D. Marcelo, el Seminario y el Vaticano II

Centenario de D. MacerloSalvo que, por necesidad psicológica o moral, uno elija cerrarse a la realidad y no ver las cosas como son, se debe reconocer que la Iglesia atraviesa en España una crisis sin precedentes en su historia. A la hora de analizar los factores que han llegado a esta crisis, muchos toman la salida fácil de culpar al Concilio Vaticano II de todos los males que afectan a la Iglesia universal y, por tanto, a la Iglesia española. No niego que es muy tentador presentar una historia en la que en la Iglesia todo iba viento en popa y, de la noche a la mañana, gracias a las maniobras de un grupo de eclesiásticos muy organizado, se consiguió organizar un Concilio ecuménico que pusiera todo patas arriba. Es fácil incluso reconocer que líneas teológicas con grandes deficiencias convergen en muchas de las orientaciones del Concilio, aunque casi todos aceptan que los textos conciliares no contienen afirmaciones heterodoxas.

A mí me resulta absolutamente imposible culpar al Concilio Vaticano II de la crisis actual. Y la «culpa» de esta incapacidad mía, que me suele poner en posiciones muy incómodas en los debates al respecto, la tiene el que considero el obispo español más importante de la segunda mitad del s. XX, el Cardenal D. Marcelo González Martín.

Sería imposible tratar de enumerar las virtudes que se destacaban en D. Marcelo, por la extensión del elenco. Resulta difícil pensar que en el tiempo actual pueda llenarse una Catedral como la de Toledo con el objetivo de escuchar a un prelado, algo que en el caso de D. Marcelo era ya costumbre. Fue un príncipe en sentido pleno, es decir, en el sentido de aquel que ejerce de principio de una comunidad ordenada, como lo fue, bajo su cuidado pastoral, la Archidiócesis Primada de España. Maestro de sacerdotes y, yo diría incluso, de obispos. Profeta, muchas veces rechazado e incomprendido por sus hermanos, como ha sucedido a todos los profetas ya desde el Antiguo Testamento. Fuente de Doctrina Católica, ajeno a novedades pasajeras y firme en la denuncia de errores y distorsiones de la fe. Canal de la caridad de la Iglesia hacia los más necesitados, sin convertirlos en instrumentos para vender ideologías baratas. Y así podríamos seguir.

Sin embargo, hay una cualidad que, en mi opinión, brilla sobre las demás y que explica la increíble fecundidad de su ministerio pastoral. D. Marcelo ha destacado, sobre todo, por su amor y docilidad hacia la Iglesia de Jesucristo. Creo que él mismo estaría de acuerdo con mi apreciación y desearía ser recordado con ese sencillo epitafio que puede resumir la vida de los grandes pastores: dilexit ecclesiam.

Volviendo a lo que decía al inicio, D. Marcelo fue uno de los pocos obispos en España que recibió con docilidad y aplicó con fidelidad el Concilio Vaticano II. Lo hizo en medio del desprecio y la hostilidad más o menos explícita de los eclesiásticos de su tiempo. De hecho, para su llegada a Toledo la Providencia se sirvió de esa hostilidad, pues su prematuro traslado desde la sede de Barcelona fue motivado por el odio y la violencia con la que fue recibido allí, especialmente por algunos sectores del clero.

La reforma del Seminario de Toledo

Esa fidelidad es palpable en cualquiera de los ámbitos de su ministerio pastoral, pero si hay que destacar uno, creo que el más evidente sería la reforma que llevó a cabo en el Seminario Conciliar de Toledo. A la llegada de D. Marcelo a Toledo, en enero de 1972, el Seminario de Toledo contaba con una veintena larga de seminaristas, con una perspectiva de descenso continuo, semejante a la de las restantes diócesis de España. El invierno vocacional contrastaba con la supuesta primavera vocacional.

D. Marcelo realizó una visita pastoral exhaustiva al seminario y, en 1973, publicó la carta pastoral que sentó las bases del seminario más fecundo de España en los últimos cincuenta años, Un seminario nuevo y libre. El subtítulo de la carta era «¿más sacerdotes o más seglares?», en respuesta a la polémica que se desarrollaba en aquellos años sobre el seminario y el sacerdocio y el planteamiento de una falsa opción. D. Marcelo, siguiendo al Concilio y a la Tradición de la Iglesia lo tiene claro: son necesarios más y mejores sacerdotes para que haya más y mejores laicos.

En su carta, D. Marcelo hace un ejercicio de autocrítica episcopal, algo visto muy pocas veces en los últimos tiempos, reconociendo que las reformas y experimentos que se estaban siguiendo en los seminarios no buscaban una reforma de la institución para un mejor servicio del sacerdocio católico, sino una redefinición del mismo sacerdocio en contra de los mandatos del Concilio. «¿Entraba esto dentro de lo nuevo que el Concilio pedía? ¿Podrían resistir así nuestros jóvenes seminaristas? ¿Era esto lo que el Pueblo de Dios quería y necesitaba? ¡Tremenda responsabilidad la de todos nosotros!» Así concluía D. Marcelo el relato de lo que pasaba aquellos años.

La respuesta la presenta con las palabras del Card. Garrone, responsable en aquel entonces de la Congregación para la Educación Católica, que sugería «preguntarse si en lugar de buscar otros caminos fuera de lo que se llama Seminario Tridentino no sería necesario volver al origen de estas primeras instituciones para encontrar de nuevo el espíritu». Y D. Marcelo emprendió ese camino de reforma dentro de la Tradición anticipando en décadas lo que luego llamaría el Papa Benedicto XVI la hermenéutica de la continuidad.

No era D. Marcelo un inmovilista ni un involucionista, como fue injustamente considerado en su momento, sino un auténtico reformador católico. Particularmente defiendo que su talla episcopal es perfectamente comparable con la de su gran antecesor, el Card. Cisneros, y que las dificultades a las que tuvieron ambos que hacer frente, siendo diversas, revistieron una gravedad semejante. Y para mostrar el verdadero espíritu de D. Marcelo, no se me ocurre otra cosa mejor que citar uno de los párrafos más memorables de su carta pastoral sobre el seminario:

«Ya lo ves, Señor. Nos cuesta mucho acertar. En nuestros seminarios se ha roto estos años el equilibrio. Y por el afán de ser afán de ser más generosos para correr en ayuda del mundo, hemos dejado a veces de ser fieles. Que los alumnos de nuestro Seminario, Señor, no sean ni progresistas ni conservadores, ni rutinarios ni avanzados, ni de derechas ni de izquierdas. Cuánto me cuesta emplear este lenguaje tan pobre y tan feo. ¡Pero es el que se usa hoy para entendernos, y yo quiero ser comprensivo! Dicen que manifestar este anhelo significa más bien neutralidad y tibieza. Es falso. Porque yo deseo que los seminaristas de nuestro Seminario ardan con el fuego que Jesucristo, tu Hijo, vino a traer a la tierra. Con ese fuego, no con las llamaradas cegadoras que encendemos los hombres, tan apasionados y tan frágiles. Las voces y los signos que piden renovación para tu Iglesia son constantes, porque siempre necesita ser fielmente renovada y hemos de estar atentos a las señales del tiempo y de la vida. Pero ¿quiénes serán los que de hecho traerán la renovación conforme a tu voluntad divina? Solamente los santos. Ellos son los que aciertan a conservar lo que debe ser conservado y los que abren a nuevas auroras horizontes en los que antes no brillaba la luz.»

¿Cuál fue la consecuencia de la reforma del Seminario en fidelidad a la Iglesia? Pues las que cualquiera puede esperar: en pocos años se debió crear otro Seminario Mayor porque las vocaciones eran tantas, venidas desde la diócesis de Toledo y de otros lugares de España y del mundo, que ya no cabían en las habitaciones. Es decir, mientras la inmensa mayoría de las diócesis de España sufrían una sequía vocacional sin precedentes en la historia de la Iglesia (con poquísimas excepciones como la de Córdoba), la diócesis de Toledo, que no pasa de ser mediana en cuanto a población se refiere, tenía sus seminarios repletos.

Me he centrado en el Seminario porque es posiblemente el aspecto más evidente de la obra de D. Marcelo. Sin embargo, la revitalización de la Diócesis de Toledo bajo su guía pastoral alcanzó todos los aspectos, desde la caridad hasta la vida litúrgica, pasando por la educación o las misiones, como ya hemos señalado anteriormente.

La respuesta a la obra de D. Marcelo

Uno podría pensar que, vista la fecundidad de la obra de D. Marcelo, en particular los cientos de sacerdotes ordenados durante su episcopado, haría que el resto de obispos siguieran su ejemplo y aplicaran sus mismas orientaciones. Nada más lejos de la realidad, porque salvo muy pocas excepciones, la mayoría de los obispos españoles respondieron a los éxitos de las reformas aplicadas en la Diócesis de Toledo con abierta hostilidad y desprecio. Los sacerdotes y el seminario de Toledo fueron considerados durante muchos años retrógrados, contrarios al Concilio Vaticano II y rechazados en muchas diócesis.

Esta hostilidad ha sido superada en gran medida hoy en día, pero el contraste que supone la obra de D. Marcelo con relación a la realidad eclesial de su tiempo supone que su figura todavía no sea valorada convenientemente. Recordar una luz tan potente como la suya lleva inevitablemente a remarcar las tinieblas que dominaron el posconcilio en España (y en casi toda la Iglesia Universal), incluso en eclesiásticos alabados por el mundo a pesar del estado lamentable en que dejaron sus diócesis. D. Marcelo, junto con un pequeño grupo de obispos, entre los que se puede destacar a D. José María García Lahiguera, es el testimonio de que la lamentable situación en la que se encuentra la fe católica en España es responsabilidad directa de la actitud de los pastores. Si él, aplicando con fidelidad las directrices de la Iglesia a través del Concilio Vaticano II pudo conseguir un resurgimiento extraordinario de la vitalidad cristiana en su diócesis, cualquier obispo podría haber hecho lo mismo, con sólo renunciar a las ideologías que han marcado la pastoral del posconcilio.

Es difícil precisar cuándo llegará el momento en que se pueda reconocer la grandeza de la obra de D. Marcelo sin herir susceptibilidades. Es posible que ese momento llegue cuando los obispos de España puedan hacer un ejercicio de sana autocrítica y dejen de culpar a los demás de la situación que han producido las décadas de abandono de la Tradición de la Iglesia y de una pastoral más llena del espíritu del mundo que del Espíritu de Cristo. No parece que ese momento esté cerca, pero mientras llega celebramos el centenario del nacimiento de este gran pastor y damos gracias a Dios por el inestimable don que ha supuesto para la Iglesia de Toledo y, a través de ella, para la Iglesia Universal.

 

33 comentarios

  
Luis Enrique
No sé, podría ser que los cambios que hoy se producen en cinco años equivalen a cambios producidos en treinta años en el siglo anterior, por ejemplo de defender la vida a quitarle todo derecho a la vida al no nacido.
16/01/18 5:53 PM
  
Luisfer
Valiente artículo.
La autocrítica es el paso necesario para buscar soluciones. No ha abundado nunca en la Iglesia. A la vista están los resultados.
Ojalá alguien tome nota...
16/01/18 5:58 PM
  
Ras al Amud
...celebramos el centenario del nacimiento de este gran pastor y damos gracias a Dios por el inestimable don que ha supuesto para la Iglesia de Toledo y, a través de ella, para la Iglesia Universal.
16/01/18 5:59 PM
  
Oscar
Pues don Francisco, su convicción de que el CV2 no tuvo que ver con la gigantesca crisis actual, por la actitud de don Marcelo hacia el Concilio, me parece que se puede desmontar en una línea, esta: Fijese más en los comentarios al respecto del único sacerdote estigmatizado, y también en el hecho de que se negó y nunca celebró la misa moderna. A mi si me dan a elegir entre don Marcelo y el Santo Padre Pio, ya se puede imaginar...

-------

FJD: Sólo con que confunda usted el Concilio Vaticano II con la Misa Postconciliar demuestra que anda usted bastante despistado.
16/01/18 6:40 PM
  
Bruno
Estupendo artículo, D. Francisco José, para honrar a un estupendo obispo.

Y lleno de esperanza también. Dios está deseando hacer milagros, solo falta que obispos, sacerdotes, religiosos y seglares le dejemos a hacer, a ejemplo de D. Marcelo.
16/01/18 6:58 PM
  
Juanjo Romero
D. José Francisco, suscribo su análisis, su homenaje a Don Marcelo y la esperanza que transmite.

Algunos frutos de la labor pastoral del Cardenal florecen no sólo en España y que vendrán muchos más.

Mil gracias por este artículo en el centenario del nacimiento de Don Marcelo.
16/01/18 7:15 PM
  
Anacoreta
Excelente. Gracias a los buenos sacerdotes salidos de Toledo con la marca de D. Marcelo, se ha aminorado el ir aún a peor de lo que estamos. A Dios gracias.
16/01/18 7:28 PM
  
M. C. París
Verdadera Historia reciente de la Iglesia. El presente queda reflejado tal como es.
16/01/18 7:45 PM
  
Oscar
Que quiere decir que confundo el CV2 con la Novus Ordo, de donde se lo saca?
Sea sincero: usted cree que la NO hubiera sido posible sin el CV2, si o no?

-----

FJD: Por supuesto que hubiera sido posible. De hecho, la reforma litúrgica postconciliar no tiene más relación con el Concilio que el hecho de haber sucedido después. Es una traición en toda regla a los textos de la Sacrosanctum Concilium, lo mismo que toda la pastoral postconciliar fue una traición a los textos de todo el Concilio.
De no haber habido Concilio, el postconcilio se hubiera dado igual, porque los problemas ya habían empezado antes y continuaron después. Otro día explicaré algo de cómo fue la recepción del Concilio en España, por ejemplo, y cómo muchos sacerdotes de finales de los 60 (en pleno franquismo) aborrecían el contenido de los documentos conciliares, considerándolos algo conservador y reaccionario.
16/01/18 8:09 PM
  
Daniel Lagos de Perú
Merecido Homenaje a Don Marcelo es este artículo Padre, los 100 años de ese Santo Varón ha sido la ovación perfecta.

Gracias por este artículo Padre y gracias porque si le conocí a Don Marcelo hace unos años, fue por ti.
Aún ahora, cada tiempo, entro a escuchas los audios de sus prédicas al portal que me enseñó.
16/01/18 8:20 PM
  
Oscar
Quizá no fui lo suficientemente expresivo, para ser comedido, y le llevo a ver mi confusión demostrada. Me refería a los comentarios del Santo Padre Pio sobre el Concilio: "ahora comienza la Torre de Babel" "este es un concilio que desconcilia" "cuanta más tiempo pasa, sin clausurarlo, peor es" etc. Esto por un lado. Luego añado lo de la Misa Nueva, que creo no se hubiera dado sin el Concilio.
Yo solo quería decir que no me parece de fundamento que porque don Marcelo fuera excelente, demuestra que el Concillio al que apreciaba, fuera también excelente, o no tuviera que ver con la hecatombe actual. No estoy de acuerdo....si se puede

-----

FJD: Se puede estar en desacuerdo, pero para ello habría que señalar en los textos del Concilio qué es exactamente lo pernicioso.
16/01/18 8:31 PM
  
Oscar
Muchas gracias por el tema que tratará en un próximo articulo. Y si me permite sugerirle, escriba también sobre como trato Pablo vi al Régimen confesional catolico de Franco, sus argucias con los obispos auxiliares y Tarancon. Digo, para tener una foto quizá más centrada.

-------

FJD: Ese es un tema bastante largo y difícil. Quiero pensar que el Beato Pablo VI llegaría a darse cuenta de cuánto se equivocó y el mal que todo eso ha causado a España.
16/01/18 8:43 PM
  
Oscar
Bueno, yo pienso diferente, a mi me parece que de no haber mediado el CV2, con solo la Mortalium Ánimos, la ecuménica Novus Ordo hubiera sido impensable, ecumenismo irrebatiblemente demostrado por "El drama litúrgico" de Augusto del Río.

-------

FJD: Pues muy bien. Lo dicho. Ni un sólo texto. Creo que el intercambio ya ha dado todo lo que tenía que dar de sí.
16/01/18 9:34 PM
  
Juan Pablo Lizcano
Padre Francisco José Delgado :
Muchas gracias, por la enseñanza. Vivo y soy de Colombia. ¿ Dónde puedo escuchar y/o leer predicas del Cardenal Don Marcelo ? Es muy importante para mí proceso de formación , aprender de los Santos, y fieles, de nuestra Iglesia Católica .

-------

FJD: www.cardenaldonmarcelo.es
16/01/18 10:53 PM
  
juvenal
El seminario de Toledo tampoco es lo que era. Ha pasado de 105 seminaristas en el curso 2002-03 a 57 el curso pasado. Pero donde mas se nota es en los nuevos ingresos que han pasado de 32 en 2002-03 a 9 el curso pasado, apenas superando en 2 a los abandonos.

------

FJD: No niego lo primero. El seminario de Toledo no es lo que era. Ahora bien, las cifras que ha dado están mal. Este año han ingresado una veintena de candidatos. ¿Conoce usted algún seminario en España con esa cantidad de ingresos?
Y cuando hablo del olvido de D. Marcelo no me refiero sólo a fuera de la Archidiócesis de Toledo.
16/01/18 10:54 PM
  
Antonio Zapata Navarrete
EN mis pobres palabras pienso que D. Marcelo fue Un gran Conocedor de CV2 pero como yo pienso fue maravilloso EN su fe Un abrazo y qué Díos lo bendiga
16/01/18 11:23 PM
  
juvenal
Las cifras que he dado son las que tiene publicadas la Conferencia Episcopal en su web. Si están mal sería un hecho preocupante porque, como no es la primera vez que me lo dicen respecto a otros seminarios, significaría que desde hace años se están publicando estadísticas falsas. En lo que respecta a las cifras de este curso, aún no están publicadas.

-------

FJD: Cuando yo era seminarista, me encargué durante unos años de las estadísticas del seminario. En cuanto al Seminario de Toledo, entonces, estaban siempre mal. Hoy no lo sé.
En cualquier caso, le notifico que hace más de veinte años que D. Marcelo dejó de ser Arzobispo de Toledo. Ninguno de sus sucesores es otro D. Marcelo. Que las cifras del Seminario no sean como cuando se pasaban tranquilamente los 200 seminaristas no tiene nada de extraño.
17/01/18 8:02 AM
  
Javier
A usted le resulta imposible culpar al Coniclio Vaticano II de la crisis actual. A mi me resulta imposible que gente como usted no quieran reconocerlo o directamente, sean incapaces de verlo. Históricamente, ha sido, es y será una hecatombe. Y contra los hechos, no valen argumentos. Hay material de sobra, en boca y pluma de las cabezas mejor amuebladas y en base al método de Santo Tomás y al Magisterio preconciliar.

-----

FJD: El hecho es que los mandatos del Concilio fueron sistemáticamente ignorados por la mayoría de los obispos de España, por no hablar de los sacerdotes. Lea usted las actas de la Asamblea Conjunta del 71 para ver cómo los sacerdotes votaban sistemáticamente en contra de cualquier cosa que tuviera que ver con el Concilio y a favor de que se quitara el celibato o que se pudiera militar en partidos comunistas (no he visto nada de eso en textos del Concilio). Entonces pretender que la culpa es de un Concilio que nunca se aplicó es un poco contradictorio (por no decir profundamente estúpido), ¿no cree?
17/01/18 10:17 AM
  
Manuel Morillo
El éxito de calidad y de santidad de los sacerdotes del seminario toledano es mérito de D. Marcelo, pero su éxito cuantitativo es demérito de la mayoría del resto de los obispos que convertían sus seminarios en lugares poco recomendables
Cuando un joven del resto de España quería ser sacerdote de verdad miraba su seminario diocesano y se marchaba a Toledo

17/01/18 10:48 AM
  
Javier
Gracias por lo de estúpido. Vamos por pasos:

1) "Mandatos del Concilio sistemáticamente ignorados". ¿Cuáles y qué rango o grado de infalibilidad tienen? ¿Eran acaso referente a las dos constituciones dogmáticas de dicho concilio pastoral?

2) "Asamblea conjunta del 71. Voto sistemático en contra de las disposiciones del Concilio". Sensu contrario, las disposiciones de las conferencias episcopales francesa o holandesa en la dirección opuesta a la señalada por usted. Por lo tanto, no vale tomar un hecho local y parcial para sacar de ello una premisa general. Local y parcial, porque se olvida de mencionar a la "Hermandad Sacerdotal Española", 5.000 sacerdotes que se rebelaron contra el Novus Ordo pediendo dispensa y que fueron apartados y ninguneados de sus diócesis, muchos de ellos muriendo de pena.

3) "La culpa de un Concilio que nunca se aplicó es un poco contradictorio". Aplicación de la libertad religiosa basada en "Dignitatis humanae". Aplicación del ecumenismo basada en "Unitatis redintegratio". Aplicación de la colegialidad basada en "Lumen Gentium". Y todo ello, condenado anteriormente por el magisterio preconciliar en distintas encíclicas del mismo género.

Si califica tan ligeramente de estúpido una opinión contraria, se va a caer de espaldas porque hay argumentos para parar un tren. Que le tenga estima a Don Marcelo me parece muy bien. Yo se la tengo a Monseñor Guerra Campos, que quiere que le diga.

-------

FJD: Me parece muy bien que usted tenga estima a Mons. Guerra Campos. Yo también. Pero el tema que trato no es si el Concilio Vaticano II era ortodoxo o no (que sí lo es), sino si se puede hacer una pastoral católica exitosa con una aplicación fiel del Concilio. Los centenares de sacerdotes ordenados por D. Marcelo y la vida religiosa de su Archidiócesis confirman que sí. Si algún día trato el tema de la ortodoxia del Concilio, que no lo haré, sus comentarios serán pertinentes.
Y si quiere, nos ponemos a comparar el Toledo de D. Marcelo con la Cuenca de D. José.
17/01/18 11:28 AM
  
Mariano (Argentina)
Estimado pater, si ud. pide textos del Concilio acusados de heterodoxia, seguramente no ignorará el reciente libro de Gherardini, o el clásico de Amerio. Hasta el mismo Ratzinger ha reconocido el pelagianismo de pasajes de GSpes, por no hablar del mismo Iraburu.
Hay un corpus escrito bastante importante sobre el tema, incluso ignorando al sector tradicionalista. Creo que hay que darles una respuesta argumentada a esas acusaciones, y no pasarlas por encima como sino existieran.


-----

FJD: La pregunta no es si todos los textos del Concilio son estupendos y maravillosos. Seguramente no, y no pasa nada. Lo que yo he dicho es que no creo que el Concilio tenga la culpa de la crisis de la Iglesia en España. Y mi argumento es que en el Toledo de D. Marcelo, donde sí se aplicó el Concilio, no hubo crisis. En el resto de España, donde no se aplicó, sí la hubo.
17/01/18 2:06 PM
  
Oscar
---------

FJD: Cuando digo que el tema dio de sí todo lo que tenía que dar, es que ya dio de sí todo lo que tenía que dar.
17/01/18 3:37 PM
  
Javier
Estimado Padre:
Precisamente he sacado a colación a Monseñor Guerra Campos, el gran olvidado y maltratado. Como sabrá, fue uno de los primeros en sumarse al "Coetis Internationalis Patrum", junto con otros insignes obispos españoles, Monseñor Proença Sigaud, Monseñor de Castro Mayer, o el mismísimo Monseñor Marcel Lefebvre, a la sazón superior general de los Misioneros Espiritanos (más de 5.000 miembros).Para quien no lo sepa, el Coetus fue un grupo de padres conciliares que se formó para contrarestar la deriva progresista del Concilio, inspirada por los peritos progresistas de la Nouvelle Theologie. ¿Dónde estaba Don Marcelo en esa guerra civil que se desató durante en desarrollo del Concilio y que no fué más rupturista por las innumerables enmiendas presentadas por el Coetus Internationalis Patrum? Ya siendo mayor, una mujer, católica devota y madre de 8 hijos, le preguntó desconcertada y preocupada a Monseñor Guerra Campos, con quien tenía dirección espiritual: "Monseñor, ¿a dónde iremos cuando usted no esté?" Respuesta de Monseñor Guerra Campos:"No se separen nunca de Monseñor Lefebvre". Y 40 años después, si quiere y por si le parece poco la diócesis de Cuenca, podemos hablar de los frutos de la FSSPX de Monseñor Lefebvre.

-------

FJD: Pues muy bien. Si quiere puede usted seguir tapando el sol con un dedo. Permanece el hecho incuestionable (o al menos incuestionado entre tantos detractores del Vaticano II) de que en Toledo la Iglesia no vivió crisis alguna durante el gobierno pastoral de D. Marcelo, siendo que él procuró aplicar en fidelidad a la Tradición de la Iglesia, las enseñanzas del Vaticano II. Y como ya se está repitiendo demasiado, pongo fin a este intercambio. Y cuando digo que pongo fin, es que no publicaré un comentario más de esta temática.
17/01/18 5:00 PM
  
Tulkas
Está bien, pero el texto tiene dos defectos

1- soy laico, no termino de ver qué tenía el Seminario de Toledo en comparación con otros, no termino de ver qué significa q D. Marcelo aplicó el V-II y otros no

2- la conclusión parece que la crisis de la Iglesia es que no se ha aplicado el V-II; como hipótesis vale, pero nadie se cree que tras cincuenta años de Iglesia postconciliar el problema fundamental es que no somos suficientemente postxonciliares

------

FJD: Los defectos pueden estar en el texto, sí; pero también en el lector.
1) El Seminario de Toledo en los 80, por ejemplo, tenía algo que otros seminarios no tenían: seminaristas, y en abundancia. D. Marcelo aplicó el Vaticano II porque cumplió fielmente las instrucciones de Optatam Totius para mejorar la institución del Seminario, creada por el Concilio de Trento; la mayoría de los demás obispos cerraron el seminario y mandaron a los poquísimos seminaristas que tenían a pisos en barrios obreros, algo que ni por asomo aparece en el Vaticano II. Y eso por no hablar de la formación teológica, la liturgia, la vida espiritual, etc.
2) Esa conclusión será la suya, no la mía. La mía, como he expuesto hasta la saciedad es que la aplicación del Vaticano II no es la causa de la crisis. La crisis viene del modernismo y la secularización que antecedieron al Vaticano II, marcaron su desarrollo e impidieron su aplicación dentro de la Tradición Católica.
18/01/18 12:40 AM
  
Mariano (Argentina)
Creo que conviene recordar que nadie objeta el decreto conciliar Optatam Totius. El mismo Lefebvre, en el decreto de erección de la FSSPX en 1970, cuyo borrador escribió el mismo, invoca explícitamente el decreto OT, para dar cumplimiento al mismo en cuanto a la formación de sacerdotes. No, el problema del CVII no es OT, sino el ecumenismo, la libertad religiosa y el pelagianismo presente en su "espíritu" y en muchos de sus textos.

-----

FJD: Yo no digo que el Vaticano II no tenga problemas. Digo que es ortodoxo y, en este artículo, que la crisis de la Iglesia en España no es consecuencia de su aplicación.
Ahora, el ejemplo del seminario y OT vale para mostrar que el Vaticano II no se aplicó en la mayoría de las diócesis de España y sí en la de Toledo. Y lo mismo que no digo que la fecundidad pastoral y de vocaciones de la Diócesis de Toledo fuera consecuencia de la aplicación del Vaticano II, tampoco digo que la esterilidad de la mayoría de las otras fuera consecuencia de su no aplicación. Digo que las causas de la crisis son otras. Causas que se hubieran dado sin Vaticano II (indudablemente las causas comenzaron antes del Vaticano II) y con él.
Eso sí le aconsejo que tenga cuidado al decir que puede haber algo bueno en el Vaticano II, ello puede poner en peligro la bonita explicación que algunos se han formado de la única causa y culpable de la crisis actual y que sea usted considerado un modernista peligroso.
18/01/18 2:15 PM
  
Oscar
Supongo que esto entra dentro de la prohibición, pero al menos para usted: Si las aguas ya venían turbulentas, que venían, lo último que se debe de hacer es no ser clarisimo y estrictisimo en la forma y fondo, y el CV2 se podría discutir que formalmente no tuvo errores (no estoy tan de acuerdo, pero concedamos), pero la ambiguedad, el margen para interpretación (el culmen de este proceso lo tenemos en la Amoris), es lo peor que podíamos tener en estos tiempos. Agarrarse al "espíritu del concilio" no hubiera sido posible si el Concilio no hubiera traido los aires ya citados de ecumenismo, libertad religiosa y colegialidad. Si el concilio hubiera sido tajante, estricto, clarisimo (breve y clarisimo mejor), de seguro que nadie se hubiera podido agarrar al "espiritu del concilio", que tantisimo daño ha hecho a la Iglesia y sus almas.

-----

FJD: Le paso uno más, pero sin posibilidad de réplica. Ahora bien, si el Concilio hubiera sido breve y clarísimo, el resultado hubiera sido el mismo: nadie hubiera hecho ni caso, como tampoco se ha hecho caso al Concilio que sí fue. Si donde se daban indicaciones sobre cómo reformar los seminarios, los obispos entendieron que lo que había que hacer era cerrarlos, ¿cómo esperar que un Concilio que hubiera emitido dos constituciones, con sus anatemas correspondientes y un puñado de cánones de reforma hubiera sido aceptado? La crisis que se vive actualmente tiene raíces muy largas que se han desarrollado por etapas. Y algunas de ellas son tan antiguas que llegan hasta el siglo XIV. El nominalismo, por ejemplo, no lo inventó el Vaticano II.
18/01/18 4:52 PM
  
Pensador
Este articulo me genera una duda que siempre he tenido. Es posible una pastoral sin CVII? Es decir, aplicando justamente las metodologías precias al mismo, con los documentos correspondientes?

Por ejemplo, pienso sin ir mas lejos en la encìclica Veterum Sapientia de JXXIII que nunca fue aplicada en los términos que dice la misma. Hablo con conocimiento de causa al menos en America Latina, donde el gran drama no es tanto la parte de la educación en el seminario de la lengua latina (en varios seminarios de Argentina, Brasil o Paraguay se estudia, aunque el mismo cae cada vez mas en desuso) sino en su posterior aplicación.

Una encìclica con directrices claras y que enfrentaba un problema concreto de su tiempo con soluciones muy buenas en el campo, quedo totalmente obsoleta en la practica por las reformas emanadas del concilio en materia, por ejemplo, litúrgica.

Esto a modo de ejemplo.

----

FJD: Pues es una buena pregunta. Desde la experiencia concreta de D. Marcelo, yo diría que no debería ser necesario elegir. Salvo en cuestiones muy concretas, en las que sí hay una doctrina "nueva" como la libertad religiosa, no veo por qué la aplicación del Vaticano II tenga que anular las metodologías y documentos previos al mismo.
19/01/18 2:12 PM
  
Precisando sobre San Pío de P.
Al Sr. Oscar: el P. Pío jamás rechazó la Nueva Misa por la simple razón que murió un año antes de que ésta se promulgara. En cuanto a las anécdotas de que dijo esto o aquello, no hay ninguna prueba ni testimonio de tales declaraciones. Ninguna,
19/01/18 8:16 PM
  
Javier
Al señor precisador: Se celebraba la Misa Nueva ad experimentum antes de su promulgación definitiva y no pocos años antes. Quien nunca la celebró fue el fundador del Opus Dei, por ejemplo. Y no es difícil aventurar que el Padre Pío estuviera al tanto de los guerras intestinas en las distintas sesiones del Concilio, así como de su inesperado inicio por la eliminación de 3 años de trabajos preliminares completamente ortodoxos.
19/01/18 10:28 PM
  
Mariano (Argentina)
A Pensador:
Yo diría que sí, a su pregunta. Lo viene haciendo hace 50 años las FSSPX con evidentes éxitos apostólicos.

Y sobre el gran Don Marcelo, yo diría. Su éxito fue a causa del VII o a pesar del VII?
19/01/18 10:41 PM
  
Pensador
¿En base a su respuesta, cuales sí son las nuevas metodologias aplicadas por D. Marcelo, distintas a las previas del Concilio, que puedan arrojar luz sobre esta situacion de la correcta aplicacion?

¿Puedo aplicar el CVII sin aplicar la reforma liturgica como hacen los institutos Ecclesia Dei? (pregunta capsiosa, porque en los mismos comentarios se desliga la reforma liturgica stricto sensu del mismo concilio)

¿Puedo, en base a que el concilio fue solo pastoral, rechazar o desligarme de una insitucion emanada por el mismo como son las conferencias episcopales, que a la larga han sustituido la accion particular de los obispos?

Creo que en estas cuestiones particulares es donde se distingue la crisis de una correcta aplicacion o simplemente de no aplicarlo
20/01/18 1:01 AM
  
Pedro García
Si el seminario de Toledo funcionó bien, fue porque D. Marcelo aplicó sólo lo poco aprovechable del Concilio Vaticano II, en lo referente a la formación de Sacerdotes. Le traslado un estudio muy bueno sobre este asunto del año 2003, de la revista católica "Sí sí no no" que leí hace unos años y que conservo, donde se explican unos cuantos errores del CV-II, que Don Marcelo, como buen católico, no aplicó:
[editado]

---

FJD: Aparte de la extensión, me niego a difundir un artículo lleno de citas mutiladas, mal traducidas y distorsionadas intencionalmente. Sí, D. Marcelo aplicó el Concilio Vaticano II según sus textos y la Tradición de la Iglesia.
12/03/18 4:13 PM
  
Juan 120
Por lo que he podido leer, Mons. Guerra Campos siempre mantuvo la fidelidad al Papa y a los documentos del Concilio Vaticano II. Dudo mucho que este obispo apoyara la posición cismática de Mons. Lefebvre y de la FSSPX.
11/06/19 10:25 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.