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5.05.22

"¿Cuántas perplejidades y aflicciones tendré que soportar?"

Algunas personas me escriben en busca de respuesta a la perplejidad que deriva de tanto que sucede en la Iglesia y en el mundo pero no tengo otra cosa que decir más  que lo leído al padre Iraburu (1) : “orar y confiar en la Divina Providencia” ya que, en intimidad con Dios somos regalados con la certeza de que en Jesús, nuestra Esperanza está viva.

El Santo Rosario es parte de tanta oración como la que tendríamos que hacer para que, realmente, “nuestra fe y nuestra esperanza se centren en Dios”

Y es que, ahí nos lleva la Resurrección ya que, no parece que tenga otra finalidad que llevarnos a la certeza de que nuestro centro es en Dios.

Así se nos vino revelando desde tiempos de los patriarcas en tanta figura que se nos fue presentando para que llegásemos a comprenderlas al momento llegado.

Y es que, no parece que sea fácil comprender; existe demasiado asunto que interponemos entre Dios y nosotros para abrirnos completamente a la confianza. Tantísimos, que no se si alguna vez, sin ayuda de Dios, la intercesión de María y todos los santos, lo conseguiremos antes de morir; probablemente será algo para obtener en el Purgatorio.

Ahora bien, digo que el Rosario es fundamental; lo digo porque, desde mi experiencia, se ha vuelto asunto vital.

No creo que pueda dejarlo y, si no pudiera rezarlo, dejaría encargado a la Madre de Dios que tome cada una de mis aspiraciones como un Avemaría; si fuera el caso de que, enferma, no lo pudiera rezar. Tanto así lo necesito y, aunque ahora no lo comprendo, espero confiada en que mis oraciones son, para mayor gloria de Dios, un servicio a las almas por manos de Santa María,

Hace unos días leí las promesas que ha hecho Nuestra Madre a quienes rezan el rosario a diario; son un montón y de una gran belleza y profunda generosidad.

Qué bueno que empecé a rezarlo sin conocerlas porque, es capaz, que lo habría hecho por interés. Qué vergüenza.

El caso es que no fue así y que, aunque ahora las he leído, también las he olvidado y no pienso buscarlas para recordarlo.

Solo quiero estar al servicio de la Señora tal como soy ya que, aunque he sido creada portentosamente también sumamente chirrisquitica. Casi invisible, según alguien quisiera buscarme dentro del universo. De alguno buscarme, yo sería algo así como un quantum del que solo se sabría que existe por sus manifestaciones.

El otro día un científico describió en un gráfico el universo de manera que parecía un fondo color negro con un patrón de pequeñas espirales que representaban las galaxias.

Ya sabemos que las galaxias son gigantescas y que para recorrerlas hacen faltan millones y millones de años. En la vastedad de una sola galaxia está la Vía Láctea y allí, como el más insignificante, el Sistema Solar y allá, todavía menos visible, el planeta Tierra, con todos nosotros dentro. 

“Opa! Te encontré, Maricruz!” podría haber dicho aquél que me buscaba. 

A esa distancia no sabemos si fue que ya existimos o sí apenas empezará el juego.

A esa distancia no sabe uno ni siquiera qué es el tiempo. Qué podría ser si ni siquiera nada parece moverse o ninguno de nosotros siquiera respirando?

Claro, el universo visto de esa forma lo hace a uno pensar que verdaderamente, siendo que somos tan chirrisquitos, nada debería inquietarnos ya que para existir o dejar de hacerlo, bastaría menos que un clic.  .

Por eso es que, tan solo existir ya es una maravilla de la que, en este universo infinito, solo Dios se da cuenta. El se da cuenta. 

Pueden creer que toda la atención de Dios, que bien se podría estar ocupando de muchos otros asuntos, está puesta sobre cada uno desde siempre y para siempre?

Por eso que, a quienes consultan sobre cómo enfrentar la perplejidad, les digo que “La enfrento como enseña el padre Iraburu, orando (y rezando el rosario) y, de paso, meditando sobre tantas cuestiones sobre las que Dios me da meditar”.

Les aseguro que la perplejidad se pasa rapidito y todo vuelve a ser alegría y paz, tanto como aquél tercer día de la primera Pascua.

Amen

Les dejo esta preciosa oración a San José.

Oh, San José, elegido para ser el castísimo esposo de María y padre del Niño Jesús, y elevado a condición de Patriarca de la Santa Iglesia. Vos, que sufristeis tremendas perplejidades, vedme por los mismos caminos que anduvisteis porque también estoy en esta tierra para ser probado.

¿Cuántas perplejidades y aflicciones tendré que soportar?

Por los méritos de la perfección con la que enfrentasteis todas las perplejidades y, en especial, la pérdida del Niño Jesús durante tres días, os pido: en mis aflicciones, dadme paz, la serenidad, la tranquilidad y la confianza en Dios que Vos tuvisteis en aquellos momentos.

Así sea.

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(1) El padre José María Iraburu, Director de este portal, ha escrito recientemente una serie titulada Alegres en la Esperanza, que he leído con avidez y ya rinde fruto por gracia de Dios. La recomiendo. 

19.03.22

De cuando rezo el rosario (XI) "Ahí está su corazón"

“Nosotros amamos y razonamos porque Dios ama y razona y nos toma de la mano mientras lo hacemos” C.S. Lewis

 

Mucho de lo que siempre estuvo lejos de mi ahora está cerca, me refiero a que antes resultaba difícil tener cerca a vecinos hare-krishna pero ahora no, antes costaba muchísimo hallar mentirosos pero ahora no; antes, nuestros inquilinos eran familias, ahora son parejas en unión libre. Antes, los jóvenes con atracción por el mismo sexo, no se dejaban ver por el pueblo, pero ahora si y así con todo. Ahora está cerca la pobreza, la mentira, la ira, la soledad, pero también, muy mucho también y sobre todo, están cerca o se dejan ver con mayor claridad los dueños de un buen corazón, los vecinos solícitos, los amigos con ánimo de ayudar, los parientes amorosos y así con todo. O sea, si por un lado, al abrir la puerta nos encontramos con todo aquello que tuvimos lejos, también lo que no sabíamos que tuvimos cerca todo el tiempo y eso nos da tranquilidad, mucho consuelo y la mayor parte del tiempo, mucha alegría, cuando lo piensas bien.

Porque si, es pensarlo. No es fácil tener cerca toda aquella novedad y no entrar en estado de alarma, temer, dudar, sentir incertidumbre, etc. Una cosa nueva con qué batallar como si ya no fuera poco la pandemia y demás.

Es por eso que nos inclinamos a prestar mayor atención a lo que no teníamos cerca que a lo que siempre hemos tenido y que, gracias a toda esta trifulca, no habíamos notado o, no había florecido ya que, hasta eso, muchos han “florecido” por lo que -a veces- encontrarnos con ellos, es como entrar a un campo florido,literalmente.

Una joven psiquiatra española de nombre Marian Rojas Estapé, llama a todos esos que nos cautivan con su vibrante energía, “personas vitamina”. De hecho, ha escrito un libro al respecto y, aunque solo la he escuchado en algunas conferencias y entrevistas, me doy cuenta que razona y lo hace muy bien; por lo que ha de estar ayudando a muchos ya que, dice además que “lo hace por amor”.

Ella menciona los procesos mentales, tal como cuando entramos en estado de alarma y que debido a la activación del cortisol, dejamos de distinguir la realidad de la ficción, por tanto cometemos tremendos errores de razonamiento y tomamos pésimas decisiones; un ejemplo sería esos casos tan graciosos de personas que, ante la declaración de pandemia, salieron a comprar bolsas y más gigantescas bolsas de papel higiénico. Con todo así, unas veces serán cosas graciosas pero muchas no lo serán ya que, habiendo perdido capacidad para distinguir  lo falso de lo verdadero, muy fácilmente entramos en episodios de ira -por mencionar algo- que nunca tienen consecuencias positivas.

Recomiendo escuchar a esta médico para aprender aspectos científicos muy valiosos sobre nuestra persona y así, llevados de la mano de Dios, dar la cara a lo real con la mente y el corazón preparados y así reaccionar con amor. No es imposible porque es cosa de Dios que da el querer y el hacer.

Tendremos más aguzada la vista para descubrir lo bello, bueno y  verdadero; lo que - indefectiblemente- nos hará florecer, si es que no lo hemos hecho. Qué cosa bella sería que alguno, alguna vez dijera de nosotros que, recibir nuestro saludo, es como ver sonreír una flor! Qué tanta gracia, bien y verdad! No es cierto?

Es como ese precioso video que descubrí hoy y que vengo a mostrarles. Deben verlo para que comprendan lo que diré de seguido.

De seguido, diré que me conmovió muchísimo, pero no porque sea mamá sino porque soy hija.

Me puse en el lugar de los bebés y quise pensar cómo habría sido para mi en la barriga de mamá y, por supuesto que, de inmediato, habría el miedo desaparecido completamente.

¡Qué belleza, Señor, es la vida y de qué tantas maneras nos cuidas, fortaleces y consuelas!. Sobre todo cuando nos sabemos pequeños y vulnerables. 

Será por eso que Santa María, Madre de Dios y Madre mía -de cuando rezo el rosario- me hace escuchar el latido de su corazón. Todas las veces. Siempre. Aun cuando no lo estoy rezando. Solo detener mí rutina para rezar un Avemaría y, de inmediato: ¡Ahí está su corazón!

 

5.11.21

Como ver abrirse el cielo!

 
 
Lo católicos somos personas de hacer cosas y es por eso que la Iglesia continúa existiendo y, no solo porque hacemos cosas por hacerlas sino porque las hacemos según Dios. No es que las hagamos por merito propio sino por total y absoluta gracia de Dios de tal manera que por eso la Iglesia prevalece.
 
Y hacemos las cosas porque nos reconocemos hijos muy amados de Dios y hay un impulso de la gracia que nos mueve a actuar y a querer hacerlo.
 
Actuando según ese impulso de la gracia vamos reconociendo que cualquier pequeña cosa que hacemos sirve para dar Gloria a Dios y a la vez su amor nos santifica.
 
Cuando se entra en esa dinámica ya no se quiere salir de ahí y aunque exista tribulación y adversidad y dolor y sufrimiento se anda feliz; eso lo hemos comprobado en tantísimos Santos a los que celebramos hace poco.

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18.06.21

Pandemia, camino de fe y de servicio

Después de la experiencia de algunos días en Facebook conversando sobre las vacunas consulté con un persona de formación impecable y me explicó que algunos católicos están como en una «etapa de reacción» ante el hecho de vacunarse.

Algo parecido a lo que es una de las etapas del duelo cómo es la negación o la ira que se dan como reacción a la pérdida de un bien preciado.

Y, cómo hemos perdido la seguridad de estar saludables y también nos han limitado muchísimo en variados y múltiples aspectos, de ahí la reacción.

Pues bien, la experiencia en Facebook consistió en que, como ya tengo ambas dosis de la vacuna, me puse a conversar sobre el tema y fue cuando empecé a recopilar muchos comentarios de católicos que se niegan a vacunarse.

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4.06.21

¡Te quiero mucho, Jesús!

No sé porqué razón o, si lo que sucede no es más que producto de mi imaginación (aunque lo dudo) pero, me parece que -durante el rosario- nuestro señor Jesucristo ha escogido una jaculatoria para encontrarse conmigo.

Yo digo que es verdad porque así como Jesús lindo eligió presentarse ante los pescadores, Zaqueo y la samaritana, ha elegido mostrarme también su amor de esa manera.

Y, así como los pescadores y a todos los demás se le presentaba y para quién su presencia lo cambiaba todo, así es cuando durante el rosario digo la jaculatoria: “Jesús, manso y humilde de corazón; haz mi corazón semejante al vuestro".

Lo que me sucede no es nada sobrenatural: la mayor parte del tiempo es una certeza que se hace presente, algunas veces acompañada de un gran sentimiento, aunque no es lo común.

Lo común es que, cada vez, entiendo algo importante: Jesus, vivo y presente y la infinidad de matices e implicaciones que pueda eso tener.

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