta monedas. Jesús era libre, y libre aceptó su Muerte y Resurección. Así se cumplió la voluntad del Padre.

Esa misma libertad y disponibilidad nos mueve. Aquí estamos. Y aquí seguiremos hasta el último hálito de nuestra vida.

Tomás de la Torre Lendínez