Tres consejos a los católicos y obispos de Francia

Cuando las barbas de tus vecinos veas afeitar, pon las tuyas a remojar, han pensado los obispos franceses, quienes siendo residentes del país más laicista de Europa, creían que nunca tendrían que enfrentarse a un proyecto de ley del gobierno socialista que ahora gobierna en Francia.

Salieron a las calles durante el gobierno de otro presidente socialista, en el año 1984, cuando vieron que se les caía toda la enseñanza concertada por los suelos, por el proyecto que sostenía el mismo partido absolutamente totalitario en el campo educativo. En aquel momento los obispos y los católicos franceses vencieron y la reforma de la enseñanza fue retirada.

Ahora ante la legislación sobre el matrimonio gay, la sociedad francesa está partida por dos en el campo de la opinión, aunque no tanto en el asunto de la adopción.

Los obispos franceses se han puesto los primeros en pedir que en las iglesias del vecino país se rece por la “conversión” de las autoridades socialistas y en la procesión de la Virgen por el río Sena, con motivo de la Asunción de María, se han producido gritos y silbidos.

Me siento contento en ver que los obispos franceses son parecidos a los españoles en la defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer, entre un padre y una madre. El motivo es que la Iglesia Católica es la misma en una tierra y otra, aunque nos separen los Pirineos.

Desde la experiencia española aconsejo a los lectores franceses que tiene este Blog tres cosas:

1.- Sean valientes en defender el concepto de la familia católica: el matrimonio entre un hombre y una mujer. Háganlo en todas partes y por los medios lícitos no violentos.

2.- Salgan a las calles de los pueblos y ciudades de Francia, porque tienen el derecho de manifestación pública recogido en su legislación. Abandonen su postura cómoda, si los católicos franceses no salen de sus casas, nadie lo hará por ellos, máxime en una sociedad tan laicista y pluralmente religiosa como la francesa.

Estas manifestaciones deben estar lideradas por los obispos y el laicado comprometido en la pastoral familiar y en los movimientos de espiritualidad matrimonial, algunos tienen su cuna en tierras francesas.

3.- No crean que el partido socialista dará su brazo a torcer en este campo, porque supondría bajar la única bandera, más populachera, por la que han conseguido llegar al poder a través de las urnas.

Mientras, desde aquí, en España, les animamos, oramos al Señor, y nos sentimos iguales a los católicos franceses, ya que nosotros hemos atravesado esos mismos caminos antes que ellos.

La espina que tenemos clavada los españoles es que, a pesar del cambio de gobierno aquí, no ha sido abolida la ley del matrimonio gay. Es una pena pero es así. Claro que este asunto pertenece a la acomplejada derecha que pide permiso a la izquierda para que le deje circular por la vida. Algo que solamente ocurre en España, por desgracia.

Tomás de la Torre Lendínez

2 comentarios

  
Caminant
Es bueno pedir por la conversión de los políticos,pero no confiemos mucho en ello.Más bien pediría al Señor por nuestra firmeza en la fe y en la caridad. Amar lo recibido,comprender si ceder ante las cosas planteadas como progresistas sin saber que significa eso,o por desgracia,sabiendo muy bien que ataca a la esencia de la familia y fuerza para defender lo que consideramos un legado de fe.
Un abrazo.
17/08/12 7:59 AM
  
Ferdustre
Completamente de acuerdo con todo lo que escribe el Blogeer y con los consejos que da a nuestros amigos franceses.
A Dios rogando y con el mazo dando.y CON FUERZA Y SIN PERDER LA MORAL.
17/08/12 10:08 AM

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