Nuestra necesidad es imperiosa, real y profunda

“Conocer por experiencia […] quiere decir alcanzar la cosa misma: aquí por tanto la forma se imprime en el alma y suscita el deseo como un vestigio proporcionado a su belleza”
Nicolás Cabasilas



Ayer en la tarde, habiéndome retirado a leer los Ejercicios Espirituales de Comunión y Liberación, los cuales debo leer de dos en dos páginas porque después de cada cierta cantidad de párrafos debo detenerme para reflexionar, me encontré con este texto.

Don Giussani está hablando del paralítico curado por Jesús:

«la forma en la que rezó esa tarde, el modo en el que luego, todos los días, acudía al templo, el sentimiento de la vida que tenía cuando veía atardecer, o cuando veía salir el sol, y cuando iba a trabajar cada mañana con el ánimo agradecido y con el alma llena de un temor misterioso, de temor y temblor hacia el misterio de Dios que había llegado hasta él con ese hombre que le había curado. En fin, su sentimiento hacia Jesús, el modo en que afirmaba que Jesús era el Mesías – y se lo comunicó también a otros, porque luego se sumó a sus filas, se convirtió en un discípulo suyo –, el modo en el que se movía, el modo en el que pensaba en su pasado (con toda la marea en la que se había hundido: las bajezas, las cobardías, las blasfemias), la forma en la que había tratado a sus familiares y la forma en que los trataba ahora, todo ello partía de una conciencia nueva de sí mismo, de un sentido de su persona cuya fisonomía se plasmaba, nacía, del recuerdo de cómo Jesús lo había aferrado, de cómo Jesús lo había modelado, de cómo Jesús lo había tratado, de cómo había conocido a Jesús»

Casi desde el principio lo que llamó mi atención fue cuán semejante fue la conducta de papá a la conducta del paralítico a lo largo de su vida pero sobre todo durante sus últimos meses pero todavía más al final de sus días.

Entre lágrimas reconocí varias cosas muy importantes:

1. Que papá, tal como le dijo a mi hermano, comprendió que la única manera de salir “vivo” era ponerse en manos de Dios.

2. Que todas aquellas veces en las que percibí hastío de su parte ante mi afán sobre protector el que, obviamente, rechazó una y otra vez con la más exquisita caridad, se debía a que había comprendido que ni siquiera su hijita a quien le importaba tanto y a quien tanto quería, podría sacarlo de aquella situación por lo que únicamente de Dios necesitaba ser aferrado.

Todo aquello que hablamos un día tras su primer egreso del hospital sobre que no había muerto en aquella oportunidad y que se debía a que todavía le quedaba algo por hacer resulta que era el servirme de modelo para hacerme comprender la radicalidad de su entrega.

Papá estuvo las dos últimas semanas permitiéndole al Señor aferrarlo durante cada minuto de su existencia hasta que, finalmente, exhaló.

Ahora bien, qué es lo que me impide dejarme aferrar de ese modo? Que te lo impide?

Nos lo impide el que para nosotros Jesús no es necesidad ya que en el fondo dudamos de su Presencia por lo que no podemos entregarle toda nuestra confianza.

Nos lo impide el que no hemos reconocido que nuestra necesidad es imperiosa, real y profunda tanto como la de un moribundo.

Con el corazón quebrantado hemos de reconocer que Jesús, no es para nosotros, lo que fue para papá: una hecho.


Mi querido viejito: ¡esto es lo que te faltaba enseñarme!

3 comentarios

  
Maria Isabel
Si somos humanos, estamos ligados a nuestras dudas y Dios lo conoce , por que nos ha creado sin certezas adsolutas.

Cada mañana , me miro a la espalda y no veo alas, eso quiere decir que no soy angel sino persona humana , y arrrastro mis limitaciones.

Solo me quedo con el derecho a pensar y hacer libremente lo que creo mejor,y eso me define.

Lo de tu papa , admirable.
01/08/13 3:32 PM
  
Enrique G. B. A.
Nos distraemos en tantas cosas, que cuando lleguemos a un punto que solo nos quede Dios, ahi veremos, ahora imaginamos, veremos que el es todo amor redentor, al cual agradecidos nos abriremos para que nos inunde. Entonces tantas distracciones de este mundo, no por malas, sino por distraernos de lo único que importa, las rechazaremos.
Alabado sea Dios, en tu padre, por esta enseñanza que compartes con nosotros.
01/08/13 3:56 PM
  
Tineo
Magnífico post, Mari Cruz.

Sólo por estas reflexiones ya está justificado todo el blog. ¡Gracias!
04/08/13 2:21 AM

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